Redacción
La enfermería oncológica desempeña un papel estratégico en el abordaje del cáncer gástrico, según explica Teresa Sánchez, enfermera especializada en Oncología. Además, considera fundamental continuar impulsando la educación sanitaria, la investigación en cuidados de enfermería y la especialización.
Sánchez también pone de relieve la importancia de dar mayor visibilidad al rol de la enfermera oncológica en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con cáncer gástrico y sus familias.
En la actualidad, ¿cree que hay un conocimiento adecuado sobre lo que es el cáncer gástrico y sus implicaciones? ¿Cómo puede contribuir la enfermería a trasladar recomendaciones que contribuyan a la prevención de este tipo de tumores?
Actualmente, el conocimiento sobre el cáncer gástrico sigue siendo limitado, especialmente en la población general. Se trata de un tumor que suele diagnosticarse en fases avanzadas debido a que en estadios iniciales presenta síntomas inespecíficos, lo que dificulta su detección precoz.
Desde enfermería, el papel en la prevención es fundamental a través de la educación sanitaria, promoviendo hábitos de vida saludables, una alimentación equilibrada baja en sal y ultraprocesados, evitando el consumo de tabaco y alcohol, e identificando factores de riesgo, como la infección por Helicobacter pylori. Asimismo, enfermería puede fomentar la consulta precoz ante síntomas digestivos persistentes.
¿Ante qué síntomas ha de saltar la sospecha de que exista cáncer gástrico y cómo debe ser la comunicación entre enfermería, médicos de atención primaria y especialistas para tratar de que el diagnóstico sea lo más temprano posible?
La sospecha de cáncer gástrico debe activarse ante síntomas como anemia ferropénica, pérdida de peso involuntaria, saciedad precoz, dolor epigástrico persistente, vómitos recurrentes, disfagia o sangrado digestivo.
«El manejo del cáncer gástrico requiere un abordaje multidisciplinar que integre oncología médica, cirugía, digestivo, nutrición, psicooncología, trabajo social y enfermería»
La comunicación entre enfermería, atención primaria y atención especializada debe ser fluida y estructurada, apoyada en protocolos de derivación rápida. Enfermería desempeña un papel clave como elemento de enlace, asegurando el seguimiento del paciente y facilitando la continuidad asistencial para acelerar el diagnóstico.
¿Qué importancia tiene el abordaje multidisciplinar en el cáncer gástrico en sus diferentes etapas y qué papel juega la enfermería en este engranaje?
El manejo del cáncer gástrico requiere un abordaje multidisciplinar que integre oncología médica, cirugía, digestivo, nutrición, psicooncología, trabajo social y enfermería. En el caso de la enfermería, participa activamente en la coordinación del cuidado, la educación al paciente y su familia, el control de síntomas, la adherencia a los tratamientos y la detección precoz de complicaciones, contribuyendo a una atención integral centrada en la persona.
¿Cuáles son las principales necesidades que manifiestan los pacientes con cáncer gástrico y gastrectomizados en la consulta de enfermería?
Los pacientes con cáncer gástrico y aquellos sometidos a gastrectomía presentan necesidades complejas, que incluyen el control de síntomas digestivos, la adaptación nutricional, la prevención de déficits vitamínicos y la gestión de los efectos secundarios derivados de los tratamientos oncológicos. Asimismo, demandan información clara, apoyo emocional y acompañamiento continuado.
“Persisten áreas de mejora relacionadas con la falta de consultas de enfermería especializadas, la limitada disponibilidad de recursos nutricionales y psicooncológicos”
La consulta de enfermería es un espacio clave para resolver dudas, realizar educación terapéutica y reforzar la autonomía del paciente.
¿Qué formación y consideraciones han de tener en cuenta los profesionales de enfermería al atender a pacientes con cáncer gástrico y gastrectomizados?
La atención a estos pacientes requiere profesionales con formación específica en oncología digestiva, manejo de complicaciones postquirúrgicas, soporte nutricional y control de toxicidades asociadas a los tratamientos sistémicos.
Además, se deben tener en cuenta aspectos como la comunicación empática, el abordaje emocional, el respeto por la individualidad del paciente y la capacidad de trabajar en equipo multidisciplinar.
¿Cuáles diría que son, desde la enfermería, las necesidades no cubiertas o los recursos necesarios para mejorar la atención a estos pacientes?
Persisten áreas de mejora relacionadas con la falta de consultas de enfermería especializadas, la limitada disponibilidad de recursos nutricionales y psicooncológicos, y la necesidad de una mayor coordinación entre niveles asistenciales. El refuerzo de estos recursos permitiría optimizar la calidad asistencial y mejorar la experiencia del paciente durante el proceso oncológico.
Con todo lo anterior, ¿cuáles son bajo su punto de vista los retos pendientes para mejorar la atención integral que se ofrece a estos pacientes?
Entre los principales retos se encuentran la mejora del diagnóstico precoz, la estandarización de circuitos asistenciales, la equidad en el acceso a tratamientos y la consolidación del papel de la enfermería oncológica como figura clave en el seguimiento y continuidad de cuidados.