Pilar Infiesta

La artritis reumatoide, que deja molidas a millares de personas; la enfermedad de crohn, que afecta al tracto digestivo; la terrible esclerosis múltiple; tumores, úlceras, quemaduras y hasta la psoriasis. Ya no hay que imaginar que se descubre una cura universal para miles de enfermedades, existe, e investigadores leoneses trabajan con ese elixir milagroso llamado Secretoma con toda la ilusión para poder aplicarlo y salvar del dolor y la degeneración del cuerpo a millones de personas, pero con la impaciencia de que la luz verde legal requiere al menos ocho años de trámites y ensayos clínicos.

Esa piedra filosofal biológica, el Secretoma, es el conjunto de todas las sustancias que una célula libera al espacio extracelular, como proteínas, ARN, lípidos, vesículas y metabolitos. Actúa como una vía de comunicación intercelular y desempeña un papel crucial en la reparación de tejidos, la modulación de la inflamación y la respuesta inmunológica.

La gran ventaja es la manipulación de la sustancia. «Implantar las células madre en un paciente requiere mucha programación, tienen que estar refrigeradas y en determinadas condiciones y pueden dar problemas a largo plazo desencadenando tumores, pero el Secretoma no produce efectos secundarios, se puede congelar, liofilizar, guardar más fácilmente y se puede aplicar directamente», defiende la doctora en Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria de la Universidad de León, Vega Villar Suárez, que desarrolla este complejo estudio sobre las células madre del tejido adiposo para extraer el Secretoma con el grupo de investigación Biolfar de aplicaciones biológicas de fármacos.

«Hemos cortado por la mitad el nervio de una rata, lo hemos cosido, introducido el Secretoma y pasó de coja a tan normal, se regeneró perfecto», explica, porque los resultados positivos de esta sustancia se extienden a la regeneración de huesos y cartílago, lo que abre infinitas posibilidades para corregir problemas bucales recuperando encías y sanando la movilidad de rodillas, entre otras.

«Las aplicaciones son muchísimas, porque contiene mil proteínas no tóxicas para el cuerpo, pero como se manipulan las células madre para extraerlo, la Agencia del Medicamento lo considera una vacuna y se requiere todo un protocolo para aprobarlo para cada uso diferente», reconoce.

El grupo lleva cinco años investigando el Secretoma.

Su esperanza es que dada la magnitud de los beneficios, y una vez aprobada la red de terapias celulares en CyL hace un mes, de la que forma parte el Instituto de Investigación Biosanitaria de León (Ibioleón) con el que colaboran, se consiga un ensayo clínico con pacientes donde avanzar en los trámites para aprobar su uso. «Ahora sólo está autorizado un ensayo en Europa, pero esperamos conseguirlo también», indica esta investigadora leonesa.

El comportamiento del Secretoma se investiga como una terapia regenerativa para variadas enfermedades, ya que permite aprovechar los beneficios de las células madre sin necesidad de trasplantarlas directamente. La medicina regenerativa representa un campo de innovación biomédica enfocado a reparar, reemplazar o regenerar tejidos y órganos dañados mediante el uso de terapias avanzadas.

Este enfoque permite abordar enfermedades y lesiones que hasta hace poco carecían de tratamientos efectivos, y ha supuesto una revolución clínica en áreas como la traumatología, la ortopedia, la odontología o la neurología, entre otras.

Este conjunto de moléculas bioactivas se enmarca en la terapia «libre de células». Posee propiedades terapéuticas al modular la inflamación, estimular la regeneración de tejidos y favorecer la cicatrización «de forma similar —e incluso más segura y controlada— que la administración de células vivas», matiza. El Secretoma «representa el ‘lenguaje’ que utilizan las células madre para promover la regeneración de tejidos dañados». En concreto, el derivado de células madre mesenquimales del tejido adiposo, con el que trabaja Biolfar en la Universidad de León, «destaca por su versatilidad, bajo riesgo inmunogénico y facilidad para su estandarización y conservación, lo que constituye una alternativa prometedora a la terapia celular clásica», precisa Vega Villar.

El trabajo se desarrolla en Veterinaria.ANGELOPEZ

Reescribir el código de la vida para un cuidado de la salud sin precedentes

Los investigadores leoneses del grupo Biolfar participan en reescribir el código de la vida para un cuidado de la salud sin precedentes. El Secretoma es un pilar de la medicina regenerativa, ya que se usa para tratar heridas (úlceras o quemaduras), y para regenerar tejidos como el óseo. Es eficaz en enfermedades inflamatorias y se investiga como un tratamiento para las patologías inflamatorias crónicas. 

Incluso es fundamental para comprender la comunicación celular y para desarrollar herramientas terapéuticas dirigidas al cáncer. Su gran ventaja es que constituye una terapia libre de células. Permite obtener los beneficios de las células madre sin la necesidad de trasplantes celulares invasivos.Y al purificarlo, «se puede enriquecer la mezcla con factores bioactivos específicos y con plasma rico en plaquetas, lo que da un plus a los resultados», indica Vega Villar. La terapia con células madre presenta retos significativos para la obtención, manipulación y supervivencia de las células tras su implantación, dificultades regulatorias y costes elevados frente al Secretoma, fácil de conservar y aplicar. La combinación de biotecnología, ingeniería genética, nanotecnología e inmunoterapia está marcando un avance sin precedentes en la medicina.