A Marc-André ter Stegen ya le precedía la fama de ser todo un carácter. A pesar de llegar con un perfil bajo de la mano de Zubizarreta, no tardó en dejar claro que pisaba fuerte cuando tomó la delantera en el pulso con Bravo y él mismo hizo públicos algunos desencuentros con Messi. Pero ha sido en las últimas semanas cuando ha tensado tanto la cuerda que ha tenido que interceder Laporta para recuperar su capitanía. Un episodio complejo que ha provocado un desgaste en la relación con la afición, pero que no le ha hecho dar marcha atrás en el reto de exponerse a la afición en el Gamper.

El Ter Stegen más conciliador recibe el perdón de la afición: «Es el momento de mirar hacia delante» (leer noticia)