Daniel, el hijo de Juana Rivas y Francesco Arcuri, ya está con su padre. La entrega ha tenido lugar este viernes, por mandato judicial, y tras un acto más sobrio y prvado que lo vivido el martes en el Punto de Encuentro Familiar en Granada.
En vista del escándalo, la jueza al cargo del caso decidió dar un plazo extra de tres días para que la madre llevara a su hijo de 11 años junto con su padre, que tiene la custodia legal pese a estar a la espera de un juicio por malos tratos.
Hecha la entrega, el menor y su progenitor se han dirigido a Italia, donde nació el pequeño y bajo cuya justicia está la causa principal de todo el embrollo judicial. Por ello, el magistrado Joaquim Bosh ha querido detenerse en este hecho, el peso de Italia, a la hora de hacer su valoración de los hechso.
El juez Bosch ha intervenido en el programa Malas Lenguas de La2 para explicar que es Italia quien tiene la competencia y por ende es su Justicia la que debe decidir.
«Quiero añadir que el menor fue explorado, fue escuchado, en Italia en diciembre y manifestó que quería estar con su padre. Luego en España le dijo al juez de guardia que quería estar con su madre y por ello se le permitió estar con la madre».
Tras exponer los hechos, el magistrado ha querido dar su «impresión personal, como juez, tras haber escuchado a cientos de menores en situación de ruptura familiar«.
Para Joaquim Bosch, lo relevante es que los menores «sufren una fuerte crisis de lealtad en estos casos». Debido a este sentimiento, ha continuado, «quieren quedar bien con la madre y con el padre, incluso en situaciones de maltrato«.
«Ante estas contradicciones alguien tiene que decidir y la competencia en estos momentos es de la Justicia italiana, incluso aunque pueda estar equivocada o aunque tenga una legislación menos protectora que la española«, ha querido matizar.
A modo de conclusión, el magistrado ha rematado que «en España una situación así con juicio pendiente la custodia sería, al menos, provisional para la madre, pero es Italia la que tiene que decidir con sus reglas«, ha rematado en su intervención en Malas Lenguas.