[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE MI AÑO EN OXFORD]

Sofia Carson se ha convertido en la reina del romance en Netflix. La actriz, que se hizo conocida entre el público de la mano de Disney en Los descendientes, se ha labrado una carrera de lo más fructífera en los títulos románticos del gigante del streaming. En 2022 estrenó Corazones malheridos, donde compartió amorío por conveniencia con el marine de Nicholas Galitzine (La idea de tenerte), y este año ha hecho doblete con dos producciones que han entrado directamente en la lista del contenido más visto en el servicio de VOD: la comedia romántica Mi lista de deseos, con Kyle Allen, y ahora Mi año en Oxford, un éxito rotundo en la plataforma, en la que coincide con Corey Mylchreest (La reina Carlota). 

La mayoría de espectadores ha dado por hecho que esta última apuesta, la película más vista en una gran cantidad de países como España, era otra ‘rom-com’ al uso para desconectar en verano. Al fin y al cabo, la sinopsis y el tráiler prometían una adorable conexión incipiente entre una estudiante estadounidense recién llegada a Oxford y el carismático profesor con alergia al compromiso. Sin embargo, Mi año en Oxford ha resultado ser mucho más que un disfrute edulcorado para la audiencia que la ha visto en su primer fin de semana de estreno. 

La película, nacida de la novela homónima de Julia Whelan, es un drama romántico que ha provocado que los espectadores terminen de verla ahogados por las lágrimas. Muchos usuarios en redes han compartido su sorpresa ante el tono dramático de la historia y se han quejado de la publicidad engañosa de Netflix, que la ha vendido como un romance ameno y placentero, sin despertar sospechas de lo que realmente pasa en la narración. Si aún no has visto la película, te recomendamos que pares de leer porque se avecinan SPOILERS. 

‘Mi año de Oxford’ te hará llorar: esto es lo que pasa

Sí, Mi año en Oxford arranca con Anna (Carson), una ambiciosa estadounidense que se muda a Oxford para cumplir su sueño de estudiar durante un año en la ciudad inglesa. Allí conoce a Jamie (Mylchreest), un joven y atractivo profesor que parece eludir el compromiso. Ambos, incapaces de ocultar su química, arrancan algo casual conscientes de que Anna regresará en un año a EE UU, pero poco a poco se van enamorando y es entonces cuando la tragedia se desvela. 

Jamie no tiene miedo al compromiso sino un cáncer incurable que ya se llevó a su hermano mayor y hará lo mismo con él. El protagonista ha decidido no tratarse y disfrutar de lo que le queda de vida, lo que ha generado una relación tirante con su padre. Por mucho que intenta apartar a Anna para que no sufra su desgaste físico, esta decide acompañarlo durante todo el difícil proceso final. 

De esta forma, quien buscaba en Mi año en Oxford una comedia romántica con la que pasar un rato distendido se ha llevado una decepción. Muchos usuarios en redes se han quejado del cambio de rumbo en el relato que se ha promocionado, pero la mayoría se ha tomado el giro de guion con humor y ha destacado lo bien que se le da a Mylchreest hacernos sufrir en referencia al rey Jorge, otro protagonista irresistible aquejado de una enfermedad al que dio vida en La reina Carlota. 

Recogemos algunas reacciones en redes. 

«Perdón por reventar la burbuja de la gente inocente como yo que pensó que esta sería otra ‘rom-com’ universitaria adorable que la mayoría esperábamos, pero resulta que Mi año en Oxford no es una ‘rom-com’. Acabo de terminar de verla y la verdad es que estoy por tirarme de un acantilado ahora mismo». 

«Deberíamos habernos dado cuenta al segundo de descubrir que Mi año en Oxford tiene los mismos productores que Bajo la misma estrella». 

«No voy a mentir, se han cargado la promoción de Mi año en Oxford porque la vendieron como una ‘rom-com’, pero entiendo que probablemente fue por el giro de guion». 

«Corey Mylchreest rompiendo nuestros corazones en millones de pedazos otra vez». 

«Si me dieran un centavo cada vez que Corey Mylchreest da vida a un hombre que oculta una enfermedad a su interés amoroso, pidiéndole que lo deje, pero ella se queda porque lo quiere sin importar qué, tendría dos centavos. No es mucho, pero es raro que haya pasado dos veces». 

«Corey Mylchreest, para tu próximo proyecto, por favor, protagoniza algo que no me haga llorar».