De soñar miradas a construirlas hay todo un oficio. El de Esteban Sánchez (Sevilla, 1990) es el de la imaginería. Sevillano de nacimiento, fue él quien trato de recobrar el aspecto original de la Virgen de la Esperanza aquel 21 de junio en una madrugada … que se alargó demasiado. La junta le pidió a él y a Carlos Peñuela, Conservador de Bienes Muebles de la corporación, que subsanasen tanta extralimitación de Arquillo. Sin ser su responsabilidad, sirvieron a su hermandad, pero la Virgen de la Esperanza reclamaba una restauración integral que hoy ya celebra toda la Macarena. Y Esteban Sánchez ya puede decir que ha conseguido recuperar la mirada de Sevilla.

– Me gustaría empezar aclarando que atiendo su entrevista mostrando la más sincera humildad que la situación requiere. No quisiera ocupar un lugar que no me corresponde, ni busco protagonismo alguno. Yo simplemente soy un devoto más de cuantos han padecido esta situación.

– Es la primera que concede, de hecho. ¿Quién es Esteban Sánchez y cuándo llega al mundo de la imaginería?

– No recuerdo mi primera conexión con el mundo de la escultura. Las primeras referencias que tengo vienen de mis familiares que siempre vieron en mí capacidad, destreza y sensibilidad a la hora de apreciar y desarrollar el arte. Desde niño basaba mis tardes de juego dibujando o haciendo imágenes religiosas. Lo que empezó siendo un hobby se acabó convirtiendo en mi pasión y en mi profesión.

– ¿Cuál es su formación y experiencia?

– Con ocho años compaginaba la formación básica obligatoria con el aprendizaje de la técnica y la disciplina de trabajo en un taller de imaginería profesional. Así continué mi formación hasta finalizar mis estudios en la Escuela de Arte de Sevilla. Tras esto, decidí emprender mi carrera atendiendo encargos para hermandades y particulares.

– ¿Qué obras devocionales destacaría de su producción?

– Es difícil recordar tantas familias, hermandades, parroquias, pueblos o ciudades que han depositado su confianza en mí para realizar imágenes devocionales. Por la especial vinculación que tiene con mi pueblo de Castilleja de la Cuesta y mi familia, mi Cristo de la Salud de la Parroquia del Divino Salvador de Nueva Sevilla. Marcó un antes y un después en mi carrera por la gran devoción popular que despierta. No quisiera pasar por alto esta ocasión sin mencionar a mi Virgen de las Lágrimas, que causó buenas críticas desde que la realicé en 2013.

– ¿Cuándo llega a su vida la Macarena?

– No tengo uso de razón del primer recuerdo que guardo con Ella. La Esperanza Macarena es algo que va intrínseco en el ADN de los sevillanos. En mi caso, se trata de la principal devoción de mi madre. Cuando yo era niño, frecuentábamos mucho el Hospital Virgen Macarena, así que visitar a la Señora era parada obligatoria para pedirle salud, lo más importante.

– Le he visto vídeos en los que es capaz de obtener su rostro en bustos en cuestión de minutos. ¿Cuántas copias tiene?

– No he realizado muchas, pero la copia a tamaño natural que realicé con 14 años como regalo para mi madre fue la que más repercusión creó en el mundo cofrade. Tal fue, que una Madrugá un nazareno de la Virgen me repartió una estampa de mi propia obra, confundiéndola con la original. También he visto lápidas en cementerios con fotos de la mía. Tengo especial cariño a la última que he realizado, en tamaño natural. Por casualidades de la vida, empecé a realizarla justo después de Semana Santa, y finalicé poco antes de todo lo que desgraciadamente aconteció con la intervención de la original.

Última copia de la Virgen de la Esperanza realizada por Esteban Sánchez en su taller

Última copia de la Virgen de la Esperanza realizada por Esteban Sánchez en su taller

ABC

-¿Cómo consigue sacar cada detalle de un misterio —que es su mirada— tan indescifrable?

– El rostro de la Santísima Virgen es algo que me ha obsesionado y perseguido siempre. Toda mi vida he sentido una gran atracción por cómo algo imperfecto y tan perfecto a la vez puede causar tanta pasión y remover los sentimientos de tantas personas a nivel devocional y artístico. Los artistas sacros, al fin y al cabo, aspiramos a plasmar ese sentimiento y esa trascendencia divina en nuestras obras. Por ello he dedicado tantas horas a estudiar cada milímetro de su rostro. A todo esto hay que sumar la profunda fe que en mí despierta la figura de la Madre de Dios, María de Nazaret.

– La hermandad comunicó que usted había ayudado a la Virgen a recobrar su aspecto con la colocación de pestañas. ¿Qué pasó aquella noche en la que Arquillo pretendió volver para solucionar su entuerto?

