Refrescar la casa en verano sin aire acondicionado no solo es viable, sino más fácil de lo que parece. Existen soluciones arquitectónicas tradicionales que permiten bajar la temperatura interior de forma natural, al tiempo que mejoran la calidad del aire y reducen el consumo energético del hogar.

Una de estas estrategias, avalada por especialistas en arquitectura bioclimática, puede aplicarse incluso en viviendas ya construidas, sin necesidad de reformas Según el profesional argentino Marcelo Seia, que lo explica en un vídeo en YouTube, se trata de un método «tan simple y tan eficaz» que cuesta creer que no se utilice con más frecuencia.

La ventilación cruzada

 El mecanismo es claro: el aire entra por una abertura, como puede ser una ventana, y sale por otra ubicada en el lado opuesto. «Se trata de generar corrientes de aire dentro de los espacios cerrados para mejorar el confort interior», explica Marcelo. Así se genera una corriente que renueva y enfría el aire interior sin consumo eléctrico.

Para que funcione, es necesario abrir puertas o ventanas situadas en lados distintos del inmueble, e incluso aprovechar distintos niveles, como plantas superiores e inferiores, para potenciar el flujo natural. «Si el aire que entra debe salir por la misma ventana por la que entra, va a haber un choque de corrientes y de hecho no habrá corriente de aire ni en un sentido ni en otro», advierte Seia.

Beneficios y cómo llevarla a cabo

El especialista también recuerda que no se trata solo de mantener una buena temperatura: la calidad del aire que respiramos en casa es igual de importante. «Además de tener una temperatura interior confortable, precisamos respirar aire limpio, libre de porquerías que se acumulan a diario dentro de la casa», concluye. Por eso, este tipo de ventilación no solo ofrece bienestar térmico, sino que también favorece un entorno más saludable, libre de partículas en suspensión y contaminantes que suelen acumularse en espacios cerrados.

Además, esta estrategia no se limita al verano. Tal como explica Seia, también tiene ventajas en los meses fríos. Y recalca que esta ventilación cruzada no solo es útil en verano: también resulta beneficiosa en invierno, ya que ayuda a eliminar humedades, moho y olores acumulados durante la noche. De este modo, mantener una buena circulación de aire puede convertirse en una rutina útil durante todo el año, con beneficios tanto para la salud como para el mantenimiento del hogar.

Para aplicarlo, el arquitecto propone varias formas de incorporar esta técnica en el hogar: instalar rejillas en puntos altos para facilitar la salida del aire caliente, utilizar extractores ubicados estratégicamente o recurrir a la vegetación, como árboles frente a las ventanas, que ayudan a enfriar el aire exterior antes de que entre. Además, advierte sobre los cerramientos de cristales fijos: aunque resultan atractivos por su diseño y permiten el paso de luz, reducen las opciones de ventilación natural al no poder abrirse.