Hace mucho tiempo que en Nueva Orleans no se hacen bien las cosas. La franquicia de Luisiana es una de las peores de la NBA en prácticamente todo. Así que cuando en el pasado draft traspasaron su elección número 23 y una primera ronda no protegida de 2026 por la elección 13 de los Atlanta Hawks mucha gente pensó que ya la estaban liando otra vez. No en vano esa primera ronda no protegida del próximo draft apunta a ser muy alta. Altísima de hecho. Ahora mismo, con 3 derrotas y 22 victorias, los Pelicans tienen el peor récord de toda la NBA. Pero en verano, en los despachos de Nueva Orleans no pensaban verse en esta situación. Al menos eso se desprende de todas las decisiones que tomaron y, entre ellas, esta es una de las más evidentes. Si piensas que vas a quedar el último de la liga no das tan a la ligera tu primera elección del siguiente draft.
Pero más allá de que los Pelicans se marcasen otros objetivos deportivos mucho más ambiciosos para este año que los que están alcanzando, algo debieron ver en el jugador que los Hawks eligieron con el número 13. Derik Queen, un pívot de 2,06, no especialmente alto, pero al que ya apodan Baby Jokic. Porque en menos de dos meses en la NBA ya se ha convertido en uno de los hombres altos que mejor visión de juego y capacidad de pase tiene de toda la liga. Hay quien empieza a hablar de él como el robo del draft de este año. Y aunque la decisión de los Pelicans para hacerse con él sigue siendo polémica y muy discutida, partidos como el de esta noche ante los San Antonio Spurs dan algo de esperanza en que todavía, aunque sea muy de vez en cuando, las personas que dirigen la franquicia de Luisiana pueden tener algún acierto.
El partido se lo llevaron los Spurs (132-135) en una montaña rusa de emociones de la que no participaron las estrellas de ambos equipos. Por un lado Zion Williamson, al que ya no se le espera por Nueva Orleans. Al menos, al nivel que se suponía que iba a dar cuando llegó en 2019. Por el otro Victor Wembanyama, que apura su recuperación para estar mañana ante los Lakers en el partido correspondiente a los cuartos de la Copa NBA. Estas ausencias no fueron impedimento para ver un partido muy entretenido y con dos cambios de rumbo muy marcados. Primero fueron los Spurs los que tomaron una ventaja sideral (+20 al descanso con 42 puntos en el segundo cuarto). Al volver de vestuarios todo cambió radicalmente. Esta vez fueron los Pelicans los que iban a anotar 45 tantos en el cuarto. Ahí apareció en todo su esplendor la figura de Queen.
El rookie iba a meter 21 de sus 33 puntos en esos 12 minutos, una exhibición que continuó en el último parcial hasta llegar a los 33, con 10 rebotes, 10 asistencias y 4 tapones. Se trata del quinto jugador que en su año de debut consigue un triple-doble de más de 30 puntos en las últimas tres décadas. También es el octavo jugador desde que la liga cuenta los tapones que consigue esos números. Queen, aparte de ser el mejor del partido, también estuvo a punto de ser el héroe con dos canastas en los últimos minutos que pusieron a su equipo por delante. Pero finalmente le robó el protagonismo otro novato, Dylan Harper. El número 2 del draft salió desde el banquillo por la vuelta a las canchas de Stephon Castle, pero eso no le impidió ser el jugador más destacado de los Spurs con 22 tantos, 6 asistencias y la canasta ganadora a 9 segundos del final. Curiosamente ambos fueron nombrados MVP conjunto en McDonald’s All-American Game en 2024, el partido de exhibición en el que participan las grandes figuras del baloncesto norteamericano a nivel de instituto. Ahora ambos dan sus primeros pasos en la NBA, donde parece que van a estar muchos años dando de qué hablar.
Otros resultados de la noche:
Indiana Pacers 116 – Sacramento Kings 105
Minnesota Timberwolves 105 – Phoenix Suns 108
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