Iñaki Gastón, ex ciclista profesional de los años 80 y 90, denunció hace dos meses que la mayor parte del dinero que ganó compitiendo se lo llevó Hacienda y que, pese a ello, apenas tiene derecho a pensión porque no cotizó a la Seguridad Social como trabajador ordinario.

Su caso ilustra el vacío legal que durante años afectó a muchos deportistas de élite en España, considerados ‘deportistas’ a efectos fiscales, pero no ‘trabajadores’ a efectos de protección social.

Durante su carrera, sobre todo en equipos como Reynolds y CLAS, Gastón fue un corredor polivalente que acumuló victorias y buenos contratos, lo que le permitió ingresar cantidades importantes para la época.

Aleix Espargaró, en uno de sus restaurantes

Sin embargo, él mismo recuerda que «pagaba mogollón» de impuestos y que el tipo efectivo podía llegar al 56% de lo que ganaba en sus mejores años.

En la entrevista para EUTSI -un canal de YouTube-, el deportista vasco explicó que se le retenía más de la mitad del sueldo en impuestos estatales, principalmente a través de Hacienda.

Además, subrayó que, a pesar de ese esfuerzo fiscal, esas cantidades no se traducían en cotizaciones a la Seguridad Social como sí ocurría con otros trabajadores.

Iñaki Gastón, exciclista.

Iñaki Gastón, exciclista.

Gastón resume el problema con una idea sencilla: el dinero salía de su nómina, pero no construía derechos de jubilación. «Se pagaba a Hacienda pero no a la Seguridad Social, no se consideraba que el ciclismo fuera un trabajo, era solo un deporte» lamentaba el vizcaíno.

En su época, el régimen laboral de muchos ciclistas profesionales no contemplaba su alta en la Seguridad Social en condiciones equiparables a otros asalariados.

Jorge Lorenzo, subido a un Lamborghini Aventador SVJ 63 Roadster de su colección

El resultado es que, tras una carrera larga y exitosa, su historial de cotización es muy inferior al volumen de impuestos abonados al Estado.

El excorredor explicó que las reglas actuales le obligan a estirar su vida laboral hasta la edad ordinaria para poder acceder a una prestación modesta. «Mira, yo me tengo que jubilar a los sesenta y siete después de haber estado pagando un dineral. No hay más», resume con crudeza.

Al no haber cotizado como trabajador a la Seguridad Social durante sus años de máximo rendimiento deportivo, los años «buenos» no computan como deberían para la pensión.

Antoine Walker.

Su caso refleja una paradoja: contribuyó de forma intensa al sistema fiscal, pero no generó la protección social que cabría esperar para su vejez.

En entrevistas recientes, Gastón se ha mostrado especialmente duro al recordar esta situación, que considera una injusticia estructural más que un problema individual. «Yo he ganado mucho dinero, ganaba muy bien, pero pagaba mogollón. Luego no me ha servido para nada».

«Yo era profesional, era mi trabajo. Venía de una familia humilde y tenía que ganar dinero, pero ahora veo que todo aquello no cuenta para la jubilación como debería», añadió.

Jano Velasco, durante un partido con el Fuenlabrada.

«Pagábamos un 56% por ciento a Hacienda y ni siquiera teníamos Seguridad Social. Todavía me duele».

Gastón insistió en que no es el único deportista atrapado en este limbo entre Hacienda y Seguridad Social. Recuerda que, como él, muchos ciclistas de su generación han llegado a la edad de jubilación con un historial de cotización incompleto pese a haber tributado grandes cantidades durante su vida profesional.