La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha anunciado a los líderes europeos que el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur se firmará en enero y no este fin de semana, como se había previsto en las estimaciones más … optimistas. Las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, a su llegada a Bruselas descartaban tanto la posibilidad de que los países votasen la ratificación del acuerdo político ya existente como los planes de cerrarlo en la cumbre semestral del Mercosur, que se celebrará en la ciudad de Foz do Iguaçu, en el sur de Brasil.
Macron había dicho claramente que, en su opinión, «este acuerdo no se puede firmar» y lo ha hecho en nombre de «la coherencia de Europa que protege a sus agricultores». «Estamos a favor del comercio, Francia es un gigante en agricultura, en exportar alimentos, pero no podemos sacrificar la coherencia de nuestra agricultura de nuestra alimentación, la seguridad alimentaria de nuestros ciudadanos», ha recalcado.
El acuerdo con Mercosur no está en el orden del día del Consejo Europeo que se celebra estos días en la capital comunitaria, pero se esperaba que algunos presidentes intercambiasen opiniones sobre el caso. Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, por ejemplo, había dicho que, antes de dar su visto bueno, necesitaba explicaciones, lo que ha bastado para proporcionar un respaldo a Francia, que estaba aislada en su posición. Alemania, que se interesa más por las posibilidades de exportar en condiciones preferentes al mercado que representan los países del Cono Sur, insiste en que el acuerdo ha de ser aceptado por todos los países cuanto antes.
A la entrada del Consejo, Macron ha asegurado que las cláusulas de salvaguardia que aprobó esta semana el Parlamento Europeo no son suficientes y ha dado a entender que al menos esperará a enero, cuando se reúnan determinados comités para estudiar las llamadas «cláusulas espejo» que tienen que determinar si en los países americanos se respetan las mismas normas en materia de productos fitosanitarios.
Más seguridad
Respecto a la cláusula de salvaguardia que permite frenar las importaciones de productos cuando se produzcan distorsiones en el mercado, Macron ha indicado que «la Comisión hizo una propuesta, el Parlamento la ha mejorado, pero aún no ha terminado la discusión. Ayer mismo (miércoles) aún seguían las discusiones y ni siquiera se votó, por lo que aún no está listo. Es un paso en la buena dirección pero los agricultores y yo queremos ver el precio».
Macron reclama también clausulas adicionales de reciprocidad. «Es fácil de entender. Cuando se les ha pedido esfuerzos a los agricultores y se les ha prohibido utilizar ciertos pesticidas o determinadas moléculas en nombre de la seguridad alimentaria, eso les ha hecho la vida más difícil. les ha costado esfuerzos y dinero y hoy queremos abrir nuestro mercado a gente que no respeta esas mismas reglas. Es absurdo. Queremos reciprocidad».
Según Macron, la Comisión habría puesto ciertas ideas sobre la mesa «y hay comités que se reunirán en enero», lo que significa que Francia prefiere esperar. Y además, «hacen falta controles en frontera que aún no existen» para comprobar si se respetan estas cláusulas. «Quiero una Europa que proteja y que proteja a sus agricultores para que no se vean atacados de manera injusta por productos que vienen del exterior».