Bryson DeChambeau celebra su victoria en el green del hoyo 18 del Jack Nicklaus Golf Club.
Bryson DeChambeau se pasó años intentando encajar en un molde que no era el suyo. Quiso ser frío, impasible, casi mecánico. Persiguió ser una especie de Iceman. Llegó incluso a escribir esa palabra en la bola como recordatorio de lo que quería ser, a lo Ben Hogan, el jugador que más le fascinó de joven. Pero no funcionó. No era él. Y, según ha contado el propio DeChambeau en una entrevista concedida a Tom Hobbs, responsable de la cuenta de X Flushing It, no fue hasta que tocó fondo cuando se dio cuenta de que debía dar un giro a su carrera.
“Recuerdo que ponía ‘Iceman’ en mi bola para intentar ser la persona estoica, pero eso no era yo. Mi madre puede decírtelo”, confiesa Bryson. “Al final, me fui demasiado hacia un lado intentando ser esa persona y me di cuenta de que no podía serlo. Iba a ser alguien diferente. Y no fue realmente hasta que tuve 28 o 29 años cuando aprendí quién era en realidad”.
La trampa de imitar a los ídolos
En el origen de todo hay una devoción casi romántica por una forma de entender el golf. DeChambeau reconoce que su primer gran referente fue Ben Hogan, “por mucho”, antes de descubrir a Mo Norman y después enamorarse de Payne Stewart durante su etapa en SMU. Tiger Woods, añade, “siempre fue una gran inspiración”.
Pero Hogan fue otra cosa. Un flechazo emocional. “Fue su swing en YouTube”, recuerda. Un vídeo con música intensa —de la película Blood Diamond— y una recopilación de swings del texano que, dice, todavía hoy le conmueve. Le atrapó “la belleza”, “el misterio” de cómo pegaba a la bola y esa leyenda repetida mil veces de que, si hubiera pateado medio bien, “lo habría ganado todo”.
Aquel Hogan idealizado venía acompañado de una etiqueta: el “Hombre de Hielo”. “Había esa noción clásica del estoicismo emocional, el Iceman, que intrigaba a todo el mundo, y todo el mundo quería ser así”, explica. Y ahí suelta una reflexión con carga generacional: “Creo que por eso muchos jugadores son robots hoy en día, por gente como Hogan y por lo que hizo Tiger”.
Bryson describe a Tiger como alguien que liberaba emoción en la victoria, pero que el resto del tiempo se movía en modo témpano de hielo. Un patrón que, por admiración, terminó intentando reproducir. El problema es que su personalidad iba por otro lado, asegura. Estaba tratando de ser alguien que no es.
2022, el punto más bajo: “Tuve momentos duros… cosas personales”
El clic definitivo no llegó con una victoria ni con un gran torneo. Llegó con la caída. DeChambeau sitúa 2022 como el abismo de su carrera, justo cuando firma por LIV Golf “Sí, cuando falleció mi padre”, admite. Y añade, sin entrar en detalles: “Tuve otros momentos duros de los que no quiero hablar, cosas personales, y fue una etapa de aprendizaje”.
Ese golpe fue el detonante de un proceso que quizá no se advierte directamente en una clasificación, pero que puede cambiar una carrera. Así lo vio DeChambeau. “Tardé mucho tiempo. No encontré mi verdadero yo hasta hace un par de años”, cuenta. Y remata con una de las frases más reveladoras: “Realmente hizo falta tocar fondo y verme en algunas situaciones difíciles para decir: ‘¿sabes qué? Reconozco que tengo que ser mi yo auténtico’. Si no eres tu yo auténtico, ¿cómo puedes vivir una vida que valga algo?”.
Del personaje, al Bryson real
No es que DeChambeau reniegue de la competitividad, ni de la ambición. Ha decidido dejarse llevar por su personalidad, su carácter extrovertido, risueño y hasta cierto punto banal y frívolo. Y ese cambio afectó directamente a su relación con el golf. “Me encanta el golf. Creo que me ha dado mucho más de lo que jamás podría haber imaginado y ahora le tengo el máximo respeto”, asegura. No dice que su amor sea más profundo, pero sí que ahora lo entiende mejor: “Antes era todo para mí y ahora es una gran parte”.
Ahí hay otro matiz interesante: Bryson se ha quitado presión vital. “Tengo más cosas además del golf”, explica, hablando de proyectos que le motivan por “entretener, educar e inspirar”. Y menciona su ilusión con Crushers GC, su equipo en LIV Golf, además de reconocer que está “hablando con LIV” sobre una posible extensión.