Tras años viajando debido a su trabajo en la industria de la moda, los propietarios de esta vivienda buscaban un barrio donde establecerse. Aquí, a tres minutos del Sacré-Cœur, por fin disfrutan de un entorno residencial cerca de todo que les permite disfrutar de la vida en familia con sus tres hijos. «El piso es típicamente haussmanniano, con frisos y molduras, elementos clásicos que querían conservar», explica Guillaume Gibert, del estudio RMGB, a cargo del proyecto. Después de pasar años fuera de París y en el extranjero, echaban de menos el ADN clásico de Haussmann. Así que la hoja de ruta estaba clara para Baptiste Rischmann y Guillaume Gibert: su trabajo de interiorismo tenía que capitalizar estos códigos típicamente parisinos, aprovechando al máximo el espacio para añadir su propio toque distintivo y crear, a la vez, una de esas casas modernas que destila gusto, sofisticación y vida.

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