«Domingo siete de julio de 1929, se celebra por primera vez en Pontevedra una espectacular Corrida Goyesca, organizada por las Asociaciones de la Prensa de Pontevedra y Vigo, en unión de la Federación de Asociaciones de la prensa del Norte y Noroeste de España». Así arranca el inolvidable Parrita en su imprescindible Historia de la Plaza de Toros de Pontevedra (1892-1988), el relato de uno de esos capítulos destacados de la historia de nuestra Plaza de Toros (como Plaza estable) que estos días celebra su 125 aniversario.

Si un par de años antes fue la presencia de Rafael Alberti, haciendo el paseíllo en la cuadrilla de Ignacio Sánchez Mejías, el que dejó escrito otro de esos hitos, la celebración de una Corrida Goyesca, con todo lo que ello supone de singularidad, también lo fue, siendo obligado su recuerdo cuando este año la empresa propietaria del coso de San Roque ha tenido la feliz decisión de celebrar ese aniversario y los 50 años de gerencia de la Plaza, con una corrida bajo esa estética, históricamente vinculada a las plazas de Madrid y Ronda, y a las que ahora se sumará Pontevedra.

Sin ninguna particularidad en cuanto al desarrollo de la lidia, es todo lo que la rodea relacionado con la recuperación de esta decoración y vestimentas surgidas de los cuadros del pintor aragonés las que crean una ambientación especial. Volvemos a Parrita y a su relato de lo sucedido en aquella jornada de los felices años 20 que para Pontevedra estuvieron llenos de personalidades culturales, propiciando uno de los momentos intelectuales y creativos más importantes de nuestra historia. «La plaza de toros fue adornada con guirnaldas y tapices de gran vistosidad, todos ellos ajustados a los planos realizados por Zuloaga. Un gran retrato de Goya presidió el espectáculo. El ruedo de la plaza se recubrió con un soberbio tapiz, fiel reproducción del famoso cuadro de Goya El salto de Martincho. Antes de comenzar la corrida tuvo lugar un desfile goyesco en el que tomaron parte numerosas comparsas, caleseros, chisperos, manolos y chulas, escoltados por una banda de clarines y un escuadrón de coraceros. Los trajes y calesas, propiedad de la Federación, fueron cedidos por el Ayuntamiento de Madrid».

salto de martincho goya
El salto de Martincho

La jornada tuvo un carácter festivo en una ciudad que se vio desbordada por la presencia de mucha gente en un día de sol espléndido. La Gran Vía (actual Montero Ríos) estaba repleta de automóviles estacionados, más de mil, y las casas comerciales, Olmedo, Simeón, García y Peláez, durante los días previos hicieron una exposición de magníficos mantones de manila y mantillas que en el día del festejo portaron mujeres de Pontevedra. La plaza registró un llenazo con lo que los gastos de su organización, que superaron las 100.000 pesetas, no significaron ningún problema.

El cartel estaba formado por Pablo Lalanda, Nicanor Villalta y Cagancho y con toros de Vicente Muriel para el toreo a caballo y de Trespalacios para el toreo a pie. Ese fue el lunar del festejo, la escasa calidad del ganado que resultó «malísimo», y en resumen Parrita calificó así las actuaciones de los diestros. «Cagancho, tan acostumbrado a protagonizar escándalos, se mostró valiente; Villalta, estuvo en su línea de siempre; Lalanda trabajador, pero poco afortunado. Picadores y banderilleros desastrosos».

Modistillas goyesca
Grupo de modistillas que desfilaron por la Plaza. (Mon y Novas)

Ha pasado casi un siglo desde aquella jornada. Cien años en los que la Plaza de Toros ha seguido manteniendo su relación con el aficionado pontevedrés y gallego convirtiéndose actualmente en un espacio único, entendido por muchos como un espacio de resistencia al que jornadas como la que se vivirá el próximo viernes sirven para revitalizar esa función y para situar a nuestra ciudad bajo la atención de muchísimas personas y medios de comunicación.

A ese carácter goyesco se le ha querido unir un atractivo a mayores, como es la presencia de la ganadería de Victorino Martín que regresa así a Pontevedra tras su última presencia en el año 2012. Hablamos de uno de los hierros míticos del mundo del toreo, con toros que siempre hacen de su lidia algo especial y que sirve para poner al límite siempre al torero. En esta ocasión el cartel estará formado por Miguel Ángel Perera, Daniel Luque y Fernando Adrián. Los dos primeros ya se han enfrentado a los bureles de Victorino Martín, pero para Fernando Adrián será su estreno, como también lo será en cuanto a su presencia en el coso de San Roque.