– La hermandad requirió de mi ayuda para realizar un nuevo juego de pestañas a la imagen, ya que el resultado de la mañana del 21 de junio no fue el deseado, como todos sabemos. Tanto para mí personalmente, como para tanta gente, la Virgen en ningún momento recuperó su aspecto original. Es por ello por lo que la hermandad vuelve a solicitar mi ayuda la noche del 21 al 22 de junio, tal y como la propia corporación ha aclarado en varias ocasiones. Quiero aclarar que en ningún momento, ni la hermandad ni yo pretendíamos arreglar el problema causado. El daño era claro.

– Hacía falta una restauración mucho más profunda.

– La Virgen precisaba ser intervenida durante el tiempo oportuno y necesario por un profesional de la conservación y restauración, no por un escultor imaginero. A causa del desconocimiento sobre cómo se iba a llevar a cabo dicha restauración, la hermandad pretende aliviar el dolor a tantos devotos devolviendo una imagen de la Virgen más similar a la que todos conocemos. Todo este proceso se realiza con materiales reversibles, sin dañar la integridad de la talla, y que han sido retirados por Pedro Manzano.

– ¿En qué consistieron esas labores?

– La tarea encomendada era extremadamente compleja, ya que la Virgen presentaba una fisionomía completamente distorsionada. Pese a todo esto, si en algún momento mi intervención sirvió para mitigar el dolor que en aquellas horas era extremo, mi alma queda tranquila de haber podido contribuir aunque sea un poco a ese alivio. Aun así, es evidente que no se podía hacer más en aquellas circunstancias. En cuanto a lo personal, intenté apartar de mí cualquier atisbo de duda o miedo y realizar mi trabajo de la mejor manera posible. Sin embargo, alrededor de la Virgen, se palpa un aura y un clima muy difícil de explicar. Por lo tanto, no me atrevería poner calificativo alguno al mismo. No los encuentro.

La cita

«Si mi intervención (de la noche del 21 de junio) sirvió para mitigar el dolor, mi alma queda tranquila de haber podido contribuir un poco a ese alivio»

Esteban Sánchez

Imaginero

– Ahora ha ayudado a Pedro Manzano a recuperar el semblante de la Esperanza, tan aplaudido por todos. ¿Cómo le da forma a esas pestañas?

– Fui nombrado miembro de la comisión de trabajo de la restauración de la Virgen de la Esperanza. Mi trabajo se ha limitado simple y llanamente a colaborar en la recuperación de su mirada. Concretamente en la realización del juego de pestañas que porta. Hemos sido varios los profesionales que hemos colaborado con Pedro, pero el mérito es suyo por ser la mano ejecutora que le ha devuelto a Sevilla su Esperanza. Bajo mi punto de vista, Pedro Manzano era la persona idónea para llevar a cabo esta restauración por su indudable trayectoria profesional, por el profundo respeto con el que ha tratado a la Señora y por la humildad con la que ha asumido esta tremenda responsabilidad. Sevilla y todos los sevillanos siempre estaremos en deuda con él. Hago extensible esta felicitación y agradecimiento a su esposa, Carmen Mañero.

Plano corto de la mirada de la Virgen de la Esperanza, ya restaurada, y con las pestañas colocadas por Esteban Sánchez bajo supervisión de Pedro Manzano

Plano corto de la mirada de la Virgen de la Esperanza, ya restaurada, y con las pestañas colocadas por Esteban Sánchez bajo supervisión de Pedro Manzano

JUan Flores / ABC

– ¿Qué supone para usted haber contribuido a recuperar la mirada de la Macarena?

– La Esperanza Macarena es la devoción principal de mi madre. En mi casa se ha sufrido y se ha llorado como en cualquier otra casa. La mañana del 8 de diciembre la vi llorar de alegría y emoción ante Ella. Destaco la importancia que cobran los postizos en una imagen devocional, aun habiéndole restado importancia a este tema algunos profesionales de la materia. Se ha demostrado que unos postizos inadecuados desvirtúan completamente la correcta lectura de la fisionomía de la imagen.

– ¿Qué opinión le merece la restauración que ha completado Manzano sobre la Virgen?

– Ha sido una intervención ejemplar. Desde las pruebas iniciales de diagnóstico, pasando por las fijaciones estructurales y hasta las reintegraciones volumétricas y cromáticas. Sevilla cuenta con buenos profesionales en materia de conservación y restauración, pero sin duda, Pedro Manzano ha demostrado ser de los mejores en esta disciplina. Ojalá los acontecimientos se hubieran desarrollado de otra forma. Pero sin duda alguna, gracias a él, tenemos de vuelta a María Santísima de la Esperanza con lo que ello conlleva para la fe y la espiritualidad de la ciudad y del orbe cristiano.