Después del dulce sabor de la victoria ante el Estudiantes, el pabellón tuvo que experimentar el amargo regusto que dejó la derrota ante el Inveready Gipuzkoa. Los morados, irreconocibles en una primera parte en la que se quedaron en 24 puntos, estuvieron cerca de la remontada en un último cuarto en el que tuvieron más anotación que en toda la primera mitad y en el que llegaron a ponerse a nueve con un Kunkel espléndido. Pero, al final, fue remar para morir en la orilla, acusando sus malos 20 primeros minutos.

Wintering era el primero en encontrar canasta, pero pronto se ponía el Inveready Gipuzkoa a los mandos en el marcador, marchándose hasta los ocho de diferencia con la muñeca de Varela desde los 6,75 metros, las canastas de Nicolau debajo del aro y tres tiros libres de Korsantia. Borg, en suspensión, daba algo de aire a los suyos, aunque los donostiarras seguían acumulando buenas acciones en ataque hasta poner el 8-15 que ocasionó el primer tiempo muerto del partido, solicitado por Natxo Lezkano. Seguía sin haber fluidez y acierto en el ataque de los palentinos, que no encontraban el modo de sumar en el marcador, con porcentajes demasiado bajos para lo que estaba exigiendo el compromiso. Ansorregui colocaba la máxima diferencia hasta el momento, de nueve puntos, poniendo el 11-20 con el que se llegó al final del primer cuarto.

Entre Ansorregui y Maiza llevaban la renta más allá de los diez puntos, momento en el que llegó la necesaria —y momentánea— reacción colegial, liderada por Wintering. Sergio García lo paraba a 7’31 con 15-25 en el marcador. El ajuste de los visitantes les llevó a volver a encontrar la inspiración en ataque, mientras que los palentinos intentaban sobrevivir agarrándose a Wintering, que parecía el único capaz de ver el aro con normalidad. El atasco local era una realidad y Gipuzkoa se aprovechaba de las circunstancias para ponerse 19-33, obligando a Lezkano a pedir su segunda pausa. Pero la ansiada respuesta seguía sin llegar y Gipuzkoa se colocaba 20 arriba con el triple de Varela (21-41), que alcanzaba los diez puntos ante la pitada del pabellón. El Súper Agropal Palencia, con un enorme bloqueo en ataque, se marchaba al intermedio 20 abajo, quedándose en solo 24 puntos (24-44) y ante el descontento de una parte importante de sus aficionados, que se expresaron cuando los jugadores encaraban el túnel de vestuarios. Otra parte decidió aplaudir y mostrar sus ánimos al equipo. Lo cierto es que, al descanso, los porcentajes de acierto de los locales no eran nada halagüeños (36,4 % en tiros de dos, 0 % en el triple, en ocho intentos, y 47,1 % en el tiro libre). En otra faceta importante como el rebote, Gipuzkoa había capturado diez más y además había anotado diez puntos más de segunda oportunidad. Había mucho que mejorar en la segunda parte.

El Súper Agropal Palencia lo intentó hasta donde pudoEl Súper Agropal Palencia lo intentó hasta donde pudo – Foto: Óscar Navarro

El Súper Agropal Palencia intentaba encontrar la solución a sus problemas en un tercer acto que pronto se vio salpicado por la polémica en un acción en la que se debió señalar una falta clara a Wintering corriendo al contraataque, que desembocó en la expulsión de Natxo Lezkano por dos técnicas y en el sonoro enfado de un pabellón muy disgustado con el trío arbitral. No beneficiaba el clima de crispación al equipo morado, que no conseguía frenar el ataque de un Gipuzkoa mucho más fresco y menos enojado. Se sumaba además otra piedra en el camino, la lesión en la muñeca izquierda de Jakovics, que abandonaba el parqué directamente a vestuarios. Todo estaba en contra, aunque Manu Rodríguez en un triple y Kunkel al contraataque bajaban los 20 de diferencia, pulsando la pausa Sergio García (37-56 a 2’11). Ansorregui cerraba desde los 6,75 el tercer acto, que terminó con 39-60.

El Súper Agropal Palencia lo intentó hasta donde pudoEl Súper Agropal Palencia lo intentó hasta donde pudo – Foto: Óscar Navarro

Mucho que remar en el último y definitivo acto. Kunkel, de tres, se ponía manos a la obra. Entraba en ebullición el estadounidense, que rebajaba la diferencia a 15 puntos. Tres tiros libres más para Kunkel y otro triple del norteamericano, que revolucionaba el partido con sus doce puntos seguidos y el Súper Agropal a nueve del Gipuzkoa (tiempo muerto de García con 51-60 a 7’08, después del parcial de 12-0 que firmó Kunkel en solitario). A la reanudación, Kunkel forzaba la falta, metiendo en bonus a los donostiarras y anotando uno de los dos libres. Ya eran trece puntos seguidos para él. Varela encontraba a Ngom por dentro para que volviera a poner la diferencia por encima de los diez. El chileno, que estaba siendo el mejor de los suyos, forzaba con otro triple el tiempo muerto de Padilla (53-67 a 4’29). Regresaban los palentinos con Borg anotando de tres. Dos errores en ataque provocaron que Gipuzkoa, de nuevo por medio de Varela, que firmaba dos triples, recuperase una renta importante (58-74). El choque se había enfriado mucho cuando restaban dos minutos. La diferencia era ya suficiente para el equipo donostiarra, que sacó el triunfo de La Caldera de Castilla. El Súper Agropal Palencia lo intentó hasta donde pudo, pero se quedó a medias de la remontada (64-76).