Maxim Kuzminov se graduó en la Escuela Superior de Pilotos de Aviación Militar de Syzran, la tercera ciudad más grande en el óblast de Samara, Rusia. Como el resto de soldados, tenía un objetivo, una meta y un deber: servir a su país. Seis … meses después de la invasión del ejército de Putin en Ucrania, fue destinado a Mariúpol y luego a Berdiansk. Pilotaba un Mi-8, un helicóptero de transporte, que no participó en ninguna acción de combate, pero aún así quiso huir del horror. La operación ‘Syntysia’ trazó su plan de fuga pasando por Ucrania y ocultándose después en España, concretamente en Villajoyosa, Alicante, como Igor Shevchenko, su nombre falso. Allí, fue acribillado a tiros por unos sicarios que casi dos años después nadie ha encontrado.
Conforme avanzó ABC, la titular de la plaza número 3 de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Villajoyosa decretó esta semana el sobreseimiento provisional, por falta de autor conocido, de la causa en la que investigaba el asesinato del piloto que desertó del Ejército ruso. Una decisión esperada, pese a las sospechas adelantadas por este periódico que apuntaban a un encargo a sicarios por parte de los servicios de inteligencia del Kremlin, puesto que el atestado entregado a la magistrada por la Policía Judicial de la Guardia Civil detalla que «no ha sido posible concretar la autoría material o intelectual de los disparos contra la víctima».
El órgano judicial que estaba ese día de guardia incoó diligencias previas para la investigación de los hechos, calificados inicialmente como un delito de homicidio o asesinato, y decretó el secreto de las actuaciones para proteger las pesquisas. Sin embargo, las numerosas diligencias de investigación practicadas por el grupo de Homicidios de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil no han permitido dirigir la causa contra persona o personas concretas como autoras intelectuales o materiales del crimen.
«Analizadas las circunstancias concurrentes y, teniendo en cuenta los requisitos que deben concurrir para la comisión del ilícito penal, se puede concluir, por esta juzgadora, que no existe prueba suficiente para atribuir la responsabilidad criminal a persona determinada como autor, cómplice o encubridor de los hechos que han dado lugar a la formación de la presente causa», señala la instructora en un auto fechado el pasado mes de septiembre.
De esta manera, la Justicia española no ha podido confirmar las sospechas que existía entre los investigadores de que detrás del crimen estuvieron los servicios de inteligencia militar de Rusia, el GRU, mediante un encargo a sicarios altamente profesionalizados. De hecho, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, llegó a referirse a Kuzminov como un «cadáver moral» y fue calificado en su país de origen de «traidor y criminal».
Tanto que Rybar, el canal de Telegram promilitar ruso con mayor número de seguidores en todo el mundo, publicó un cómic que narraba una suerte de recreación del crimen a sangre fría de Kuzminov. 31 páginas donde se relataba el plan para asesinar al ‘traidor’ y las imprudencias que llevaron a descubrirlo en la costa alicantina. «Es él». Bajan del coche y dicen: «Hey, basura. Esto es por los chicos», antes de acribillarle por la espalda y huir del lugar no sin antes asegurar que estaba muerto. Después, acaba el cómic con el incendio del vehículo utilizado y una conversación entre ambos sicarios mientras contemplan el fuego que calcina el turismo.
Las imprudencias de Kuzminov
Esta historia está llena de matices y puntos inconexos que hoy día siguen siendo una incógnita. Por ejemplo, que la exclusiva de que el asesinato en Alicante era realmente el piloto desertor ruso la publicó el periódico digital italiano ‘Il Corrispondente’, un medio de comunicación rodeado de misterio por su sentir anónimo. Ninguna de sus informaciones llevan firma, pero aún así tuvo la credibilidad suficiente por la agencia estatal rusa Tass para relanzar la noticia con su cita, en todo el mundo.
Tal y como publicó entonces ABC, sorprendió que ese periódico -filorruso-, desconocido para la gran mayoría de italianos, se adelantara a todos los medios publicando el nombre real de la víctima. Citó como fuente a la Guardia Civil y presentó la exclusiva la presentó como si fuera una sentencia contra un criminal y no el asesinato de un piloto que había denunciado públicamente la guerra de Putin en Ucrania: «Los traidores no viven mucho tiempo».

Urbanización donde vivía el piloto desertor ruso en Villajoyosa, Alicante
JUAN CARLOS SOLER
De lo que no hay duda es que el asesinato fue obra de profesionales, que estudiaron a fondo su objetivo hasta decidir el mejor momento para asesinarlo sin fallar. A las 17.30 horas, en la puerta del garaje de los apartamentos donde se escondía Kuzminov en Villajoyosa, donde también vivían compatriotas rusos y ucranianos. Intentó escapar, pero no hubo escapatoria, le acribillaron a balazos y huyeron en un coche que fue calcinado voluntariamente en la localidad de El Campello.
En cuanto cómo pudieron llegar estos sicarios hasta el desertor ruso, cabe incidir en el notable número de imprudencias que llevó a cabo desde que llegó a Alicante, donde era habitual que consumiera drogas, utilizara servicios de compañía e incluso que protagonizara altercados públicos en una zona de apartamento donde vive un gran número de compatriotas. Además, realizaba llamadas telefónicas a su país con asiduidad, incluida su novia a la que invitó a viajar y conocer su nueva vida. En las últimas declaraciones del Gobierno español al respecto, la ministra de Defensa, Margarita Robles, recalcó que el desertor «vino a España libremente» y que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no estaba enterado de su supuesta presencia en territorio nacional.
La huida de Kuzminov
La primera vez que los ucranianos oyeron el nombre de Kuzminov fue el 3 de septiembre de 2023 en un documental emitido en la televisión nacional bajo el título ‘Pilotos rusos caídos’. En la cinta revelaba cómo se planeó la fuga y el aterrizaje de su aeronave, valorada en casi nueve millones de euros.
«Si haces lo que yo hice, este tipo de cosas, no te arrepentirás en absoluto. Tendrás absolutamente todo para el resto de tu vida», asegura Kuzminov, que proporcionó pruebas valiosas sobre la aviación del ejército ruso, su sistema de comunicación y la red de aeródromos. La deserción fue el resultado de una larga operación del HUR para traer el helicóptero Mi-8 y su piloto a Ucrania.
Según relató el después asesinado, sus padres apoyaron sus planes de desertar y se unieron a él en Ucrania, país del que recibió 500.000 dólares en grivnas, la moneda local, así como las facilidades para esconderse en Alicante, donde finalmente sería asesinado, según la Justicia española, no se sabe por quién ni por qué.