Una de las mayores motivaciones de ejercer el periodismo son las historias que se cruzan en el camino y el privilegio de poder contarlas. Casi siempre, las que más ilusión despiertan son las inusuales, aquellas que rompen el molde de lo habitual, de lo cotidiano. Una de ellas es la de Diego Hernández Barriuso, Barri.

El centrocampista del CD Castellón nació el 19 de septiembre de 1995 en Salamanca y dio sus primeros pasos en el fútbol en el club de referencia de su ciudad, la extinta UD Salamanca. Allí completó su etapa formativa hasta su último año de juvenil, un curso marcado por la desaparición de la entidad debido a problemas económicos y por su decisión de iniciar sus estudios universitarios de INEF en Madrid.

“Aproveché ese cambio a Madrid para jugar en la Unión Adarve, un equipo de División de Honor”, recuerda. “Ese año también probé con el Rayo Vallecano, pero no me cogieron. Estaba más centrado en estudiar que en el fútbol”. En esa dicotomía entre la obligación académica y la pasión por seguir ligado al balón, Barri acabó recalando en Los Yébenes, un conjunto de Preferente en el que, con apenas 20 años, jugar al fútbol incluso le costaba dinero.

El centrocampista 'orellut' es el cuarto futbolista que más minutos ha disputado esta temporada

El centrocampista ‘orellut’ es el cuarto futbolista que más minutos ha disputado esta temporada / Toni Losas

¿Quién podía imaginar entonces que, en apenas tres años, aquel joven acabaría debutando en Primera División? “Fue todo un poco carambola”, admite. Todo comenzó gracias a un compañero de carrera al que Barri había invitado a verle jugar y que, tiempo después, se incorporó como segundo entrenador del Móstoles CF, en Tercera División. Su insistencia propició el fichaje del salmantino, que dio un primer salto de categoría y que, poco después, acabaría firmando por el Getafe B (Tercera División). Todo ello, en apenas dos años.

“La decisión no fue fácil, porque tenía otras opciones en Segunda B, pero me decanté por el Getafe”, explica. Una elección acertada que, apenas ocho meses y medio después, le permitió cumplir un sueño: debutar en Primera División. Fue en un Eibar-Getafe, cuando José Bordalás le dio entrada en el minuto 68 en el triunfo del conjunto azulón.

Fue uno de los mejores días de mi vida. El sueño de todo niño al que le gusta el fútbol es debutar en Primera División. Además, estaban mis padres en la grada y fue muy emotivo. Ganamos ese partido y luego jugué otro encuentro completo que también acabamos ganando. Es un recuerdo inolvidable”, rememora.

Calatrava y Barri, celebrando el pasado lunes la quinta victoria consecutiva del equipo albinegro.

Calatrava y Barri, celebrando la victoria ante el CD Mirandés / CD Castellón

Aquel estreno en la élite vino acompañado, además, de un artículo firmado por Carlos Matallanas que apareció días después en la contraportada de AS. “Fue increíble encontrarme en el periódico. Venía de jugar en el Móstoles, en Tercera División, antes de fichar por el Getafe, y al año siguiente estaba debutando en Primera. Hace tiempo que no lo releo, pero le guardo mucho cariño”.

Tras finalizar la temporada y asentarse en el fútbol profesional, se le abrieron las puertas del Albacete Balompié, donde militó durante dos campañas. En la primera de ellas, el equipo rozó el ascenso a Primera División tras clasificarse para el play-off.

“Nadie contaba con nosotros a principio de temporada. Hicimos un gran equipo y un vestuario muy fuerte. Empezaron a llegar las victorias y parecía que no nos podía parar nadie. Estuvimos muy cerca del ascenso directo y, al final, caímos en el play-off, donde nos eliminó el Mallorca, que acabaría subiendo. Fue un año muy bonito y guardo un gran recuerdo del club”, añade.

Del Albacete pasó al Badajoz, con un paréntesis en forma de cesión de medio año al Celta de Vigo B, antes de afrontar una de las decisiones más importantes de su carrera: marcharse al fútbol croata. Una oportunidad inesperada que llegó en un contexto complicado y que terminó marcando un punto de inflexión.

Diego Barri se marchó al Osijek croata donde militó durante dos temporadas

Diego Barri se marchó al Osijek croata donde militó durante dos temporadas / Toni Losas

“Fue una oportunidad que no podía desaprovechar. Estaba en el Badajoz y ese año hubo problemas de impagos. Me salió la opción de ir a uno de los equipos más fuertes de Croacia. Es verdad que no concebía salir al extranjero, pero vi que era una buena oferta, no solo a nivel económico, sino también deportivo. Fue un paso importante en mi carrera y me ayudó a crecer mucho, tanto futbolística como personalmente”, confesó.

Tras su experiencia en el extranjero, Barri regresó a España para iniciar una etapa en la Cultural y Deportiva Leonesa, donde permaneció durante dos temporadas y logró uno de los hitos más importantes de su trayectoria: el ascenso a Segunda División.

León es, a día de hoy, el sitio donde mejor he vivido y más he disfrutado del fútbol. Desde el primer día estuve muy a gusto; conecté con la ciudad, el club y la gente. Además, estaba cerca de casa. El primer año, a nivel individual, me salieron muy bien las cosas y en verano tuve alguna otra opción, incluso del Castellón, que habló conmigo. Pero yo quería conseguir ese ascenso. Creía que iba a ser histórico para el club e inolvidable para mí. Y acerté de pleno”, concluyó Barri.

Su último paso fue la llegada a Castellón el pasado verano, firmando hasta 2027 con el conjunto albinegro, donde ha encontrado continuidad desde el primer día y espera seguir ampliando una trayectoria construida a base de constancia y ambición.

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