En 2026 hará 20 años desde que Disney Channel apostase por Miley Cyrus como una de las caras más reconocidas de la plataforma. Entonces, la polifacética artista empezó a colocarse una peluca rubia de Hannah Montana para vivir eso que ella misma interpretaba, lo mejor de los dos mundos.

Durante varias temporadas, hasta 2011, la cantante de Tennessee se metió en la piel de un personaje que, por momentos, la devoró. Su vida personal y la de la protagonista de la producción infantil se mimetizaron en pantalla y fuera de cámaras, con lo que ello lleva a nivel mental.

Todo a pesar de que su familia, con su padre al frente, y con el que ahora no mantiene relación, la acompañó durante el proceso.

Miley Cyrus, en un posado para el prestigioso fotógrafo Glen Luchford.

Ahora, sumida en un momento musical de lo más dulce tras ser loada por los medios especializados y haber ganado sus dos primeros Grammy en 2024 (Mejor Grabación del Año y Mejor Interpretación Solista), se ha abierto en canal confesando que la razón por la que no sale de gira se debe a su miedo a recaer en las adicciones, y de forma más concreta, en el alcohol.

La integrante del show business ha aprovechado el lanzamiento de su noveno álbum de estudio, Something Beautiful, para hablar de forma clara al respecto, ya que además sus fanes se cuestionan constantemente por qué no les brinda la posibilidad de ver cómo despliega todo su talento en directo recorriendo todo el mundo.

«Tengo la capacidad física y las oportunidades que se necesitan para hacer un tour», ha comentado en Good Morning America. «Sin embargo, no tengo ese deseo. Me encantaría, pero no es el caso».

La joven añadió al hilo de esto la durísima declaración de que «es muy complicado mantenerse limpia cuando te pasas la vida en la carretera y eso es un pilar fundamental en mi vida».

No obstante, esta no ha sido la única ocasión en la que Miley Cyrus ha hecho referencias similares a su relación con según qué sustancias y cómo le afectan a su carrera profesional. A finales de mayo, en una entrevista con Zane Lowe, afirmó lo siguiente: «Estar sobria es como mi Dios, mi religión. Necesito estar bien porque es algo que me ha transformado».

Salida de Disney

Sin duda, una de las épocas que más marcó profesionalmente a la artista fue su marcha de Disney, un proceso que se prolongó unos años y que comenzó cuando cumplió los 18.

Igualmente, el caldo de cultivo que provocó que el mundo comenzara a mirarla de forma diferente empezó a generarse cuando, en 2009, todavía no tenía los 17, estrenó Party In The USA, un single que supuso el inicio del fin de su carrera infantil.

Más tarde, cuando alcanzó la mayoría de edad, el canal de televisión del ratón Mickey decidió regañarla porque por su cumpleaños la fotografiaron con una tarta con forma fálica. Para entonces, el tsunami ya había llegado a tierra.

Tras dos años alejada del personaje de Hannah Montana, y con la gente esperando a que volviese envuelta en el halo de ingenuidad con el que se había dado a conocer, la estadounidense se subió al escenario de los MTV VMAs. Lo hizo junto a Robin Thicke y Pharrell Williams para cantar y bailar a ritmo twerk una de las piezas musicales más sexualizadas del momento, Blurred Lines.

Entonces, el público no tuvo piedad con ella. Aunque sus referencias al consumo de sustancias como la marihuana tampoco ayudaron demasiado ni sus idas y venidas con el que más tarde sería su marido, Liam Hemsworth.

No obstante, Miley Cyrus simplemente estaba intentando ser ella, encontrar su hueco como artista, pero también como joven adulta, en un mundo que la escrutaba de forma constante e incisiva, esperando su siguiente tropezón.

En esa maraña vital, la artista fue transformándose y dando tumbos profesionales y personales. En mitad de ese caos, además de una multitud de medias verdades y rumores, nacieron temas como Malibu, una pieza que la reconcilió con parte de sus fanes.

Más tarde, vendrían canciones tan interesantes a nivel vocal como Nothing Breaks Like a Heart o su ya icónica interpretación de Jolene para The Backyard Sessiones. Y por último, su resurgir en todos los sentidos, que vino de la mano también de su ruptura con su ex y del lanzamiento del disco Endless Summer Vacation, que contiene hits como Flowers, Jaded, Used To Be Young o River.

Desde entonces, parece que el planeta no solo la mira, sino que también la ve. Pero Miley siempre ha sido digna de ello.