En un tiempo en el que la defensa del legado taurino se vuelve imprescindible, figuras como Sancho Dávila y Fernández de Celis, XII Conde de Villafuente Bermeja, emergen como referentes para comprender la esencia y los valores de la fiesta nacional. Polifacético y vital, Dávila ha dedicado su vida al ruedo, al campo y a la palabra, convirtiéndose en una de las voces más autorizadas del toreo.
Ingeniero Agrónomo de formación, Dávila tomó la alternativa en 1969 en Valencia, de manos de Antonio Ordóñez, con El Cordobés y Rafael de Paula como testigos de excepción. Durante cinco temporadas compartió cartel con las principales figuras de la época, hasta su retirada en 1974. Desde entonces, centró su vida en la ganadería brava y la gestión agropecuaria, manteniendo reses de procedencia Maribel Ybarra y Torrealta, y consolidándose como un referente en el mundo taurino más allá de la plaza.
Su compromiso con la tauromaquia no se limita al ruedo. Empresario, comentarista y defensor incansable de la tradición, Dávila ha trabajado por preservar la esencia del toreo en todas sus dimensiones. Esta pasión quedó reflejada en su obra ‘Una vida inventada’, donde entrelaza memorias, anécdotas y reflexiones, ofreciendo un testimonio privilegiado de medio siglo de historia taurina.
Amante de la literatura, ha encontrado inspiración en universos tan diversos como los de Federico García Lorca y Joaquín Sabina, influencias que han marcado su estilo narrativo y poético. Su tercera publicación, de carácter poético, recorre tradiciones, historia y recuerdos, retratando a protagonistas y escenas que forjaron su personalidad. En su conferencia A mi aire, Dávila desgrana vivencias y pensamientos que enlazan la tauromaquia con la vida misma, evocando a amigos y figuras del toreo con su mirada personal.
En esta obra poética, dedica un espacio significativo a Morante de la Puebla, capturando en sus versos la singularidad de una personalidad marcada por la experiencia y el arte del toreo. Su faceta literaria se ha nutrido de grandes poetas, cuyas lecturas lo han ido moldeando y perfeccionando su estilo, y que se reflejan en la fuerza de sus escritos.
Polifacético y vital, Sancho Dávila combina la pasión taurina con una visión amplia de la tradición y la cultura, proyectando autenticidad en todo lo que emprende. Sus poesías a toreros conocidos reflejan no solo su técnica, sino la esencia y emociones que despiertan en la plaza, ofreciendo una mirada íntima y profunda del mundo taurino.
Este jueves, en el marco del ciclo de conferencias organizado por La Voz de Cádiz y ABC, presentó su ponencia ‘A mi aire’, un recorrido íntimo por su vida y su visión de la tauromaquia. La presentación estuvo a cargo de su sobrino, el torero Eduardo Dávila Miura, y de Fran, profundo conocedor del mundo del toro, quienes delinearon el perfil de un hombre que une tradición, pasión y defensa de un arte profundamente enraizado en la cultura española.
El ciclo, celebrado en El Puerto, reúne a personalidades de la política, la literatura, la religión, la historia y el periodismo, consolidando a la ciudad como un espacio de diálogo donde la tradición taurina convive con debates contemporáneos. La intervención de Dávila reforzó la idea de que la tauromaquia no es solo un espectáculo, sino un patrimonio vivo que continúa transmitiendo valores y enseñanzas de generación en generación.
Con su testimonio, Sancho Dávila reivindica que la fiesta nacional es parte esencial del patrimonio cultural de España, un legado que sigue buscando su lugar en la sociedad actual. Su trayectoria, marcada por el ruedo, la ganadería, la palabra y la literatura, refleja la fuerza de un hombre que ha sabido conjugar tradición y modernidad, defensa y creatividad, en una vida dedicada a preservar y enriquecer la tauromaquia.
Su influencia trasciende la plaza de toros. Como empresario y comentarista, ha promovido la ganadería brava y la conservación de técnicas y valores que definen el toreo. Como escritor, ha dado voz a la memoria de un arte centenario, transmitiendo emociones y vivencias a quienes buscan comprender la profundidad de la fiesta nacional. Y como conferenciante, comparte su visión con nuevas generaciones, consolidando su papel como puente entre la historia y el presente.
En definitiva, Sancho Dávila se perfila como un referente ineludible para quienes buscan entender la tauromaquia en toda su dimensión: un arte, una tradición y un legado cultural que sigue vivo gracias a figuras como la suya. Polifacético, vital y profundamente comprometido, su vida y obra muestran que el toreo no es solo un rito, sino un espejo de la cultura, la historia y la sensibilidad de España, preservando el patrimonio taurino mientras inspira a quienes se acercan a él.
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