A sus 86 años, Nina no había utilizado antes un pincel. Pero nunca es tarde y nadie mejor que ella puede dar fe de la certeza de esa expresión. «Yo no sabía ni hacer una raya, como se suele decir, pero aquí he aprendido muchísimo», comenta la más veterana del  curso de expresión plástica que se ha llevado a cabo en Cerezo de Río Tirón, de la mano del artista y vecino Pedro Vicente González Lacalle. Como esta mujer, que se muestra encantada con la iniciativa y que presume de sus obras, otra docena de vecinos de este pueblo de la Riojilla Burgalesa han derrochado arte y ahora se enorgullecen de tener exposición propia.

«Es vecino y nos conocíamos, así que un día se nos ocurrió proponer a Pedro que nos diese un curso de pintura y él accedió encantadísimo», comentan Luisa y Serafín. Pero entonces ni se imaginaba todos los conocimientos que iban a adquirir con el tiempo ni la magnitud que la iniciativa iba a tomar. Se han reunido un par de días a la semana durante estos últimos tres meses y reconocen que entre todos se han ayudado y animado. «Ha sido una convivencia preciosa, nos hemos llevado de maravilla y no ha habido competencia, todo lo contrario», afirman sobre esta cita que les ha permitido salir de la rutina del pueblo.

Aunque han realizado diversos talleres de manualidades, en el pueblo confiesan que nunca habían contado con una actividad de estas características. Pedro ha enseñado a pintar a sus vecinos, pero se quita méritos y odia que le llamen ‘profesor’. Este artista plástico de origen cántabro y raíces castellanas, afincado en Cerezo desde hace cinco años, se define como un «animador» y, a la vista de las palabras de los integrantes del grupo,  les ha aportado conocimientos técnicos y entusiasmo de sobra por la pintura.

Al visitar la exposición se puede comprobar perfectamente ese recorrido de los aprendices. Los primeros trazos, las figuras y sombreados, las perspectivas, el movimiento, el punto de luz y punto de fuga… así hasta llegar al color. «Hemos aprendido a coger las líneas básicas de algo y a partir de ahí se interpreta  y se hace, porque ponerse a copiar de una foto está chupado y es aburridísimo», detalla Pedro. «Yo llevo a mi galerista trabajos que han hecho y me los compra», destaca para poner en valor las obras ejecutadas en el curso.

«Sin apenas medios hemos conseguido una cosa grande», dicen los participantes, que apenas han puesto unos cinco euros por participar y tener el material. De hecho, han utilizado básicamente elementos reciclados y de ahí que su mayor ‘proveedor’ sea una tienda de electrodomésticos que les ha ofrecido una gran cantidad de cartón para poder pintar. «Es un material difícil porque absorbe mucho, pero creo que nos ha quedado muy bien», comenta Vicenta.

La exposición se puede ver en el salón de jubilados de Cerezo hasta el sábado, 9 de agosto, de 20 a 21.30 horas. Playas, bodegones, montañas, barcos, perros, carreteras y paisajes preciosos forman parte de la muestra de Avelina, Ángel, Pedro, María, Frutos, Serafín, Amor, Ascen, Beatriz, Trini y compañía. «Esto viene muy bien para las cabezas y para desarrollar la memoria», confiesan estos vecinos del municipio burgalés. Desde la organización, además, agradecen el apoyo ofrecido por el Ayuntamiento, con el regidor Raúl Sobrino a la cabeza, y desean que de cara a los próximos meses puedan arrancar un nuevo curso. «Queremos crecer y que esto se mantenga en el tiempo», manifiestan, mientras prometen superarse y seguir conquistando a todos con su arte.