Ingresar al Salón de la Fama del Rock and Roll no solo requiere talento y legado, sino también haber dejado una marca significativa en la cultura musical. Por eso, tradicionalmente, este reconocimiento se reservó para artistas con décadas de trayectoria, muchas veces al borde del retiro o ya alejados de los escenarios. Figuras legendarias como Elvis Presley, The Beatles o Bruce Springsteen lo lograron tras años de influir e inspirar a generaciones enteras. Por eso, cuando un músico logra entrar siendo todavía joven, la noticia sorprende.
Durante años, Stevie Wonder mantuvo el récord como el miembro más joven en ser incluido, con apenas 38 años cuando fue inducido en 1989. Sin embargo, esa marca fue superada por un baterista que ya había tocado con algunas de las bandas más importantes del rock: Ilan Rubin. El músico supo tocar junto a Nine Inch Nails, Paramore, Lostprophets, Angels & Airwaves y Danny Elfman y fue incluido como parte de NIN en la clase del 2020 junto a Trent Reznor, Alessandro Cortini, Robin Finck, Atticus Ross, Danny Lohner y Chris Vrenna.
Oriundo de San Diego, Ilan emprendió su viaje musical desde muy temprano: a los 9 años ya tocaba la batería en la escena local y, con apenas 11, participó en el Emerging Artist Stage de Woodstock ’99, convirtiéndose en el músico más joven en actuar en ese festival según el Guinness World Records . Desde entonces, desempeñó sus talentos en diversas bandas, además de liderar su proyecto solista bajo los nombres The New Regime e Ilan Rubin. Recientemente fue nombrado como el nuevo batero de Foo Fighters.
En 2020 dijo:
“La invitación para tocar con Nine Inch Nails marcó un antes y un después en mi carrera. Su inquebrantable ímpetu, creatividad y búsqueda de la perfección fueron evidentes de inmediato, y supe que esta era la banda para mí. Siempre estuve agradecido a Trent y compañía por haberle dado la oportunidad a un joven de 20 años, y siento un inmenso orgullo al recordar los innumerables conciertos y las horas que pasé tocando su música. Sin duda, las canciones han resistido el paso del tiempo, y dar vida a esas piezas, noche tras noche, ciudad tras ciudad, para un público con un entusiasmo inagotable ha sido todo un honor. Y en cuanto a honores, me enorgullece decir que ahora tengo algo en común con tantos de mis héroes que también han sido incluidos en el Salón de la Fama del Rock & Roll. Nunca pensé que alcanzaría esta hazaña, y mucho menos a los 32 años. Se lo debo a Trent Reznor, a nuestros amigos y compañeros de banda, a mi familia y, por supuesto, al propio Salón de la Fama. Muchas gracias a todos”.