Soraya Pérez

Martes, 5 de agosto 2025, 20:10

Las carabelas portuguesas y medusas siguen acechando la costa asturiana. Las altas temperaturas provocadas por la ola de calor y las corrientes están entorpeciendo el verano de muchos asturianos y turistas. De hecho, este martes la playa de San Lorenzo en Gijón, en la zona comprendia entre San Pedro y La Escalerona, izó su bandera roja desde temprano por la presencia de estos organismos. También se prohibió el baño en Otur (Valdés), el playón de Bayas (Castrillón) y Carranques (Carreño). En Llanes, seis de las playas tienen bandera amarilla y en Villaviciosa todas. (Merón, España, La Ñora y Rodiles). Esto debido a la alta incidencia de los últimos días con carabelas portuguesas. En total, fueron 36 arenales los que lucieron su bandera amarilla y así permanecen.

Pero la situación lejos de mejorar, empeora cada día. Así lo confirman los expertos consultados por este periódico. Para Rafael Lobato Lobo, secretario general de la Fundación Titanic y la Fundación Philippe Cousteau ‘Unión de los Océanos’, además del calor y la subida de las temperaturas en el agua, otro factor que está ocasionando el movimiento de medusas y carabelas a la costa asturiana «es el aumento del tráfico de barcos». Y es que aunque no lo parezca, este incremento de embarcaciones, «está trayendo algas invasoras y carabelas portuguesas».


Según Lobato Lobo «esto no pasaba antes porque había menos tráfico de barcos. Pero no es algo que esté afectando sólo a España, y en concreto a Asturias, también afecta a otros países del mundo. Lo mismo está ocurriendo ahora en Florida, en Estados Unidos», contó el secretario de la Fundación Philippe Cousteau.

Por su parte, el presidente de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, explica que «los vientos del nordeste, que son contrarios a las corrientes por donde flotan las carabelas, están ocasionando que éstas lleguen a la costa, ya que, las desvían e interrumpen su recorrido natural», razón por la cual, para Laria, lo más recomendable es evitar meterse en el agua estos días.

Y es que la picadura de la carabela portuguesa no siempre se siente, añadió Laria, pues «tienen unos tentáculos que son de dos metros de largo, que pueden rozar a los bañistas sin que se den cuenta», zanjó.

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