No hay ni un alma en los bajos de Argüelles, en el barrio madrileño de Chamberí. Es martes y son las cinco de la tarde así es que es normal, pero el vacío no deja de provocar una sensación extraña a quien se ha … pasado media vida juergüística rebotando como una bola de pinball entre las barras del Lemmy, el Orion, el Tuareg, el TNT y tantos otros garitos míticos de este nido de leyendas urbanas en el que se reunían miles de chavales de todas las tribus imaginables cada fin de semana, algunas veces en paz y otras a tortazos.

«No te creas que cambia mucho la cosa un viernes, esto está muy de capa caída», asegura Héctor, el dueño del bar Fenrir, el más grande dedicado al heavy en la capital y visita obligada para los fans del subgénero power-metal. Mientras nos abre la puerta nos cuenta que los bares rockeros de la zona han ido cayendo uno tras otro y que él va tirando gracias a la parroquia fiel que le queda después de la pandemia, «cuando el ocio cambió por completo», suspira. «Y por no hablar de que a los chavales ahora les va otro tipo de música, claro…».

Pero este es un día feliz en el Fenrir. La totémica formación original de Obús se ha reunido después de veinte años para dar un concierto único en el Palacio Vistalegre (este sábado 13 de diciembre a las 21h, entradas desde 39 euros), y para celebrar tan esperado reencuentro ABC ha organizado una charla entre ellos y uno de los grupos punteros del hard-rock/heavy entre la chavalada, los jovencísimos Wildhärd (un quinteto de Alcorcón antes llamado Invaders), para que hablen precisamente de eso, del pasado, presente y futuro del género.

«Si estos chicos quieren saber cómo va a ser su futuro, que miren nuestras calvas y tomen nota de lo que les espera», se arranca Fernando Sánchez (baterista de Obús) entre carcajadas para romper el hielo. La media de edad en Obús ronda los setenta años, y la de Wildhärd, los veintipocos. Pero la brecha generacional en lo cultural queda en su caso prácticamente anulada por su pasión compartida por el heavy metal, así que la química fluye entre ellos al instante y, además, ya tuvieron un primer contacto cuando el guitarrista de Wildhärd, Adrián ‘Viper’ García, dirigió el documental ‘Obús, 40 años por y para la música’.

«Obús son el espejo en el que se miraron todas las bandas de la época y las que se formaron en los cuarenta años siguientes»

Adrián ‘Viper’, guitarrista de Wildhärd

«Yo creo que Obús es la banda pionera del heavy en España», dice el músico y cineasta. «Ellos fueron los que importaron ese sonido que nació en Inglaterra con Judas Priest y otras bandas. Cuando lo trajeron a nuestro país, Obús marcaron el camino para todo lo que vendría después. Son el espejo en el que se miraron todas las bandas de la época y las que se formaron en los cuarenta años siguientes».

Engancharse al heavy con 40 años de diferencia

Teniendo delante a dos generaciones de heavies, resulta interesante descubrir qué fue lo que les atrajo de esta música no apta para cobardes, y si hay mucha diferencia entre sus respuestas. «En aquella época, los que ya tocábamos algún instrumento practicábamos con canciones de Deep Purple y Led Zeppelin, que fueron el embrión del heavy metal», explica Fernando, el batería de Obús. «En los ochenta, cuando el rock estaba un poco decaído y estaba de moda la new wave, de pronto empezaron a tener mucho éxito grupos como Saxon, AC/DC, Van Halen, etc, que nos inspiraron no sólo en cuanto a música, sino también en cuanto a la ropa que vestían. Cuando salimos nosotros, ningún grupo de España llevaba esa estética».

En esencia, lo que no ha cambiado es que quien cae bajo el hechizo no sólo escucha heavy. Es, heavy

El heavy metal ha evolucionado desde entonces pero quizá no tanto como otros géneros. Y el cantante de Wildhärd, Izy Blaze, corrobora que cuarenta años después, las razones y los referentes para engancharse a su musculoso sonido no han cambiado mucho. «Lo que a mí me atrapó es descubrir a leyendas como Obús. Y el primer disco que mi padre me puso cuando tenía seis o siete años fue de Ozzy Osbourne. Esa actitud, no solo musical como decía Fernando, sino de estética y de la forma de transmitir, es lo que me marcó y me animó a dar mis primeros pasos en la música».

En esencia, lo que no ha cambiado es que quien cae bajo el hechizo no sólo escucha heavy. Es, heavy. Y ser heavy es una forma de vida, una manera de entenderse a uno mismo en su relación con el mundo, pero ¿es eso tan cool entre la gente joven de 2025 como lo fue en los ochenta?

