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Mattia Bellucci ha conocido de primera mano la exigencia que se encuentra tras el primer escalón de la élite del circuito ATP. Jugador de otro tiempo, heterodoxo, capaz de crear ángulos espectaculares con su zurda y que depende más del timing que de la potencia, el italiano ha finalizado su primer año completo en el top-100 en un honroso #74 puesto del ranking ATP, pasando a formar parte del elenco de caras conocidas en los principales torneos del mundo.

Ha tenido, por el camino, momentos estelares en el circuito ATP: semifinales en el torneo de Rotterdam, donde se abrió al mundo, tras superar a hombres como Daniil Medvedev por el camino; su primera tercera ronda en un Grand Slam, en Wimbledon, después de firmar una contundente victoria frente al siempre peligroso Jiri Lehecka… y también, claro, momentos no tan buenos, días amargos en los que nada parece salir bien, días que forman parte de tu adaptación a la élite.

Uno de ellos tuvo lugar en una acalorada noche de verano en Nueva York. Flushing Meadows, Pista Central Arthur Ashe y segunda ronda del US Open frente a un tal Carlos Alcaraz. Lo que prometía ser una noche de descubrimientos, una velada en la que el mundo se cautivase por el potencial de este joven transalpino, se convirtió en una pesadilla: apenas pudo ganar cuatro juegos en todo el duelo, encajó un rosco en el segundo set y se sintió superado en todo momento por el tenis del murciano. ¿Qué significa enfrentarse a Carlitos? ¿Cómo vivió aquel duelo el italiano? Lo rememora en una gran entrevista con los compañeros de Spazio Tennis.

«Carlos y Jannik son tipos que impresionan en televisión, pero enfrentarte a ellos en la pista es mucho peor. No había ni un solo aspecto en el que me sintiese a la altura de Alcaraz. No sabía cómo ganar puntos, no tenía forma de aferrarme al partido. Contra otros grandes jugadores me he sentido mucho más a la par tenísticamente, más cerca de ellos, pero contra Carlos, lo único que pensaba era: ‘No sé qué hacer’«. Una declaración muy contundente que pone de manifiesto una sensación, la de ser arrollado y vapuleado, que muchos otros han sentido cuando la mejor versión del murciano aparece en cancha.

Mattia Bellucci buscará dar un salto de calidad en 2026. Fuente: Getty

Bellucci también definió con exactitud qué se siente al entrenar contra Novak Djokovic

También habló el italiano de otro grande, en este caso de alguien que ya ha cimentado su plaza en el Olimpo del Tenis. Precisamente en Nueva York tuvo Mattia la oportunidad de compartir entrenamientos con Novak Djokovic, y la experiencia vivida también dejó huella en el italiano. «Al contrario que con otros grandes jugadores, cuando estás entrenando con Djokovic hay un nivel de exigencia altísimo. Exige un nivel de precisión muy alto, tanto de él mismo como de su equipo. Si las cosas no van bien, se enfada. Intenté que el entrenamiento fuese útil, la presión era altísima. En cuanto a emociones e intensidad, es un entrenamiento que me hizo mejor, más fuerte. Alcanzar ese nivel de exigencia contra el mejor de la historia… jamás me imaginé encontrarme en esa situación», recuerda con emoción Mattia.

Bellucci es quizás, aún, un nombre no tan conocido de cara al gran público. Por último, el italiano habló de su llegada a la primera línea tenística, de su presente como jugador y de su ilusión por seguir dando pasos hacia delante y, por consiguiente, convertirse en un habitual de los principales torneos del circuito. «Este año he sufrido mucho a nivel de consistencia, pero pienso que las experiencias vividas esta temporada me van a beneficiar para el año que viene. Mi objetivo para 2026 es ser más estable a nivel emocional y manejar mucho mejor todo lo relacionado con el trabajo diario y mi equipo de trabajo». ¿Le veremos con una mejora sustancial en los próximos meses? El tiempo lo determinará, qué duda cabe.