A lo largo de más de seis décadas, The Rolling Stones supieron encarnar el espíritu más salvaje y estético del rock and roll. Desde su irrupción en la escena londinense a principios de los años 60, la banda liderada por Mick Jagger y Keith Richards pasó de versionar clásicos del blues norteamericano en antros a convertirse en una de las bandas más importantes del mundo. Su imagen, su energía arriba del escenario y su capacidad innata para reinventarse sin traicionar a su esencia los convirtieron en leyendas vivas.
Tras el boom inicial de la invasión británica y una seguidilla de hits imbatibles como «(I Can’t Get No) Satisfaction» y «Paint It Black», los Stones supieron trascender las modas. Mientras otras bandas se apagaban o se repetían a sí mismas, ellos firmaban discos que marcaban época y, sobre todo, resistían al paso del tiempo.
En el camino, moldearon el ADN del rock moderno, influenciaron a generaciones enteras de músicos y artistas y construyeron uno de los catálogos más sólidos y reverenciados de la historia del rock mundial. A continuación, desde Indie Hoy elegimos los cinco mejores discos de The Rolling Stones.
5. Some Girls (1978)
En 1978, Some Girls devolvió a los Stones al centro de la escena con una identidad renovada, mezclando punk, R&B y filo rockero. Acusados de «dinosaurios» por la nueva camada de músicos, la banda respondió con uno de sus discos más urgentes y desafiantes.
Grabado en medio de escándalos mediáticos, juicios por drogas y noches en Studio 54, el disco tiene a Jagger liderando con guitarra en mano y una energía nerviosa. Ronnie Wood, por su parte, sumó frescura al grupo, mientras que la ausencia de vientos y coristas le dio al disco un sonido crudo y directo.
4. Beggars Banquet (1968)
Con Beggars Banquet, los Stones dejaron atrás la psicodelia de Their Satanic Majesties Request y volvieron a lo que mejor sabían hacer: rhythm & blues, country y rock and roll puro y duro. Fue el primero de sus grandes cuatro discos producidos por Jimmy Miller -la era dorada- y el inicio de una narrativa más política y descarnada.
El álbum incluye canciones icónicas como «Street Fighting Man», censurada en Estados Unidos por aludir a las revueltas del 68, y «Sympathy for the Devil«, donde Jagger se mete en la piel de Lucifer con un ritmo de samba hipnótico. Su portada original -un baño todo grafiteado- terminó siendo censurada y el LP se lanzó con una tapa alternativa más sobria.
3. Let It Bleed (1969)
Publicado en diciembre de 1969, Let It Bleed marcó un punto de inflexión para los Rolling Stones. Fue el último disco con Brian Jones -quien murió antes del lanzamiento- y el primero con Mick Taylor, abriendo una etapa dorada para la banda. Bajo la producción también de Miller, el grupo volvió a sus raíces con una mezcla de blues, country y góspel, pero con una crudeza renovada.
Let It Bleed no es solo uno de los discos más oscuros y bellos de los Stones, sino que es también el retrato de una época al borde del colapso. En plena resaca del sueño hippie, y con la Guerra de Vietnam como telón de fondo, el disco funciona como un espejo de la década de los 60.
2. Sticky Fingers (1971)
Sticky Fingers se constituyó como una declaración de principios. Fue el primer disco editado por el sello propio de los Stones y el primero con Mick Taylor en rol protagónico, capturando a la banda en un punto álgido de creatividad, con total control artístico.
Desde «Brown Sugar» hasta «Moonlight Mile», pasando por «Wild Horses» y «Dead Flowers», el disco es un recorrido por los excesos y la sensibilidad de la era post-hippie, con las guitarras de Richards y Taylor entrelazándose de manera magistral. La icónica portada, ideada por Andy Warhol, y el debut del logo de la lengua diseñan el empaque perfecto para un disco perfecto.
1. Exile on Main St. (1972)
Exile on Main St. no fue solamente el disco más caótico de los Stones, sino también el más humano y revelador. Publicado en 1972, después de su autoexilio fiscal en el sur de Francia, este doble LP es el retrato de una banda al límite, encerrada en una mansión sofocante con sótanos convertidos en estudio y un desfile interminable de drogas, músicos y fantasmas.
La portada, un collage de Robert Frank con freaks de circo, completa la imagen de un grupo que estaba viviendo su propio exorcismo. Mal recibido al principio, con los años Exile on Main St. terminó convirtiéndose en una piedra angular del rock and roll y el mejor disco de los Stones.
Pasá a leer nuestro especial por los 50 años del disco: «Los 50 años de Exile on Main St. y el éxtasis del rock and roll«.