Dos horas antes de que se abriesen las puertas del cámping de Sonorama Ribera, una cola con varios cientos de campistas rodeaba este miércoles gran parte del Parque General Gutiérrez. Los más madrugadores llevaban desde las 6 de mañana sentados a la espera de poder pasar para coger el mejor sitio. «Nosotros vinimos anoche y hemos dormido en una furgoneta, en cuanto ha empezado a hacer calor, nos hemos venido a esperar aquí», contaba el grupo que abría la fila de sonorámicos.
Los siguientes confesaban que habían llegado algo más tarde, sobre las 7, y que el grueso de los campistas habían empezado a hacer cola pasadas las nueve y media de la mañana. «Si no llegas pronto te quedas sin sitios buenos y te toca acampar muy lejos. Nosotros el año pasado teníamos que andar por lo menos un kilómetro para llegar a nuestra tienda», explicaba una de las festivaleras. Sin embargo, apuntaba que no cambiaría la experiencia del camping por nada. «Se hacen muchos amigos y el ambiente es una pasada», argumentaba.
Por lo general, la valoración de los usuarios de este servicio resulta muy positiva. «Es de los mejores en los que he podido estar. Los baños son increíbles y hay bastante sombra, que con este calor se agradece», manifestaba un sonorámico que repetía su asistencia al festival y al camping. «Lo malo es que el espacio sea reducido, porque hay algunos amigos que se han quedado fuera por no tener sitio», contaba una campista.
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Desde las 6 de la mañana para entrar en el camping de Sonorama
Varios metros de una cola en la que la espera no se hacía demasiado dura. A la sombra de los árboles del parque y sentados en las sillas que habían transportado para acampar, muchos de los sonorámicos aprovechaban el tiempo para hacer sus horarios de grupos imprescindibles o se tomaban las primeras cervezas para acortar el tiempo y refrescarse.