Jaime Pradilla a sus 24 años, está atravesando el momento más dulce de su carrera. El pívot aragonés, que combina la movilidad de un ala-pívot abierto con la fortaleza de un cinco interior, está firmando su mejor temporada estadística en la élite del baloncesto europeo.
Su evolución en los últimos años ha sido constante, pero en este curso ha dado un salto al frente que los sitúa entre los jugadores más completos del Valencia Basket.
Con contrato hasta 2027, el conjunto ‘taronja’ ha encontrado en Pradilla una pieza estructural para el proyecto de Pedro Martínez. Y los números lo reflejan: 10,8 puntos, 5,2 rebotes, 2,7 asistencias, con unos porcentajes que impresionan por su posición en la pista, 73,5% en tiros de dos, 47,8% en triples (una notable mejora de los últimos años) y 58,3% desde el tiro libre (aspecto para mejorar mucho más durante la temporada), además de 16,3 de valoración por partido.
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EFE

Más allá de las estadísticas, Pradilla impacta desde su versatilidad. Puede castigar desde el poste como un cinco puro, pero también abrir la pista y jugar de cara como un cuatro moderno.
Otra de sus buenas virtudes es poder correr la pista, finalizar en transición y generar ventajas en movimientos cortos lo convierten en un arma táctica en manos de Pedro Martínez y el cuerpo técnico valenciano.
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En el rebote, uno de sus sellos más reconocibles, el jugador maño muestra un instinto especial, recordando «salvando las distancias» a la intensidad y olfato que hizo de Felipe Reyes uno de los mejores interiores nacionales del último siglo. Esas ganas controladas le permite sumar segundas opciones en ataque y cerrar el aro con autoridad.
Todo ello está llevando al aragonés a un estatus superior dentro del baloncesto español. Pradilla no solo produce: crece, lidera y se consolida en los esquemas de Valencia Basket. Y si mantiene esta línea ascendente, será uno de los referentes interiores del futuro en la selección de Chus Mateo.