Tendría unos cinco años cuando me planteé muy seriamente embadurnarme el flequillo con típex para parecerme a Pícara, aquella heroína que absorbía todo lo que tocaba (poderes, vidas) en la serie animada noventera de los X-Men.
Unos años después, en 2000, Fox llevaría a esos mutantes marginados que me introdujeron en el mundo superheroico a la gran pantalla y, si bien considero que su secuela es una de las mejores películas del género, nunca reconocí a mi heroína favorita en la fragilidad aniñada de Anna Paquin, en esa joven taciturna limitada por los roles de protegida de Lobezno (Hugh Jackman) y novia de Hombre de Hielo (Shawn Ashmore).
¿Dónde estaba ese carácter jocoso y juguetón que encandiló a Gambito? ¿Dónde estaba el temperamento fuerte y la personalidad arrolladora? ¿Por qué la habían convertido en Kitty? Lejos de ser una excepción a la regla, mi experiencia con Pícara se ha repetido en la gran mayoría de películas de capas y mallas que se han estrenado en los últimos 25 años, en plena era dorada del género en salas: casi siempre me gustaba mucho la producción, incluso la consideraba excelente, pero me decepcionaba el arco del personaje femenino.
Me pasó con Catwoman (Anne Hathaway) en El caballero oscuro: La leyenda renace; lo volví a vivir con Viuda Negra (Scarlett Johansson) en su trayectoria vengadora, donde no tuvo ni el arco ni una película en solitario a la altura; y dolió especialmente con Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) en sus primeras batallas en el MCU hasta que Bruja Escarlata y Visión (2021) la redimió.
Se repitió con Susan Storm y Lois Lane en las encarnaciones cinematográficas de Jessica Alba, Kate Mara y Amy Adams, tres actrices desaprovechadas intentando desesperadamente exprimir un guion que en el mejor de los casos las desdibujaba y en el peor las cosificaba. Los 4 Fantásticos (2005), sin ir más lejos, optó por descontrolar los poderes de invisibilidad de Sue para desnudar a Alba en una escena totalmente innecesaria.
Por suerte, las cosas están cambiado y, al igual que hay una nueva masculinidad reclamando espacio en el cine de superhéroes (con actores como Pedro Pascal), los personajes femeninos están cobrando fuerza y relevancia narrativa. Este verano, tanto Marvel y DC nos han devuelto la fe en los blockbusters con mallas gracias a los aclamados estrenos de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos y Superman.
Este éxito entre la crítica y el público no se puede entender sin la Mujer Invisible de Vanessa Kirby y la Lois Lane de Rachel Brosnahan; una madre heroica y una periodista tenaz que han acaparado la atención del público con su astucia, su iniciativa y su capacidad de liderazgo.
Susan Storm: madre, líder, heroína
Susan Storm fue concebida, como pasó con el resto de sus compañeros ‘fantásticos’, como parte de una agrupación. Y no cualquier agrupación sino una familia en la que la astronauta y científica rubia cumplía dos roles muy determinados: el de hermana mayor responsable, el de novia de un genio y posteriormente el de madre. En sus saltos a la gran pantalla, ha sido tratada con paternalismo y superficialidad, así como sexualizada en el marco del síndrome de Pitufina.
Previamente rememorábamos la bochornosa escena del desnudo que impusieron a Jessica Alba en Los 4 Fantásticos, pero además exigieron a la actriz seguir estando guapa mientras lloraba en determinadas secuencias. La intención prioritaria del equipo pasaba por explotar la faceta sexy de la intérprete, que ya había dejado entrever en Dark Angel (2000) y Honey (2003), para que los inteligentísimos Reed (Ioan Gruffudd) y Doctor Doom (Julian McMahon) se la disputaran.
Una década después, 4 Fantásticos (2015) voló a los cines avergonzada del género al que pertenecía, tratando de quitar descaradamente todo lo ‘súper’ a la investigación y posterior misión espacial de un grupo de científicos. Esta misma vergüenza contagió a la Susan de Kate Mara, que lo único que compartía con la hermana Storm era el nombre propio, el celebro y la capacidad de volver loco a Reed. Por lo demás, esta Mujer Invisible se tomó demasiado en serio a sí misma y se pasó de intensa, igual que su filme.
Ahora, en la mejor encarnación de la Primera Familia de Marvel en gran pantalla, por fin Sue tiene la interpretación que engloba sus distintas facetas: es la esposa enamorada, pero también la líder del grupo en circunstancias adversas, es la hermana que lanza pullitas y la madre coraje, es la cabecilla política que lucha por el cambio y la heroína que se sacrifica a sí misma, pero nunca a su hijo ni a su pueblo.
Sue es una oradora muy persuasiva, una estratega muy emocional y una diplomática que destensa las relaciones con Subterránea. Es una mujer que lee, cuestiona y desafía las conclusiones sacadas de la mente peligrosamente lógica de su marido. Vanessa Kirby se las ingenia para mostrar todas estas caras de Sue, su determinación, pero también su vulnerabilidad y su miedo, con la maternidad (tan esquiva en este cine) como excusa perfecta para que todo resulte más cercano, más a flor de piel.
Los 4 Fantásticos: Primeros pasos es la película de Vanessa Kirby; ella representa el corazón de la familia y del filme, y se confirma como el mejor personaje femenino del MCU después de Wanda Maximoff. Es la heroína que enfrenta todo porque, ¿quién le teme a una amenaza galáctica tras dar a luz durante una persecución espacial?
