La pastelería Mi mundo de azúcar, en Algorta, elabora el mejor roscón de Bizkaia.

La pastelería Mi mundo de azúcar, en Algorta, elabora el mejor roscón de Bizkaia. Yvonne Iturgaiz

Mi mundo de azúcar, en Algorta, prepara uno de los postres navideños más originales


Marina León

Lunes, 29 de diciembre 2025, 14:01

Las navidades son la época de las reuniones con familia y amigos. Unos reencuentros que llevan implícitas apetecibles comidas y cenas. En estas fechas, los más golosos esperan con ganas el cierre de las fiestas por un solo motivo: el Roscón de Reyes. Es el dulce estrella de la temporada y los días previos al 6 de enero se convierte en un auténtico reclamo.


La revista ‘Viajar’ ha seleccionado el mejor roscón de cada provincia y en Bizkaia se lleva la medalla de oro el que se elabora en una pastelería de Algorta. En Mi mundo de azúcar no les pilla por sorpresa, y es que el roscón de la artesana uruguaya Viviana Cauna se se ha alzado ya con varios premios, tal y como contó en una entrevista con EL CORREO.

¿Cuál es el secreto de este postre? «Es algo así como una fusión entre el típico dulce navideño y el goxua, que se elabora con diferentes capas de nata y crema pastelera», indican desde la conocida publicación. Para la masa de este roscón tan singular, la pastelera utiliza aroma de naranja natural, limón y agua de azahar, y para decorar, almendras tostadas laminadas, caramelo e hilos de chocolate blanco.

Viviana y su marido Gustavo se trasladaron a Algorta hace 21 años para dejar atrás la crisis del corralito argentino. «Tuvimos que cerrar nuestra panadería familiar, porque las ventas bajaron y los precios se dispararon». Buscaban un futuro mejor para Sol y Martín, sus dos hijos mayores, que entonces tenían 3 y 6 años. «Los comienzos fueron muy difíciles, tuvimos que arrancar de cero. Trabajé en un bar de Sopela y cuidando niños hasta que en 2014 nos animamos a abrir nuestra pastelería», recuerda Vivi.

Entonces convirtieron dos garajes, en el número 1 de la calle Torrene, en su pequeña tienda y obrador de 47 metros cuadrados. Un lugar acogedor que inundaron de los sabores de su país. «Empezamos haciendo alfajores y muchos postres con dulce de leche, pero con el tiempo hemos ido innovando y adaptándonos al paladar de aquí». Hoy ofrecen pastel de arroz, pastel vasco, cheesecake, cookies… y tartas personalizadas que da pena comerse.

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