Antes del estreno de ‘Rocky’ (1976), de John G. Avildsen, Sylvester Stallone era un aspirante a actor y guionista completamente desconocido que intentaba hacerse un hueco en Hollywood sobreviviendo con lo justo. Tras ser desahuciado de su apartamento, su situación se volvió tan precaria que pasó varias semanas viviendo en una estación de autobuses. Fue en ese contexto cuando aceptó rodar una película pornográfica titulada ‘El semental italiano’ (1970), por la que recibió 200 dólares por dos jornadas de trabajo. El propio Stallone ha recordado aquella etapa en múltiples ocasiones: “Tenía dos opciones, participar en esa película o robar a alguien, porque realmente estaba desesperado. En vez de cometer un delito, trabajé dos días por 200 dólares y pude abandonar la estación de buses”.
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Con ese dinero, Stallone pudo pagar una habitación en una pensión infestada de cucarachas. Su única compañía en ese periodo fue su perro Butkus, un bullmastiff que había adoptado años antes y que más tarde aparecería en las dos primeras entregas de la saga ‘Rocky’. En aquella habitación, Stallone continuó escribiendo guiones y buscaba trabajo como actor. Durante esta etapa, logró aparecer como extra en algunas producciones, como ‘Klute’ (1971), de Alan J. Pakula, ‘Bananas’ (1971), de Woody Allen, o ‘Adiós, muñeca’ (1975), de Dick Richards. Sin embargo, ninguno de esos trabajos le permitió acceder a un papel decente con algunas líneas de diálogo con las que lucirse, y su situación económica se volvió aún más desesperada. Incapaz de alimentar a Butkus, terminó vendiendo al animal por 40 dólares en la puerta de un 7-Eleven, en lo que él mismo describió después como uno de los días más dolorosos de su vida.
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Durante esa mala racha, Stallone pasaba varias horas al día en la biblioteca pública, donde acudía buscando inspiración en los relatos de Edgar Allan Poe. Fue tras ver ‘Marcado por el odio’ (1956), de Robert Wise, un biopic del boxeador Rocky Graziano, cuando se le ocurrió escribir un guion centrado en un púgil de Filadelfia que contra todo pronóstico, alcanzaba el título mundial. La escritura íntegra del guion de ‘Rocky’ le tomó tan solo tres días, y cuando lo terminó, se lo presentó a los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff, quienes quedaron tan impresionados que le ofrecieron una suma considerable por los derechos. Pese a su precaria situación económica, Stallone se negó a venderlo si no era él quien lo protagonizaba, y finalmente, los productores accedieron a su petición. El estreno fue un éxito inmediato, y ‘Rocky’ obtuvo diez nominaciones a los premios Oscar, incluida la de Mejor actor para Stallone, de las cuales acabó alzándose con tres estatuillas, entre ellas la de Mejor película.
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Sin embargo, la ceremonia de aquellos Oscar no fue para Stallone tan feliz como cabría esperar. El actor, que mantuvo una relación conflictiva con su madre, Jackie Stallone, reveló en noviembre de 2023, durante una conversación en el ‘Unwaxed Podcast’, un podcast conducido por sus dos hijas, que el día de la entrega fue uno de los más tristes de su vida: “El Oscar que ganó ‘Rocky’ fue uno de los días más tristes de mi vida. Porque un año antes, estaba en la ruina, no tenía nada. Estaba sin un duro. Y se estrenó, y ocurrió un milagro: de repente estaba junto a algunas de las mejores películas de Hollywood. Decía: ‘Dios, estoy en la misma categoría que la mejor película de este año. Y estos tipos son grandes guionistas y grandes cineastas. Gente increíble’. Y me dieron un asiento en primera fila, e invité a mi madre. Y ella me dijo: ‘¿Quieres que vaya contigo?’. Le dije: ‘Estoy nominado a un Oscar, hace un año era un don nadie’. Y ella responde: ‘Vale, pero tienes que invitar a Vivienne’. Le respondo: ‘¿Quién es Vivienne?’. Me dijo: ‘Mi peluquera’. Le respondí: ‘No tengo un asiento para tu peluquera, somos tú y yo, en primera fila de los Oscar’. Me responde: ‘Si no invitas a Vivienne, no voy’. Bueno, pues no fue. La gente me decía: ‘Debiste disfrutar los Oscar’. Pues no”.
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