Tras un inicio del MCU más que fructífero con dos hombres, Iron Man (Robert Downey Jr.) y Capitán América (Chris Evans), al frente, ahora encaramos una nueva etapa comandada por dos mujeres, Yelena (Florence Pugh) y Sue. Hace mucho que no nos sentíamos en tan buenas manos.
Lois Lane: periodista inconformista
Podemos perdonar la oscuridad malentendida, la solemnidad pasada de rosca, el abuso de la cámara lenta y, si nos ponemos muy en serio, hasta el momento Martha. Sin embargo, lo que nunca perdonaremos a Zack Snyder a su paso por el universo DC es que despreciara como lo hizo a Lois Lane y Amy Adams. ¿De verdad fichó a una de las mejores actrices de su generación para ESO?
Si bien la pequeña pantalla reciente nos ha nutrido de versiones que hacen más justicia a la periodista del Daily Planet (en Superman: la serie animada o Superman y Lois, del Arrowverse), en nuestro corazón herido prevalece la de Adams, talento pelirrojo totalmente desaprovechado, reducido a interés romántico y detonante para las motivaciones y las acciones de Clark. Snyder limitó a Lois casi en exclusiva a la casilla de ‘la novia de’. Sí, era periodista, pero tampoco importaba mucho (más allá de cierto encuentro infructuoso en una sala de interrogatorios).
Lois Lane puede no ser Susan Storm. No es heroína, ni siquiera personaje central de una saga propia. Es una secundaria que gana peso e interés en manos de los creadores adecuados. Por suerte, James Gunn ha demostrado en numerosas ocasiones que sus personajes favoritos son los ‘segundones’ y que es un experto anfitrión en hacer hueco a todo invitado, con poderes o no, en sus fiestas de capas y mallas.
El debut de su universo cinematográfico deceíta pone el foco sobre el Superman de David Corenswet, pero no por eso descuida al resto de acompañantes, menos aún a la mujer que da la réplica y saca los colores a su protagonista incorruptible; no en vano estamos hablando del guionista que nos dio a Gamora (Zoe Saldaña) o Nébula (Karen Gillan).
Gunn se lo pasa bomba sacando punta al hambre periodístico voraz de Lois y encuentra el mejor recipiente en Rachel Brosnahan, mezcla perfecta de humor, emoción y honestidad sin filtros. La escena inicial en la que la joven entrevista a Superman, recuperando uno de los recursos que mejores momentos de la pareja nos ha dejado en pantalla, es una delicia y el reflejo de todas las aristas de Lois, de su personalidad incisiva y beligerante, de su vocación y entrega profesional, de su búsqueda de la verdad y su pensamiento propio y crítico.
Es directa, aguda, ocurrente, pero también tremendamente racional y desconfiada, contrapunto perfecto al carácter afable, emocional e inocentón de su pareja. El director se recrea en esa divertida escena de 10 minutazos (off de record, divertida para nosotros, incómoda para su novio) en la que la periodista cuestiona a Superman, lo azuza, lo desafía, lo enfrenta a sus principios.
Así, Brosnahan recupera a la mejor Lois, la de Margot Kidder, la que tiene una química irresistible con el alien kryptoniano, sí, pero sobre todo la profesional respetada e intrépida, líder no de un supergrupo sino de una panda de periodistas que luchas por la verdad en un mundo donde la conversación digital ha tomado el control.
Si hay que colarse en el universo de bolsillo de Lex Luthor (Nicholas Hoult) para destapar un complot y de paso salvar a su novio, ella lo hará; y si hay que dictar un reportaje para publicarlo cuanto antes mientras se conduce una aeronave, también. Igual es que somos periodistas y esto nos toca de cerca, pero para nosotros ella es toda una heroína.
Supermujeres: el futuro del cine en sus manos
Como decíamos, ha habido otras heroínas u otros personajes femeninos reivindicables en el cine de superhéroes reciente, aunque más en la pequeña pantalla. Sin embargo, el verdadero cambio de paradigma empieza a notarse ahora y los lanzamientos de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos y Superman, dos películas ambiciosas y únicas con la misma pasión palpable por sus personajes, son el claro ejemplo.
En la nueva DC, hogar de aquella Wonder Woman (2017) que invirtió los roles de género, Lois es un vaticinio prometedor para sus mujeres, sobre todo ante el estreno de Supergirl: Woman of Tomorrow, que llega el 26 de junio de 2026.
Pese a su breve (pero achispado) paso por Superman, Kara (Milly Alcock, La casa del dragón) ya se ha ganado a la audiencia con su perro Krypo y su facilidad para sacar de quicio a su primo Clark. Si a esto le añadimos uno de los arcos más sugestivos de los cómics, obra de Tom King, en el que la protagonista viaja a través de la galaxia, su película en solitario podría dar otra supermujer irresistible a la taquilla.
En cuanto a Susan, su camino no ha hecho más que empezar. La rubia ha aterrizado en un MCU que intenta levantar cabeza tras una larga lista de fracasos post-Vengadores: Endgame (2019) y, de momento, son personajes femeninos como Wanda y Yelena en Thunderbolts* (2025) los que están elevando el vuelo.
Después de los estrenos de Vengadores: Doomsday en diciembre de 2026 y Vengadores: Secret Wars en 2027, Kevin Feige ha prometido un reinicio de la saga que coincidirá con la llegada de los nuevos X-Men, una agrupación a la que le sobran estrógenos (Mística, Jean Grey, Tormenta) en sus filas. Marvel, solo te diré una cosa: me debes una buena Pícara en cines.