Como explica el doctor Juanma Pulido, radiólogo intervencionista del Hospital Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, las causas “son diversas debido a la complejidad fisiológica de la erección, que involucra factores vasculares, neurológicos, hormonales y psicológicos”. Actualmente, añade el portavoz de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), está ampliamente estudiada y aceptada la relación entre la disfunción eréctil y la enfermedad cardiovascular, ya que ambas comparten los mismos factores de riesgo: edad, hipertensión, dislipemia, diabetes, tabaquismo, sobrepeso y consumo excesivo de alcohol.

En ese sentido, y dada esta asociación, Pulido recomienda acudir al médico con prontitud ante problemas de erección, ya que la disfunción eréctil “podría ser una manifestación temprana” de una enfermedad vascular sistémica. Además, según el especialista en radiología vascular e intervencionista, no debe olvidarse que, aunque en ocasiones sea un trastorno benigno, “afecta a la salud física y psicológica y tiene un impacto importante en la calidad de vida, tanto de quienes la sufren como de sus parejas y familias”.

Beneficios de los tratamientos endovasculares de la disfunción eréctil

Hasta la fecha, el manejo de la disfunción eréctil ha pasado por diferentes fases, desde enfoques psicológicos hasta tratamientos médicos y quirúrgicos. “Inicialmente, la atención se centraba en terapias puramente psicológicas (ansiedad y estrés) y de pareja, pero durante las dos últimas décadas la introducción de los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 ha supuesto un avance significativo en el tratamiento médico”, explica el doctor Pulido. No obstante, matiza que hasta un 50% de los pacientes pueden presentar una respuesta insuficiente, por lo que existen otras alternativas, entre ellas las inyecciones con vasodilatadores, la cirugía para reparar vasos sanguíneos, la ligadura quirúrgica de la vena dorsal del pene, los tratamientos endovasculares o el implante de prótesis.

Desde la radiología vascular e intervencionista se pueden ofrecer tratamientos endovasculares para la disfunción eréctil de origen vascular (arterial o venoso). En los casos de origen arterial, generalmente relacionados con lesiones ateromatosas (estenosis u oclusión) en las arterias que suministran sangre al pene, “se realiza una arteriografía que permite visualizar el flujo sanguíneo y confirmar la obstrucción, para luego tratarla mediante angioplastia y/o colocación de stents“.

Menor riesgo y una recuperación más rápida

En pacientes con disfunción eréctil secundaria a enfermedad veno-oclusiva o fuga venosa —habitualmente jóvenes y con escasa o nula respuesta a la medicación habitual—, los departamentos de RVI realizan pruebas diagnósticas como ecografía, cavernosografía-CT y cavernosografía dinámica, “que permiten localizar las fugas venosas y confirmar el diagnóstico para planificar el tratamiento, que consiste en la embolización u oclusión de dichas fugas”.

Según el portavoz de la SERVEI, al tratarse de procedimientos mínimamente invasivos, estos tratamientos ofrecen varias ventajas: menor riesgo, menos dolor y un tiempo de recuperación más breve en comparación con la cirugía abierta. “Además, pueden resultar más económicos y, en algunos casos, más eficaces que otras opciones quirúrgicas, como la ligadura venosa; y en pacientes jóvenes pueden ser un paso previo antes de recurrir a una prótesis”, concluye.