Imagen principal - Arriba, los miembros fundadores de Obús, reunidos en el bar Fenrir de Madrid el pasado martes. Abajo, imágenes de antiguos conciertos de la formación original

Imagen secundaria 1 - Arriba, los miembros fundadores de Obús, reunidos en el bar Fenrir de Madrid el pasado martes. Abajo, imágenes de antiguos conciertos de la formación original

Imagen secundaria 2 - Arriba, los miembros fundadores de Obús, reunidos en el bar Fenrir de Madrid el pasado martes. Abajo, imágenes de antiguos conciertos de la formación original

Arriba, los miembros fundadores de Obús, reunidos en el bar Fenrir de Madrid el pasado martes. Abajo, imágenes de antiguos conciertos de la formación original
TANIA SIEIRA

«En nuestro época ser heavy sí que molaba mucho», afirma Paco Laguna (guitarra de Obús). «Era una tendencia que tenía cantidad de seguidores. Pero al heavy también se le asociaba con gente violenta y conflictiva. ¡La gente se cambiaba de acera si se cruzaba contigo! Ahora las pintas heavies son más un ideal del pasado, porque si sales a la calle te encuentras muy poca gente así, cuando hace cuarenta años las chupas de cuero y los pelos largos estaban por todas partes, sobre todo en los barrios periféricos».

«A mí me encanta la pinta que llevan estos colegas», bromea Fortu señalando a sus pupilos alcorconeros, que confiesan sentirse bastante ‘rara avis’ entre la gente de su edad. «Yo creo que somos la excepción que confirma la regla, sobre todo con esta estética tan ochentera», autorretrata Adrián ‘Viper’. «Sí que sigue habiendo mucha gente que le gusta el rock y el metal, pero yo creo que lo que comentaba Paco sobre la imagen de delincuencia que se ha tenido del heavy en este país, ha lastrado al movimiento. Eso ha terminado afectando y por eso ahora incluso somos más minoría. Pero bueno, lo somos a buena honra, orgullosos».

«Nunca nos han tratado muy bien, así que estamos acostumbrados», asegura Fortu, mientras Fernando asiente antes de añadir que el heavy «siempre ha estado en la oposición», algo que su compañero Juan Luis Serrano (bajista) extiende a la propia vida cultural del movimiento, que se fue acotando a base de cierres de salas de conciertos, locales de ensayo y discotecas heavies «porque los medios apoyaron a la Movida Madrileña, que llenaba salas de ochenta personas, cuando Barón Rojo, Leño o nosotros llenábamos plazas de toros». «Ni la prensa, ni la industria ni los políticos nos han tratado bien nunca», retoma el cantante. «Estamos acostumbrados a luchar, y vamos a seguir luchando. El rock no está muerto ni va a morir, porque nosotros siempre estaremos levantando la bandera como podamos, reivindicando nuestra ideología y nuestra forma de ser».

¿Y cuál es la ideología del heavy? ¿Ha cambiado en estos cuarenta y cinco años desde el nacimiento de Obús? «La música, y sobre todo la música heavy, aboga por la libertad y el respeto», sintetiza Izy. «Nuestra ideología la proclamamos en nuestras canciones, y nosotros venimos de la calle», sentencia Fortu. «Somos de familias humildes, de padres obreros, de familias trabajadoras. ¿Hay que decir de qué partido somos? ¿No es suficiente con las canciones? Más claro que eso… Con mis canciones te digo de qué partido soy, o de qué partido no soy».

El concierto de Vistalegre

Por descontado, los chavales de Wildhärd (que por cierto acaban de sacar un formidable nuevo disco titulado ‘Love N’ lies’) estarán en primera fila este sábado en el Palacio Vistalegre para no perder detalle de la lección de heavy metal que van a dar sus maestros durante algo más de dos horas en un concierto «con un repertorio muy amplio y mucho espectáculo» que se presenta como el «único» que van a dar, tal como explica Fortu.

«La idea surgió de nuestra agencia de management. Ellos nos propusieron hacer esta reunión, que yo creo que era necesaria. Ya antes de todo esto, Paco le había comentado a Juan Luis que estaría bien volver a tocar juntos algún día», explica el cantante mientras su guitarrista asiente. «Estamos deseando subirnos al escenario, y yo personalmente estoy muy feliz de haber decidido reunir a la formación original. Todos estamos súper contentos de haber dado este paso hacia delante, nunca mejor dicho», remata Fortu buscando la mirada de aprobación de sus compinches, y haciendo un guiño a la canción que se han animado a grabar para celebrarlo, ‘Siempre hacia delante’.

Sacar un tema nuevo, y con ese título, parece una señal de que quizá esta reunión no sea tan efímera. Así que antes de despedirnos, pedimos a los veteranos que nos cuenten qué será lo próximo para Obús. Pero Fortu, un tipo astuto como pocos, esquiva la pregunta y lo deja en el aire.

En cualquier caso, pase lo que pase con ellos, y cambie lo que cambie la juventud, el descomunal legado de Obús es ya inmortal gracias a la valentía y brillantez de sus diez discos de estudio y también de su par de brutales álbumes en vivo, especialmente el legendario ‘En directo 21-2-1987’, que el guitarrista de Wildhärd se ha traído en vinilo al encuentro para que Fernando Sánchez le estampe su autógrafo. «¡Maravilla!», exclama el joven jevata mientras el gesto generoso del baterista le ilumina la cara de felicidad. «Es que es el último miembro que me quedaba por firmarme esta joya, ¡sííí!». Ah, la magia del heavy metal…