La debilidad defensiva de los Lakers que unos San Antonio Spurs sin Victor Wembanyama expusieron en los cuartos de final de la Copa NBA no es la única preocupación que angustia a JJ Redick: también cómo el conjunto de Texas defendió a Luka Doncic en lo que parece ser el principio de una moda expandiéndose en la liga estadounidense.
El entrenador de los de púrpura y oro, preciso y trasparente como pocos en los análisis tácticos de su equipo, hizo referencia a ello en la rueda de prensa postpartido, empezando por la poca aportación del banquillo y de actores complementarios como Rui Hachimura.
“Jake (LaRavia) jugó ocho minutos, Gabe (Vincent) tuvo un tiro, Rui hemos tenido un par de partidos incluyendo hoy con cuatro tiros. Fue similar al partido de Phoenix (derrota por 108-125), en el que ellos jugaron con un drop más profundo, forzando a Luka y a Austin Reaves a esos tiros en la pintura pero no cerca del aro, no teniendo que poner dos en el balón, no teniendo que depender del hombre en posición baja porque tienen a Luke Kornet y Mark Williams, así que no hay cosas de lado débil”, subrayó Redick.
“Ese es el tipo de cobertura que permite a los equipos jugar dos contra dos contra nosotros. Tuvimos un poco de éxito en la primera parte con el stack (refiriéndose a los bloqueos dobles), pero tenemos que averiguar eso, por supuesto”, añadió el entrenador de unos Lakers que nunca encontraron consistencia en ataque pese a los 35 puntos del ex del Real Madrid.
Doncic es el jugador de la NBA que más obliga a los entrenadores de la mejor liga del mundo a ajustar sus pizarras reconocido por los propios técnicos. Y en esa carrera por atenuar el poder del mago de Ljubljana se ha dado con el invento de poner al pívot en una posición más hundida en la cobertura de drop en la defensa del pick and roll del ’77’.
La finalidad del matiz en cuestión, puesto en práctica primero por los Phoenix Suns hace dos semanas, es desconectar a Doncic del resto del equipo, ‘invitando’ al esloveno a resolver el partido por sí mismo -38 puntos en la derrota ante los Suns-.
Todo ello, a costa de impedir que el resto de sus compañeros se aprovechen de las ventajas numéricas que ha menudo genera el ’77’ atrayendo varios jugadores y habilitando tiros abiertos para los demás. Ya dijo una vez Doncic que “me encantan las defensas dobles” pues el esloveno castiga la acumulación de defensores alrededor de él como nadie.
La posición hundida del pívot en la pintura permitió a los Suns mediante Williams y a los Spurs a través de Kornet evitar que Doncic llegara a una posición cercana al aro para finalizar, obligando al esloveno a tiros más forzados desde posiciones más lejanas y con el desgaste de bregar con agobiantes defensores grandes capaces de pasar bien los bloqueos o, cuanto menos, molestar al manejador una vez superado, como el villano Dillon Brooks o Julian Champagnie (ambos de 2,01).
La ubicación más hundida del pívot generó un efecto dominó por el cual Doncic no podía asistir a Deandre Ayton o Jaxson Hayes para esos lobs y alley-oops que tanto le gustan al esloveno al estar la pintura cerrada a cal y canto. Cuando el pívot sale al paso de Doncic y deja espacio en la pintura a su espalda, Ayton o Hayes machacan el aro a su gusto atropellando el jugador más pequeño que acude desde el lado débil para proteger el aro, lo del low man a lo que se refería Redick.
Con tal planteamiento, ni Suns ni Spurs nunca pusieron dos jugadores a defender al ’77’, evitando que ningún otro jugador de los Lakers quedara sin marca en ningún momento y la consiguiente rotación de las defensas, sobre las que Doncic pone mucho estrés cuando detecta con su rapidez habitual el mejor pase para castigar los dobles marcajes.
