El MCL39 es, sin duda, el coche a batir en la temporada 2025 de Fórmula 1, una posición que McLaren ha alcanzado gracias a una estrategia técnica meticulosa y una visión a largo plazo.
Este dominio no es casualidad; es el resultado de un intenso trabajo iniciado hace dos años, tras identificar serias deficiencias aerodinámicas en la pretemporada de 2023.
La clave del éxito reside en un proceso de desarrollo «prudente-agresivo», como lo define el director del equipo, Andrea Stella.
La clave del éxito reside en un proceso de desarrollo «prudente-agresivo», como lo define el director del equipo, Andrea Stella. Credito: REUTERS/Jakub Porzycki
Este enfoque se basa en la correlación precisa entre los datos obtenidos en el túnel de viento y los resultados en la pista. McLaren se asegura de que cada actualización sea fiable y funcione como se espera, evitando introducir piezas que no hayan sido validadas minuciosamente.
Enfoque
El punto de inflexión se dio en el Gran Premio de Austria de 2023, cuando una gran mejora técnica transformó al equipo, llevándolo de ser un competidor intermitente a un habitual en el podio.
Esta inercia se mantuvo en 2024 con el MCL38, que ya desde el inicio de la temporada era más competitivo. Una nueva actualización en Miami consolidó su camino hacia el Campeonato de Constructores.
Oscar Piastri. Credito: REUTERS/Jakub Porzycki
La culminación de este esfuerzo es el MCL39. Aunque inicialmente los datos de simulación no eran los esperados, el equipo continuó mejorando el coche de manera constante.
Dominio del MCL39
El resultado ha sido un dominio aplastante en 2025, con McLaren ganando once de los catorce Grandes Premios y posicionándose como el claro favorito para el campeonato de pilotos y constructores.
Lando Norris. Credito: REUTERS/Jakub Porzycki
El triunfo de McLaren es una lección de cómo la consistencia, la precisión técnica y un enfoque de desarrollo disciplinado pueden transformar a un equipo y llevarlo a la cima del automovilismo.