La población española envejece y, por eso, cada vez nos interesa más hacerlo de la mejor manera posible. Cuidamos nuestro cuerpo cada vez con más ahínco, pero ¿podemos cuidar también nuestra mente, nuestras funciones cognitivas?
Sin duda, las demencias son una de las enfermedades que más preocupan a las personas mayores, sobre todo el alzhéimer. La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que en España la padecen, por lo menos, 800.000 personas.
A pesar de que el alzhéimer es una de las enfermedades más investigadas, la cura todavía se hace de rogar. Y ante este escenario son muchos los equipos de investigación que buscan una manera eficiente de prevenir esta enfermedad.
En este aspecto, parece que una vida saludable, igual que la que previene enfermedades cardíacas, también tiene la capacidad de preservar la cognición. Y esto es algo que se ve en el estudio de los super-agers, algo así como los súper envejecedores.
Este término nació a finales de la década de 1990 y describe a las personas que tienen más de 80 años que tienen la capacidad de memoria de una de entre 50 y 60 años. Es decir, tienen cerebros hasta 30 años más jóvenes que su edad cronológica.
Para demostrar que son súper envejecedores, estos ancianos deben tener una puntuación de 9 sobre 15 en un test de memoria conocido como Rey Auditory Verbal Learning Test (RAVL), que es la puntuación media de las personas entre los 56 y los 66 años.
Las personas de 80, por su parte, suelen sacar un 5 sobre 15, es decir, es complicado dar con uno de estos. En un estudio publicado en Psychiatric Times, los autores explicaron que, de los 80 participantes que reunieron y que pensaban que podían ser super-agers, sólo resultó serlo un 10%.
En este sentido, la investigación de estos super-agers, conducida por la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, acaba de cumplir 25 años. Para los científicos, estas personas son una prueba viviente de que el deterioro cognitivo no es una parte inevitable del proceso de envejecimiento.
«Nuestros hallazgos demuestran que tener una memoria excepcional en la vejez no sólo es posible, sino que va ligado a un perfil neurobiológico distintivo», explica Sandra Weintraub, psiquiatra y profesora en la Universidad Northwestern.
Hacia la prevención
«Esto abre la puerta a nuevas intervenciones para preservar la salud cerebral hasta edades avanzadas», sigue Weintraub. Estos investigadores han observado los hábitos de vida de los super-agers, pero también han tenido la oportunidad de hacer autopsias a los cerebros que muchos han donado.
Los hallazgos que los investigadores de la Universidad Northwestern han ido recabando en los últimos 25 años se han publicado este jueves en la revista científica Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
Sobre el estilo de vida de estos super-agers el artículo destaca que todos ellos tienen en común ser personas muy sociables y extrovertidas. El resto de aspectos relacionados con sus hábitos saludables no está tan claro.
Tal y como explica este otro artículo español de Journal of Neuroscience, los super-agers tienen mejores resultados de salud en valores como la presión arterial, el metabolismo de la glucosa o su movilidad. Son más activos que el común de las personas de su edad.
Ahora bien, «algunos hacían ejercicio con regularidad, pero otros nunca lo habían hecho: algunos seguían una dieta mediterránea, otros subsistían a base de comidas congeladas envasadas; y unos pocos seguían fumando cigarrillos», explica The New York Times en relación a ese estudio.
Pero ambos estudios coinciden en que los super-agers son personas con relaciones sociales sólidas a su alrededor. También destacan que la morfología de los cerebros de estas personas resulta impresionante para sus edades.
Desde el comienzo de este siglo, los investigadores de la Universidad Northwestern han realizado la autopsia de hasta 77 cerebros. En algunos encontraron placas y ovillos de proteína amiloide y tau, asociadas al alzhéimer.
En otros, no encontraron ni rastro de estas sustancias. «Existen dos mecanismos que llevan a una persona a convertirse en super-ager. Uno es la resistencia: no desarrollaron placas ni ovillos. El otro es la resiliencia: los desarrollan, pero no afectan a su cerebro», cuenta Weintraub.
Además, estos súper cerebros tenían un aspecto más joven: la corteza cerebral no se había reducido y tenían una corteza cingulada anterior gruesa, más que algunos adultos jóvenes. Esta región se relaciona con la integración de información para tomar decisiones.
Los investigadores también encontraron una singularidad en las neuronas de estos cerebros y es que tenían una mayor cantidad de células llamadas «von Economo», que se asocian al comportamiento social, y neuronas entorrinales más grandes, asociadas a la memoria.
Es decir, que las cuatro claves para distinguir a un súper envejecedor son su memoria excepcional, su corteza cerebral bien conservada y gruesa, los rasgos únicos de sus neuronas y su alto grado de sociabilidad.
Los investigadores destacan que los resultados más impactantes de su investigación provienen de la autopsia de los cerebros que han donado estos ancianos. «Siempre me sorprende cómo la donación de cerebro puede permitir el descubrimiento científico mucho después de la muerte, ofreciendo una especie de inmortalidad científica».