Los equilibrios de Juan Ayuso sobre su salida de UAE son difíciles de creer

El caso de Juan Ayuso y su tortuoso divorcio con el UAE Team Emirates es un espejo perfecto de las tensiones que vertebran el ciclismo moderno, ese donde el talento indómito se estrella contra el muro de la jerarquía y el poder económico.

Aquí el resumen y el análisis de la relación entre el corredor y su ya exequipo:

CCMM Valenciana

Juan Ayuso salió del UAE de la peor manera, en medio de la vorágine mediática de La Vuelta, lo que le obligó a explotar en los micrófonos de forma tan cruda como inédita.

Las palabras que salieron de su boca en septiembre no dejaban espacio a la duda sobre el estado de la relación con la cúpula emiratí, esa que decidió anunciar su marcha a mitad de la carrera, dinamitando la concentración y dañando, según él, su imagen.

En ese momento de máxima efervescencia, Ayuso definió su situación con una dureza que resonará en la memoria del pelotón.

Hablaba de una “falta de respeto tras otra” por parte de la dirección del equipo, pero su entrecomillado más potente y revelador, ese que certificó la ruptura en los despachos, fue taxativo:

“Me hubiera gustado terminar bien, pero no se puede cuando es una, más bien, una dictadura y una cosa unilateral de poder sobre ti“.

La relación, a la luz de esta frase, era simplemente insostenible.

El corredor, falto de espacio y liderazgo ante la presencia de Tadej Pogačar, se sintió atropellado.

El anuncio unilateral de su salida era, para Ayuso, una muestra clara de que “quieren dañar mi imagen“.

Sin embargo, el tiempo ha pasado y la necesidad de cerrar heridas públicamente ha dictado sentencia.

Ya bajo el paraguas del Lidl- Trek, ha optado por el camino del agradecimiento y la moderación, una reacción tardía pero inteligenteque, si bien es cierto que le honra en su búsqueda de madurez profesional, no puede reescribir la historia.

Es en este punto donde el análisis debe ser más crítico.

Ayuso ha buscado ahora rebajar la tensión de sus palabras, asegurando que sus declaraciones más duras fueron fruto de la presión.

Afirmó que lo ocurrido en septiembre se produjo “bajo presión y con mucha tensión de por medio” y que, en consecuencia, “Lo que dije entonces no refleja lo que realmente siento por el equipo“.

Y aquí radica la impostura que no podemos obviar, ciñéndonos a los hechos: no puede pretender ahora Juan Ayuso que el público olvide la realidad que él mismo destapó.

La palabra “dictadura” no es un error menor que se dice “sin querer” en un momento de tensión, sino una expresión que encapsula el sentir de un ciclista que ha salido de su formación de una mala manera, forzada y aireada en público.

El respeto a sus compañeros no lo pongo en duda, pero la animadversión hacia la cúpula quedó tan grabada que intentar desdibujarla ahora resulta un ejercicio de contorsionismo que en el fondo sabe que es necesario, porque el ciclismo es un mundo muy pequeño como para andar dejando cadáveres.

Lo que dijo en La Vuelta, Juan, es precisamente lo que pensaba.

Y ese pensamiento creo que es la verdadera historia de su relación con el UAE.