El exlateral del Recre celebra que su hijo dé el salto al fútbol español, recordando con emoción su etapa en Huelva.

El apellido Pernía vuelve a aparecer en el mapa futbolístico español. Dos décadas después de que Mariano Pernía dejara su sello imborrable en el Recreativo de Huelva, su hijo Cristiano ha decidido seguir sus pasos y cruzar el océano para iniciar su propia aventura deportiva en las categorías inferiores del Getafe. Una historia con aroma albiazul que revive la huella que el exlateral argentino dejó en el Decano.

Mariano Pernía (Tandil, Argentina, 04/05/1977) aterrizó en Huelva en el mercado invernal de la 2002/03 y prolongó su estancia durante la 2003/04. Lateral zurdo de enorme despliegue, potencia y precisión en su golpeo, conquistó al recreativismo por su carácter incansable y por aquella zurda que firmó goles memorables en el Recre de Lucas Alcaraz en Primera División, y más tarde en el equipo dirigido por Paco Herrera y posteriormente Sergio Kresic. Su rendimiento le permitió dar un salto importante en el fútbol español, consolidándose en el Getafe y posteriormente en el Atlético de Madrid, hasta el punto de ser convocado por la selección española y participar en el Mundial de Alemania 2006 bajo las órdenes de Luis Aragonés.

Hoy, el motivo de su presencia en la actualidad es su hijo Cristiano, que a sus 18 años ha dejado Argentina para incorporarse a la cantera del Getafe. El propio Pernía compartió en redes sociales un mensaje cargado de emoción al despedirse de él: «Llegó el día en el que tu sueño está por encima de lo que mamá y papá quieren, que es tenerte a nuestro lado día a día. Vamos a estar a más de 12.000 kilómetros, pero siempre al lado tuyo en cada sueño que tengas. ¡Te amamos! ¡Ya falta menos! A defender los colores de un club que está en mi corazón»

Más tarde, en el canal del periodista onubense Fran Barbosa, Carril 10, Mariano profundizó en cómo ha vivido este proceso familiar, explicando que pasó un tiempo acompañando a su hijo en los primeros pasos de esta nueva etapa: «Estuve en Madrid con mi hijo, que se quedó jugando al fútbol en el Getafe y fuimos a apoyarlo. La tarea que tiene que hacer un padre en el momento que más lo necesita y una vez todo está acomodado y encaminado, me volví y quedó solo».

Sobre las condiciones del joven Cristiano, el exrecreativista detalló que su evolución recuerda en parte a la suya, aunque con perfiles complementarios: «Él tiene 18 años, le pega con la pierna diestra y juega de lateral derecho, lo contrario que su padre. Es un jugador muy inteligente, parecido a mí porque yo no tenía uno contra uno o regate, pero lo suplía con otras cosas, como la colocación o la lectura del partido. Eso es una virtud: saber tus debilidades para que se noten lo menos posible». Añadió además que ambos comparten una disciplina muy marcada con el golpeo: «El disparo también se practica mucho. Yo me quedaba mucho a pegarle a puerta después de los entrenamientos, y eso también lo tiene claro».

Y, fiel a su vínculo sentimental con el Decano, Mariano no dejó pasar la oportunidad de tener un guiño para el recreativismo: «Yendo allí le dije que no se preocupara, que si no va bien la cosa hablaremos con el Recre para ver si había algún lugar, que me encantaría. Ojalá pueda disfrutar del fútbol como yo lo hice en España. En Huelva empecé a disfrutar de jugar al fútbol».

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