El procesamiento vegetal permitió a Homo sapiens y neandertales optimizar la obtención de energía a partir de carbohidratos (Imagen Ilustrativa Infobae)
Investigaciones recientes impulsaron una revisión profunda sobre la historia de la dieta prehistórica.
Un estudio analizado por Muy Interesante desafía el paradigma tradicional del “hombre cazador” centrado en la carne, al presentar pruebas de que el procesamiento y consumo sistemático de plantas fue, desde etapas muy tempranas, un elemento constante en la subsistencia de los primeros humanos.
Este avance exige reconsiderar las prácticas alimenticias de los ancestros y afecta la comprensión sobre su adaptación y expansión a diversos ecosistemas.
Según Muy Interesante, el estudio de S. A. Florin y M. N. Ramsey, publicado en Journal of Archaeological Research, otorga un papel central a los alimentos vegetales procesados en la subsistencia durante el paleolítico, mucho antes del desarrollo de la agricultura.
Descubrimientos en yacimientos milenarios revelan el consumo sistemático de semillas y plantas mucho antes de la agricultura (Imagen Ilustrativa Infobae)
A partir de un análisis exhaustivo de evidencias arqueobotánicas, tecnologías y restos paleoecológicos, los autores sostienen que el procesamiento complejo de plantas antecedió por largo tiempo a la producción agrícola, considerada tradicionalmente el gran cambio alimenticio del ser humano.
Durante décadas, la visión dominante sobre la alimentación prehistórica se basó en la centralidad de la caza. Este sesgo responde a que los restos óseos animales se conservan mejor que los vegetales, lo que limitó la visibilidad del consumo de plantas ricas en carbohidratos.
El nuevo enfoque subraya que el ser humano necesitó siempre la energía proporcionada por los carbohidratos vegetales, especialmente los obtenidos a través de técnicas como la molienda y la cocción, que los volvían más asimilables y energéticos.
Evidencias arqueobotánicas desmontan el mito del predominio absoluto de la caza en la dieta prehistórica humana (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las pruebas citadas por los investigadores y recogidas por Muy Interesante incluyen microrrestos vegetales hallados en el cálculo dental, fitolitos asociados a hogares y huellas de cocción en granos de almidón.
Estas evidencias revelan prácticas continuas de procesamiento de semillas y gramíneas tanto por Homo sapiens como por neandertales. Un caso especialmente relevante es el yacimiento de Ohalo II, en Israel, datado en unos 23000 años. Su excepcional conservación permitió identificar decenas de miles de fragmentos vegetales, cereales silvestres y pequeñas gramíneas.
El análisis constó que la recolección, molienda y cocción de una gran variedad de plantas se realizaba durante todo el año, lo que revela una economía de amplio espectro y descarta la idea del consumo vegetal como recurso marginal.
La recolección, molienda y cocción de gramíneas silvestres en Ohalo II demuestra una economía de amplio espectro durante el Paleolítico (Imagen Ilustrativa Infobae)
El avance tecnológico ocupa un lugar central en estos hallazgos. El estudio documenta el uso temprano de molinos, piedras de molienda y estructuras asociadas a la cocción de masas vegetales ricas en almidón. Estas técnicas permitieron optimizar los recursos, reducir toxinas y aumentar la digestibilidad y aprovechamiento calórico de los vegetales.
La conversión de plantas en recursos fundamentales para la dieta humana resultó indispensable para la subsistencia y la adaptación a ecosistemas tan variados como templados, tropicales y semiáridos fuera de África, según subraya Muy Interesante.
El trabajo de Florin y Ramsey desafía directamente la hipótesis de la “Revolución de Amplio Espectro”, que sostenía que solo ante presiones ambientales y demográficas crecientes se recurrió sistemáticamente a plantas silvestres antes de la domesticación agrícola.
El procesamiento temprano de vegetales redujo toxinas y mejoró la digestibilidad, favoreciendo la adaptación a diversos ecosistemas (Nairobi National Museum)
Los autores, tal como destaca Muy Interesante, afirman que el consumo y procesamiento vegetal fue una característica constante y previa a la agricultura, pieza clave de la flexibilidad adaptativa del género Homo.
Este marco interpretativo revisado, denominado la “especie de amplio espectro”, atribuye a la flexibilidad alimentaria y tecnológica un papel esencial en la evolución humana.
Las prácticas de transformación y uso de plantas resultaron determinantes para la expansión geográfica, permitiendo enfrentar fluctuaciones ambientales y reduciendo la dependencia exclusiva de la caza.
Nuevos estudios sitúan el procesamiento de plantas como pilar esencial para la flexibilidad adaptativa y la expansión del género Homo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Además, los hallazgos en cuevas de Eurasia confirmaron el procesamiento sistemático de alimentos vegetales y técnicas culinarias complejas entre neandertales y Homo sapiens, lo que cuestiona la antigua idea de una supuesta inferioridad tecnológica de los neandertales y aporta una nueva perspectiva sobre la diversidad cultural y biológica de los humanos prehistóricos.
Las conclusiones del análisis, resaltadas nuevamente por Muy Interesante, llevan a replantear de manera sustancial la historia de la alimentación y los procesos de adaptación humana.
La imagen que surge deja atrás el tópico del “cazador carnívoro” y coloca el procesamiento vegetal como una de las mayores innovaciones en la evolución humana, clave para la supervivencia, la expansión y la extraordinaria diversidad cultural observada en las distintas ramas del género Homo.