Una de las películas románticas más conmovedoras de Hollywood es, sin lugar a dudas, Los puentes de Madison. Basada en la novela homónima de Robert James Waller, se estrenó en 1995 y cuenta la historia de amor entre Francesca Johnson, un ama de casa de Iowa cuya familia se ha ido unos días fuera, y Robert Kincaid, un fotógrafo de National Geographic que viaja hasta la zona para retratar sus viejos puentes. Los encargados de dar vida a estos inolvidables personajes fueron Meryl Streep y Clint Eastwood –este último fue, además, quien ejerció de director–, quienes prácticamente no se conocían hasta ese momento por lo que se decidió rodar la cinta en orden cronológico con el fin de ir intimando de manera paralela al igual que en la ficción. «Quería que cualquier torpeza o falta de habilidad que pudiera haber habido en ese primer encuentro se viera en la pantalla, así que no pasamos mucho tiempo conversando hasta que nos metimos a grabar», señaló el estadounidense en el making of del filme. «Simplemente empezamos a rodar y, obviamente, los dos veníamos de géneros muy diferentes en el cine, así que estaba esa. atracción de polos opuestos que ayuda a la poción mágica», dijo por su parte la intérprete.
«Creo que la película es tan exitosa debido a la química entre Meryl y Clint en la cámara, simplemente había un «guau». Podías sentir a estos dos extraños uniéndose en ese momento. Sé que Clint quería desarrollar una especie de amistad personal y sabía que si se preocupaban el uno por el otro a nivel personal, eso se vería en la película, así que ambos hicieron esfuerzos por ser muy amigables en el set y fue divertido de ver, fue instantáneo. (…) Tenían esa química en la película, simplemente creías al instante que estas dos personas estaban profundamente enamoradas la una de la otra», explicó el editor Joel Cox.
Sunset Boulevard//Getty Images
La escena más complicada de Los puentes de Madison
Si hay una frase que ha quedado para la posteridad de Los puentes de Madison esa es la de «No quiero necesitarte, porque no puedo tenerte» que pronuncia Clint Eastwood durante la discusión que sirve de clímax en la obra. «La escena de la pelea en la cocina fue el momento en que las limitaciones de este sueño se presentan a Francesca. Es la mañana siguiente, cuando se da cuenta de que se acabó. Es una gran escena y es aquella en la que, como actor, Clint no tuvo miedo de ir hasta el final con el compromiso emocional que necesitaba», explicó Meryl Streep.»Tiene una idea muy, muy clara de cuánto se necesita para contar la historia en su rostro y hasta dónde quiere llevarlo. Hicieron un elegante ejercicio para recortarla en la edición de la película», añadió.
Sunset Boulevard//Getty Images
«No hay nada en esta película que no ocurra hoy y que no ocurriera hace 150 ó 300 años o que no ocurrirá dentro de 150 ó 300 años, porque es una historia atemporal sobre un corazón humano», afirma el director de fotografía Jack N Green sobre esta cinta que ha logrado ser elevada a la categoría de clásica.
Contenidos relacionados
Licenciada en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con más de quince años de experiencia en revistas de moda y medios de comunicación digitales después de haber trabajado como colaboradora en diversas cabeceras como Woman, Mujerhoy, Instyle, Vanitatis o Gentleman. Se considera fiel defensora del slow life y, cuando apaga el ordenador, nada le gusta más que un concierto, un libro o una obra de teatro.