Jorge Ruiz lleva más de dos décadas al frente de Maldita Nerea. Este viernes, el grupo actuará por primera vez en el Tío Pepe Festival de Jerez de la Frontera. Su propuesta no necesita artificios: sólo quieren que el público cante. Si eso ocurre, … según explica, pueden darse por satisfechos. En su mundo, lo importante no es sorprender, sino dejar que la vida lo haga, y esa es una filosofía que llevan más de 20 años enarbolando.

– ¿Cómo afronta esta cita en el Tío Pepe Festival?

– Con ilusión, hace años que no tocamos en Jerez. En el festival no he estado, pero he visto fotos y me han hablado muy bien de la ciudad, es un lugar muy mágico e histórico, y eso siempre es un regalo. Nuestra propuesta es bastante clara: queremos que las canciones en los conciertos sean cantadas. Si sucede eso, somos felices. Al final, la magia de todo esto es que cada día es diferente y el público no deja de sorprender, al menos a mí. Nosotros lo que haremos será un recorrido por nuestro repertorio más querido, y dejaremos que las cosas pasen, que la vida nos sorprenda, más que sorprender nosotros a ella.

– Lleva más de 20 años en la música, ¿cómo ha cambiado Maldita Nerea a lo largo de este tiempo? ¿Y cómo ha evolucionado usted?

– Empezamos en 2001, pero la publicación del primer álbum fue en 2003, son 24 años en esto ya. Es mucho tiempo, y el cambio ha sido paralelo. Maldita Nerea es mi proyecto personal, y yo no disocio demasiado lo profesional de lo personal porque creo que es un error. Que sigamos pudiendo tener o llenar recintos de todo tipo después de tanto tiempo y con todo lo que ha cambiado la industria, es lo que mantiene todo esto vivo. Por otro lado, creo que me he convertido en una persona con más templanza, más abierta y con las ideas más claras. He cometido muchos errores, pero también creo que bastantes aciertos. Me he dado cuenta de que si en la vida no creces interior y exteriormente, no mantienes un equilibrio.

– ¿Hay alguna canción que en su día tuviera un significado, y en la actualidad haya cobrado otro distinto?

– Es curioso lo que pasa con las canciones atemporales. Tú no eres consciente de que las estás escribiendo, de lo contrario, el mundo estaría lleno de grandes compositores y compositoras, y no son tantos. Sí es verdad que jamás imaginé que iba a estar tan vinculado al mundo educativo, por ejemplo. Nuestra música ha tenido un lugar muy importante en las escuelas y en las aulas desde el principio. O por ejemplo, ‘El secreto de las tortugas’, que es una canción que habla de filosofía, jamás imaginé que se vincularía, por decirte uno de los casos, al mundo de la discapacidad. Esas cosas ni te las planteas cuando escribes una canción, y terminan siendo maravillas.

– Después de tantos años en esto, ¿sabe identificar qué temas pueden tener éxito cuando los está escribiendo?

– Tú vas labrando una línea a través de tus intuiciones y, con el tiempo, se convierten en una experiencia. Sin embargo, por mucho que creas que sabes, la vida te sorprende con un giro insospechado. Sí que es verdad que hay cosas que son clave, como hablar de algo que va a sentir todo el mundo por el hecho de ser humanos, y si lo dices con ingenio, es muy probable que perdure en el tiempo. Eso sí, siempre intento mantener un poco la cautela. Yo puedo decir que una canción me parece increíble, pero eso no te garantiza nada, porque no asegura que a la gente le vaya a llegar. Hay una canción de Manuel Paz que es maravillosa, y estoy convencido de que, con el paso de los años, ganará protagonismo. Pero claro, es un tema hecho para las aulas, y es un ámbito que la industria no mira porque no hay mercado. Habla de los niños y está hecha para que la canten los niños, y eso no da números.

  • Fecha y hora: Viernes 8 de agosto a las 22.30 horas.

  • Lugar: Bodega Las Copas, Jerez de la Frontera.

  • Entradas: en este enlace.

– Usted también ha dedicado canciones a las aulas, por ejemplo ‘Inevitable’. ¿Cómo vivió el proceso de creación, porque esta sí tuvo reconocimiento?

– Cuando la sacamos, la repercusión que tuvimos fue gigantesca, bajo mi punto de vista. Al concurso para elegir voces se presentaron más de 140 colegios, cuando estimábamos que lo harían 30 ó 40. El impacto de esa acción nadie lo vio en los medios porque nadie estaba mirando ahí. Ese es un ejemplo de que en España se hacen productos muy buenos y de mucha calidad, pero nunca tienen la repercusión que merecen, aunque eso no sea lo que buscan. A nosotros nos da igual el hecho de que el mercado no la vea, porque lo que da sentido a mi trabajo no es tanto el impacto mediático que tenga, sino que mi acción llegue a personas. Eso aplica a todo. Mi vida es muy tranquila y está bastante alejada de la industria porque nunca me he sentido cómodo ahí.

– ¿Le gustaría arriesgar con algún género o temática?

– Mi carrera ya es bastante arriesgada. Piénsalo: cuando uno se pone a escribir, es más fácil cuando está dolido, y yo no escribo desde ahí. El único disco que hice así fue el primero, y no me siento identificado con él. Yo soy un tipo feliz. Si lo piensas, los géneros más venden ahora hablan de un tema: el sexo. Que eso está muy bien, yo no lo juzgo, pero yo no escribo desde ahí. Mis intereses no van hacia el drama, sino hacia la plenitud. Cuando alguien viene a un concierto de Maldita Nerea, sale diciendo, por lo que me han comentado, que es diferente. Lo que impresiona es que nuestro público canta todo el rato a la felicidad, y eso no suele ser lo habitual. Aún menos cuando llevas en la música tanto tiempo. Después de 24 años, poder sostenerse aquí es un milagro.

– ¿Qué sueños le quedan a Maldita Nerea por cumplir?

– Muchos. Yo sigo teniendo mucha fe en el proyecto educativo que lidero. Empezó con ‘Inevitable’ y quiero establecer más vínculos entre la escuela y la música. Ese proyecto lo quiero hacer poco a poco, pero cada vez más grande y aportando valor al aula. Que no sea simplemente que hicimos una chula para ellos, sino que además podamos, por ejemplo, vincular esa creación de la obra a que hagan su versión de la canción y que además podamos ayudar a formar a profesores para que puedan desarrollar el talento de los niños. Ese es uno de mis objetos de estudio desde hace muchos años, me apasiona el estudio de talento humano, y creo que la música, en ese sentido, es una herramienta muy grande que no se aprovecha. ¿Un sueño más concreto? Poder volver a llenar el Movistar Arena. Toco madera. Además, quiero tener una gira paralela a ‘Origen’ que sea diferente, en la que toquemos en recintos más pequeñitos que den lugar a la improvisación y a la interacción con el público.