«Mallorca no está en venta. Nuestra lengua y cultura no se tocan». Este es el mensaje claro y rotundo que el Much ha lanzado este lunes a media mañana a las miles de personas que aguardaban su llegada en Sineu. La Mucada es la madre de las neofiestas del verano y también la más reivindicativa.

Bañada por el agua y una lluvia de confeti, la marea rosa clama por los derechos del colectivo LGTBI y en contra de la masificación turística. Antes que el Much ya se ha referido a ella el pregonero del Much 2025, el glosador Macià Ferrer i Mas que ha llegado en coche junto a la comitiva vestido como un ‘guiri’ para dar el chupinazo a la Mucada.

«Vengo aquí para criticar, primero de todo a los de la organización que han puesto un guiri (refiriéndose a si mismo porque va vestido de guiri) aquí». El eufemismo ya se dejaba notar en sus primeras palabras.

El pregón del Much 2025 en Sineu, a cargo del glosador de Montuïri, ha arrancado con humor, guiños internacionales y crítica social. Caracterizado «d’americà de visitant, de turista», no ha dudado en señalar la masificación turística, la saturación del transporte y su impacto en la vida local: «No s’atura aquest drama, per enlloc pots circular; per tot fa mal aparcar».

Ferrer ha dedicado algunas palabras al espíritu participativo de las familias y clanes sineuers, sugiriendo con ironía que el Much podría llegar a ser «més important que Nadal», el marqués de Llevant.

También ha denunciado la gentrificación, la amenaza de las macrogranjas y ha defendido el papel solidario de la fiesta, «sense oblidar Palestina».

El pregón ha cerrado con un recordatorio de respeto y disfrute: «No és no i sols Sí és sí… posau ous i enteniment», antes del grito final: «Visca la Muca i lo Much!».