Existen más de 16.000 millones de teléfonos móviles en todo el mundo. Y de ellos, unos 5.000 millones se encuentran fuera de uso, … guardados en cajones o cajas, según la GSMA, una asociación que comprende a un millar de compañías del sector. No exageran. Las últimas encuestas sobre el tema muestran una radiografía similar:un 75% de los consumidores confiesan que tiene al menos un terminal antiguo fuera de uso en casa o la oficina. Es más, un 20% habla de tres o más. ¿Por qué no los han tirado ya? Fácil:esgrimen que no saben qué hacer con ellos y que temen perder fotografías o vídeos antiguos.

Es evidente que todavía hay mucha gente que no sabe que hay soluciones para ambas cosas. Si la duda está en dónde desechar el dispositivo, existen programas de reciclaje diseñados para el reaprovechamiento de los materiales valiosos que llevan, como el oro, la plata, el cobre o las tierras raras. Y para el tema de las imágenes, hay programas que se encargan de verter esta información en una unidad de almacenamiento externo o en cualquiera de las plataformas en la nube articuladas por los gigantes tecnológicos.

Con todo, el International Centre for STEM Education (ICSE) de Alemania señala que hay 700 millones de móviles abandonados a su suerte a lo largo del Viejo Continente. Y cuidado, porque esto supone un grave problema de seguridad. Las baterías de iones de litio presentes en móviles antiguos, consolas de videojuegos o videocámaras (entre otros aparatos) se deterioran con el tiempo incluso si están en desuso. Dicha degradación hace que se hinchen, deformando la carcasa que las contiene e incluso la pantalla del terminal.

En casos extremos pueden producirse fugas de electrolito (bastante tóxico), lo que libera gases inflamables y acrecienta el riesgo de incendio en entornos muy secos o calurosos. Este proceso ocurre, además, de forma extremadamente lenta, por lo que es habitual no ser conscientes del problema hasta que nos da por hacer limpieza al cabo de los años. 

En ocasiones son los propios foros de internet los que alertan sobre el problema, como ocurrió hace unos meses respecto a las baterías hinchadas de la PlayStation Portable (PSP), la mítica consola portátil de Sony. Dos décadas después de su lanzamiento, un usuario publicó en redes sociales una imagen de la carcasa de su máquina ligeramente abombada, lo que generó un efecto llamada alrededor del globo y la confirmación de que la práctica mayoría de los modelos antiguos presentaban exactamente el mismo problema, de forma simultánea. 

Así debes actuar

¿Qué hacer entonces si al abrir un cajón nos topamos con la carcasa de nuestro viejo Nokia extrañamente curvada? De entrada, los expertos recomiendan que redactemos un inventario con todos los gadgets inactivos que tengamos almacenados por casa, de forma que podamos revisar su estado al menos una vez al año. Si no ha sido el caso y ya no hay remedio, lo ideal es llevar el aparato a un punto limpio o a un servicio técnico autorizado para que retiren la batería con seguridad. En la red abundan los tutoriales para hacerlo por nuestra cuenta pero, dado que hablamos de un componente ya deteriorado, no debemos correr riesgos. 

Por supuesto, también podemos adquirir una batería de reemplazo en cualquier establecimiento especializado, lo que nos permitirá darle una segunda vida. Puede que nuestro antiguo móvil ya no tenga potencia suficiente para ejecutar las últimas aplicaciones, pero siempre podemos utilizarlo como altavoz inteligente (emparejándolo a un altavoz Bluetooth), reproductor multimedia, mando a distancia, navegador para el coche, cámara de vigilancia e incluso reloj despertador. ¡Las posibilidades son ilimitadas!

Ser un ‘Diógenes tecnológico’ también pone en riesgo tu seguridad digital

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Desarrollar cierto síndrome de ‘Diógenes tecnológico’ también tiene consecuencias en términos de seguridad digital. Los móviles de nuestra adolescencia también encierran datos en forma de contactos telefónicos, fotos o contraseñas que podrían caer en manos de cualquiera si los desechamos sin tomar medidas. La situación se agrava si hablamos de los primeros modelos de ‘smartphone ‘(con conexión a internet), en los que es posible que preservemos conversaciones de WhatsApp o correos electrónicos sensibles que ni tan siquiera recordamos. 

El ‘modus operandi’ para preservar la seguridad es formatear el dispositivo con seguridad antes de, como diría la experta en organización doméstica Marie Kondo, ‘darle las gracias y despedirnos de él’. Para ello podemos recurrir tanto a la opción de ‘restablecimiento de fábrica’ (presente en el menú de ajustes del móvil) como a cualquiera de las aplicaciones diseñadas expresamente para un borrado seguro (‘Shreddit Data Eraser’, ‘Coolmuster Android Eraser’…). 

Estas últimas también nos serán de utilidad si optamos, finalmente, por revender nuestro teléfono. Porque ¿para qué tenerlo acumulando polvo si podemos sacarle unos euros? Modelos como el Nokia 3310, el Motorola StarTAC o el primer iPhone le han salvado el mes a sus propietarios originales. Nunca está de más echar un vistazo a los portales de compraventa para sondear el interés de los coleccionistas.