Camina el Amfiv por el limbo en estas horas, pero la decisión es firme. El club comunicó a BSR España a finales de la semana pasada que renuncia a competir esta temporada en la Superliga. De hecho, el organismo que regenta el baloncesto en silla nacional así lo ha anunciado y el calendario de la categoría ya se ha modificado. La directiva viguesa, sin embargo, todavía no lo ha hecho oficial por sus propios medios.
Se había planteado un protocolo privado al que se ha mantenido fiel pese a esa revelación pública.En las últimas horas se han producido maniobras que intentan evitar la desaparición de uno de los equipos más emblemáticos del deporte vigués, pero sin efecto real.
«Aprovechamos para mandar todo el apoyo del mundo a la familia del Iberconsa Amfiv tras renunciar a participar en la Superliga Fundación ONCE 25-26», escribieron en la cuenta de Facebook de BSR España. Se adjuntaba el nuevo calendario, ahora con equipos impares y un «descansa» donde antes se ubicaba al Amfiv.
Ya la preinscripción en la temporada 25-26 había corrido peligro a comienzos del verano. Beiro calculó en 60.000 euros el incremento que se necesitaba en el presupuesto para afrontar el impacto de la inflación en partidas como los viajes. Al final, el patrocinador del equipo desde 2018, Iberconsa, se ofreció a asumir la mitad de ese importe y Beiro confió en lograr el resto durante los siguientes meses.
El tiempo ha pasado desde mediados de julio, con las instituciones informadas de cada paso. Tras conocer la renuncia a la Superliga, el concelleiro de Deportes, Manel Fernández, con el beneplácito del alcalde, ha planteado una propuesta: añadirán 10.000 euros a los 67.000 que el Amfiv tenía adjudicados en las partidas municipales. El Concello afirma que reta a Xunta y Deputación a que asuman de manera proporcional los 20.000 restantes.
No solo el dinero
En realidad, la vicepresidente de la Deputación, Luis Sánchez, ya había realizado también gestiones. Y en el Amfiv anticipaban que podrían reunir el dinero necesario entre unos y otros. La plantilla se iba a basar como siempre sobre el núcleo canterano (Alejos, Vilas, Brais), se habían concretado un par de fichajes foráneos y el entrenador, César Iglesias, se ha acostumbrado durante las últimas campañas a competir con una plantilla reducida al máximo. Lo cierto es que en la reunión de la directiva en que se decidió la renuncia, el pasado miércoles, el asunto económico no fue el único considerado y pesó, si acaso, como síntoma de una problemática más profunda.
El Amfiv ha tenido que ir tirando de ahorros –sigue solvente en sus cuentas– desde la pandemia. La complicada planificación de cada temporada y su gestión diaria han incidido en el desgaste de la directiva, con los fundadores Carlos González y Manolo Veiga como principales soportes de José Antonio; los tres, a la vez, guardianes del legado de Pablo Beiro. Cuesta encontrar apoyos y oídos comprensivos, siquiera para ser recibidos. No se vislumbra ningún relevo en el horizonte para los dirigentes. Y el plan de BSR España, que apuesta por una profesionalización total de una Superliga que ya es la mejor del mundo, eleva las exigencias hasta el límite de lo tolerable.
Carlos González y Manolo Veiga. / MARTA G. BREA
UCAM Murcia, por ejemplo, ha decidido bajar por voluntad propia a Primera División. En el Amfiv, en cambio, han concluido que es mejor clausurar el equipo estando saneado y con su prestigio intacto antes que arriesgarse a una dolorosa agonía. Cesará su actividad en lo que respecta al primer equipo. La idea es mantener la escuela, que proporciona esparcimiento deportivo a ocho personas con discapacidad.
«Os esperamos cuanto antes en la mejor liga del mundo», se despiden desde BSR España. Se antoja difícil que tal reaparición se produzca. El Amfiv, fundado en 1982 como Amfip, campeón de la Liga Challenge en 2017, hogar de olímpicos (Alejos, Costas, Mouriz, el propio Pablo Beiro como pionero gallego), en máxima categoría desde 2002 y que ha difundido su labor social entre miles de colegiales olívicos, ingresará así en el pesaroso recuento de los tesoros perdidos del deporte vigués.
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