El Barça sigue preparando una temporada que se presenta excitante y llena de retos por la gran revolución que ha sufrido una plantilla muy joven y a la que quizá falta alguna ficha en la primera línea.

Semanas atrás, el club recibió una invitación para disputar el próximo Mundial de Clubs que se disputará del 26 de septiembre al 2 de octubre en El Nuevo Cairo (Egipto). Es el único título que se resiste a Carlos Ortega, un técnico que está mitigando los ‘recortes’ a base de trabajo.

Desde su llegada en el verano de 2021, el equipo ha alzado todos los títulos nacionales, tres Supercopas Ibéricas, dos Champions y ha estado en las cuatro Finales a Cuatro de Colonia. Sin embargo, no ha podido reinar a nivel universal y ahora tendrá una nueva oportunidad.

El Barça ha quedado encuadrado en el difícil Grupo C en un torneo con tres grupos de tres equipos que lo enfrentará en esta primera fase al Handebol Taubaté brasileño (campeón de Sudamérica) y al potente Zamalek egipcio, que ejercerá como anfitrión. Jordi Rosell ha sido el representante azulgrana en el sorteo.

El Grupo A lo forman el campeón europeo Magdeburgo alemán (‘bestia negra’ del Barça), el California Eagles (Norte y Centro América) y el Sharjah (Asia). Y el B, el campeón Veszprém húngaro a las órdenes de Xavi Pascual, el Al Ahly (África) y el Sydney Uni (Oceanía), todos ellos campeones de sus zonas.

Eliminado en semifinales en las dos últimas ediciones, el conjunto azulgrana es el más laureado de la historia de esta competición con cinco títulos (2013, 2014, 2017, 2018 y 2019). Todos ellos con Pasqui en el banquillo, campeón también el año con el Veszprém.

En el cuadro húngaro que reinó en 2024 militaba Ludovic Fàbregas, fichaje estrella del Barça en un proyecto que ha incorporado también a Dani Fernández (Stuttgart), Seif Elderaa (Limoges), Viktor Hallgrimsson (Wisla Plock) más los cedidos Ian Barrufet e Djordje Cikusa. Y el canterano Oscar Grau, que sube del filial.

El Barça tendrá que afrontar antes el asalto a otros dos títulos que vienen conquistando de manera ininterrumpida desde hace más de una década. Primero llegará la Supercopa de Catalunya y después le llegará el turno a la Supercopa Ibérica, esta vez en tierras portuguesas.