La Embajada de Francia en Argentina fue sede, el miércoles 17 de diciembre, de la conferencia “Diez años del Acuerdo de París: Ciencia y cooperación para un futuro común“, organizada junto con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del Embajador francés Romain Nadal, y de Pablo Vommaro, Director Ejecutivo de CLACSO.

Del panel participaron Esteban Serrani, del CONICET, UNSAM, Grupo de Trabajo CLACSO Energía y Desarrollo Sostenible; Elisabeth Möhle, de Fundar, UNSAM, becaria doctoral especializada en cambio climático; y Tais Gadea Lara, periodista especializada en cambio climático; con la moderación a cargo de Bruno Sirote, Director del programa Clima Sur, Jóvenes por el Clima Argentina.

Para el Embajador Romain Nadal, “por primera vez, la comunidad internacional adoptó en París un tratado jurídicamente vinculante con un objetivo claro: contener el calentamiento global muy por debajo de los dos grados y continuar los esfuerzos para limitarlo por debajo de 1,5 grados a nivel mundial. De hecho, como ha demostrado el grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático, por encima de 1,5 grados las consecuencias a menudo son irreversibles.” Así las cosas, “si antes de la COP21 el mundo se encaminaba hacia un calentamiento de más 4 grados, las últimas previsiones apuntan ahora a un calentamiento de entre 2,3 grados y 2,5 grados. Esto demuestra que el Acuerdo de París y las COP están funcionando, pero también que aún tenemos que redoblar nuestros esfuerzos.”

Agregó que, “diez años después de su firma, el Acuerdo de París nos recuerda que la cooperación internacional, el multilateralismo, la solidaridad y la ciencia son nuestros mejores aliados frente a la crisis climática. En un momento en que la ciencia está siendo cuestionada como nunca antes, queremos reafirmar su papel central. La ciencia guía nuestra acción y debemos defenderla de los ataques que sufre y de la desinformación climática.”

Pablo Vommaro, a su vez, aportó que “pensamos que cambio climático, democracia y desigualdades van de la mano, un mundo más sostenible ambientalmente también es un mundo mucho más igualitario o con menos desigualdades”, tras lo cual agregó que “volver a resaltar la importancia de una cooperación internacional horizontal es muy importante, tanto como el lugar de la ciencia, de una academia crítica transformadora en la construcción de futuros comunes.”

Apuntó que “los desafíos globales requieren respuestas colectivas basadas en el conocimiento y en la solidaridad, en la colaboración más que en la competencia. Pensar en transiciones justas significa integrar la justicia social, la igualdad, la soberanía territorial y la defensa de los bienes públicos y los bienes comunes. Significa también evitar transiciones caníbales, evitar el extractivismo.”

Tras lo cual concluyó: “La investigación crítica, transformadora y colaborativa puede aportar a la soberanía energética, a la defensa de los territorios, a la gobernanza del agua y a la construcción de ciudades que cuiden el clima y, cuidando el clima, cuiden y hagan sostenible la vida. (…) CLACSO reafirma su compromiso para que la producción de conocimiento como bien común –siempre en acceso abierto– sea una herramienta de transformación para construir futuros compartidos.”

Para Bruno Sirote “el Acuerdo de París es uno de los grandes hitos de la diplomacia internacional de los últimos diez años, pero también de todo el siglo XXI. (…) El Acuerdo de París es el mejor instrumento que logramos conseguir y, sin embargo, la historia no terminó, continuamos con algunas deudas pendientes.” En cuanto a la COP30 en Belém, Brasil, entiende que “nos dejó con algunas perspectivas que quedaron incumplidas respecto del avance en términos de implementación.”

A su vez, para Tais Gadea Lara “la COP no es algo que va a resolver el cambio climático, muchas veces la expectativa es que tiene que resolver todos los problemas y eso no va a suceder. La COP es el espacio multilateral en donde los gobiernos deciden cómo van a implementar el Acuerdo de París y después son los gobiernos con todos los otros actores los que tienen que avanzar”. Agregó que “los resultados de la COP30 fueron los consensos mínimos, careció muchísimo de la ambición. La agenda climática no es una burbuja verde, sino que está conectada con todo lo demás, y el financiamiento es la columna vertebral para lo que va a ser la implementación.”

Esteban Serrani analizó que no se trata solamente de que hay “gobiernos negacionistas, es una agenda de quién va a dominar la economía industrial de la política verde y cómo se va a reconfigurar el comercio internacional. Cómo reducimos desigualdad, cómo reducimos pobreza energética y cómo generamos un proceso de democratización en el acceso a la energía, cómo hacer una transición energética justa”, la cual, a su entender, “está directamente atada a los territorios: las grandes soluciones vienen de pequeñas medidas.”

Elisabeth Möhle caracterizó “este momento histórico como un momento de transición intermedia: cuando empieza a ser una transformación estructural tiene sentido que estas tensiones empiecen a aparecer.” Entiende que “al final siempre es una decisión política, pero hay un rol muy importante de la ciencia en trazar los caminos posibles y el conocimiento necesario.” Y agregó: “Hay un escenario de fragmentación y hay otro escenario de la cooperación donde la transición no solo mire qué tan rápido se mitiga sino también cómo acompaña la generación de empleo y capacidades tecnológicas.”

El Acuerdo de París de 2015 es un tratado internacional jurídicamente vinculante, adoptado en la COP21, que busca limitar el calentamiento global por debajo de 2°C (idealmente 1.5°C) respecto a niveles preindustriales, logrando la neutralidad de carbono a mediados de siglo mediante reducciones ambiciosas de emisiones y apoyo a países en desarrollo, marcando un hito en la acción climática colectiva.

Otros objetivos clave son aumentar la capacidad de adaptación a los impactos del cambio climático y promover el desarrollo con bajas emisiones y orientar las corrientes financieras hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente.

¿Cómo funciona?
-Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC): Los países presentan y mantienen sus propios planes de reducción de emisiones, que se revisan y se espera que aumenten con el tiempo.
-Transparencia: Establece un marco de transparencia para informar sobre el progreso y el apoyo proporcionado y recibido.
-Mecanismo de Ambición: Un proceso de revisión quinquenal para que los países aumenten sus compromisos (el primer ciclo fue en 2020/2021).
-Apoyo a Países en Desarrollo: Marco para que las naciones desarrolladas asistan a las naciones en desarrollo en mitigación y adaptación.

Impacto y Estado Actual
El Acuerdo de París entró en vigor en noviembre de 2016 y cuenta con la ratificación de más de 190 países. Impulsó la creación de leyes y estrategias climáticas nacionales y es esencial para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, a pesar de los avances, el consumo de combustibles fósiles ha aumentado, y se requiere una acción mucho más ambiciosa para cumplir sus metas, tal cual quedó expuesto en la reciente COP30 en Belém, Brasil.

CLACSO en la Conferencia sobre Cambio Climático

¿Es el cambio climático un multiplicador de las desigualdades y las violencias territoriales? – InfoCLACSO del 5 de noviembre 2025

¿Es posible lograr el desarrollo sostenible sin una democracia ambiental plena? – InfoCLACSO del 19 de noviembre 2025

Conversatorio “Hacia la COP30”


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