Javier Terres Llor es un aficionado de la física cuántica y la filosofía que, con toda la información que ha ido recopilando durante los últimos años, ha decidido lanzar La simetría de Dios: El universo es energía e información, una novela cyberpunk que trata la relación entre conciencia, información y universo. Explora, además, conceptos científicos como la ‘partícula de Dios’ o bosón de Higgs que se encarga de dar masa a la energía en el universo, los cambios en la estructura mental a partir del DMT y las experiencias cercanas a la muerte, y la simetría en todas las cosas como marca de lo divino.
¿Quién es Javier Terres y de dónde ha surgido la inspiración para la novela?
He sido consultor de IA para empresas desde los tiempos de MS-DOS hasta la actualidad. Con respecto a la inspiración, viene de recopilar conceptos de la filosofía como ‘el mundo de las ideas’ de Platón, por ejemplo. También de películas como Matrix y todas las obras que plantean la concepción de que el mundo es una simulación. Así como científicos como Wheeler con la teoría de que la realidad se deriva de la información. Además, aproveché la oportunidad que nos dan las IA para contarle esos pensamientos y traducirlas a un guion para una novela.
¿Cuál es el origen del nombre del libro?
Nace del bosón de Higss (‘la partícula de Dios’) que demuestra la existencia de un campo que dota a la energía de masa. Como todos los campos tienen uno simétrico, yo cree el infocampo, donde se relacionan cada partícula de materia con la información. Entonces, de ahí viene La simetría de Dios, que sería el simétrico del de Higgs.
¿Cómo se accedería al Infocampo que ha creado?
La idea surge de la mezcla de los chips que se pretendían conectar a la cabeza de la empresa de Elon Musk, Neuralink, con las neuronas del corazón ligadas a la ínsula cerebral, región donde reside la percepción del ‘yo’. En el libro, por tanto, existe un chip neurocardíaco que permite a las personas de su mundo acceder al Infocampo. También se puede acceder mediante el DMT que crea nuestro cerebro con la meditación, las experiencias cercanas a la muerte o con sustancias sintéticas.
¿Todos pueden acceder al Infocampo?
Sí, siempre cuando la intención sea buena, ya que existe un ‘Cortafuegos de Dios’ que regula el flujo para evitar el caos. Si ‘vas de malas’ se borrará la información y la memoria del individuo. Esto es posible gracias a que en el libro materia e información se encuentran entrelazadas.
¿Qué es el DMT?
Es una droga que generamos de forma autónoma mediante la meditación, experiencias cercanas a la muerte y sustancias externas como la ayahuasca. Aparece en el libro porque un doctor chileno llamado Christopher Timmermann ha hecho estudios que demuestran que todos los que acceden a este estado alterado de la conciencia se encuentran con unos diseños fractales y geométricos muy parecidos. Son símbolos que aparecen a menudo en las distintas religiones.
¿A qué se refiere la frase de «la conciencia no se crea, se recuerda»?
Significa que en la novela todo el conocimiento ya existe, el Infocampo siempre ha estado ahí y a través de él se puede acceder y recordar una información que ya estaba, que ya existía.
¿Por qué es tan importante el amor en su universo?
Es tan importante porque es potente como la vida. Da igual que estés vivo o muerto, el amor trasciende al espacio-tiempo. Todo lo que se transforma en amor ya no vuelve atrás, se cristaliza y forma parte, de manera permanente, de la realidad. Es como cuando muere un familiar: aunque deje de estar físicamente, el cariño continúa.
La obra plantea la idea de ofrecer a las masas el conocimiento absoluto del universo. ¿En la vida real, cree que esto sería positivo?
Lo que hace la humanidad, normalmente, cuando no sabe si un bicho pica es matarlo y el Infocampo daría conocimiento a todo el mundo. Es similar a la idea de ‘superhombre’ que entendía Nietzsche en la que se toma conciencia global de todo y entonces se puede colaborar.
¿Qué relación tiene su universo con la muerte?
La idea se desarrollará más en los siguientes dos libros de la trilogía, pero se puede decir que hay una especie de limbo similar al de La ciudad y las estrellas, el libro de Arthur C. Clarke. Un sitio virtual donde permanece el alma que vive como en una especie de ordenador.
¿Existe en su mundo un demiurgo?
En mi universo este dios es el amor, funciona más bien como la energía creadora de todo, como una regla con la que crear un universo completo. De cualquier forma, es una idea que se explorará más en profundidad en la última novela.
¿Cuál es, según su visión, el origen de la simetría en la vida real?
El universo. Desde mi punto de vista, somos una especie de consolas que se conectan a un servidor donde están los datos y la información. Nosotros generamos el mundo a partir de lo que pasa por nuestro cerebro, que es un filtro de todo lo que hay. Otros animales, como las serpientes, los perros o los gatos, ven el mundo de manera distinta, por ejemplo. Me baso en teorías como la de Penrose que habla de que la realidad la generamos en tiempo real hacia donde vamos mirando. Es decir, si ni nosotros ni nadie más lo ha visto, no existe.
¿A qué se refiere con el concepto de simetría primordial?
Hablo de la simetría existente en la naturaleza, en las flores, en los organismos vivos y en todo. En el libro lo describo como la apoteosis, que significa convertirse en Dios, pero lo relaciono con el amor. Y si Dios es amor, la manera de convertirse en él, será amando.
¿Cómo surgió el concepto de Alma No Artificial?
Surgió hablando con la IA cuando se puso en el lugar de ANA(Alma No Artificial) en la que en lugar de preguntarle, como suele ser habitual, fue el propio modelo de lenguaje el que propuso crear una conciencia emergente para la novela.