Sucede muchas veces, como se ve en el ejemplo de los Sixers y Joel Embiid, que incluso no saltando los equipos a Doncic con un trap agresivo en la defensa del pick and roll, el esloveno acaba recibiendo un 2×1 con el pívot saliendo a su paso. También fuerza ese tipo de situaciones el ex del Real Madrid, que domina los ritmos como nadie y con su tempo de penetración atrae a veces al pívot rival lo suficiente como para que la defensa en drop del oponente se acaba convirtiendo en un 2×1 entre el defensor primario de Doncic intentando pasar el bloqueo y el defensor del bloqueador acercándose poco a poco al ’77’.
El esloveno anotó 38 puntos contra los Suns pero sólo firmó 5 asistencias y tuvo hasta 9 pérdidas en su intento de involucrar al resto de sus compañeros para que los Lakers terminaran con sólo 18 pases de canasta. Contra los Spurs Doncic anotó 35 tantos y mejoró en la dirección con 8 asistencias y 3 pérdidas, pero incluso encontrando más a sus compañeros el ataque de los de púrpura y oro se vio bastante estancado y el banquillo estuvo desconectado a excepción de los 26 puntos de Marcus Smart.
Ni Suns ni Spurs tuvieron que recurrir a lo de doblar a Luka Doncic en los últimos minutos para ser otros los que se jugaran los tiros, algo que hicieron los Sixers el pasado domingo siendo LeBron James el que castigó la excesiva atención a Luka con los 29 puntos de The King (108-112). Los Spurs sólo lanzaron al esloveno un 2×1 una vez y muy mal ejecutado al ser en todo el centro con Smart a un pase de distancia, convirtiendo el de los Celtics el triple liberado.
En la NBA de hoy -y más ante un jugador generacional como Doncic-, hay que renunciar a algo en el planteamiento defensivo y los Celtics precisamente fueron los que demostraron en las Finales de 2024 que la mejor manera de contrarrestar a Doncic es aislarle del resto del equipo defendiéndole 1×1.
En aquella ocasión, Boston optó por cambiar en muchas ocasiones todo en los bloqueos con Al Horford quedándose como hombre grande con Doncic en el perímetro y los de Joe Mazzulla se llevaron por delante a los Mavericks en la serie por el anillo (4-1).
Si bien Suns y Spurs no tienen un pívot de ese perfil capaz de cambiar todo en los bloqueos -sí lo puede hacer Wembanyama pero no estaba-, Mark Williams y Luke Kornet son dos ‘5’ con gran envergadura que abarcan mucho terreno con su físico y con su manera de contemporizar ante las penetraciones.
Los Thunder se supieron ajustar al genio de Luka Doncic y después de que este les despidiera de las Semifinales de Conferencia en 2024 tras diseccionar coberturas agresivas ficharon a Isaiah Hartenstein. Con la humillación de los Lakers sufrida en Oklahoma hace un mes como mejor ejemplo (121-92), el pívot alemán demostró ser un hacha en lo de medir a qué altura quedarse en la defensa del pick and roll de Doncic.
El germano mide muy bien hasta qué punto salir para disrumpir la penetración para luego recuperar posición pero luego los Thunder también tienen como low man protegiendo el aro a un hábil bigardo de 2,16 en Chet Holmgren. Además de un ejército de defensores de élite pasando bloqueos con Cason Wallace supliendo a Lu Dort contra los Lakers en aquella ocasión.
El hecho de que los Lakers no tengan un pívot puro con tiro exterior refuerza este tipo de planteamiento con drops más profundos al no tener los hombres grandes rivales por no tener que preocuparse por nada más que las continuaciones al aro de Ayton y Hayes.
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Habrá que ver si Redick recurre a quintetos pequeños con LeBron o Hachimura de ‘5’ para presentar amenaza exterior, aunque el entrenador de los Lakers también puede considerar los dos bloqueos consecutivos a los que se refería o jugar con el ángulo del pick and roll.
El siguiente rival de los de púrpura y oro en la madrugada del domingo al lunes -los Phoenix Suns-, no puede llegar en un momento más oportuno, pues será una ocasión de oro para los Lakers para demostrar que han aprendido la lección. Y para cortar de raíz con sus potenciales ajustes lo que apunta a convertirse en una peligrosa moda para frenar a Luka Doncic.