Poco a poco Pogačar va deslizando que su carrera también va a tocar techo
Pese a que nos parezca lo contrario en la mayoría de ocasiones, Tadej Pogačar también piensa en lo que pasará más allá del ciclismo.
Pogačar, dos semanas después de ganar su cuarto Tour , ha confirmado sus objetivos para el final de la temporada, pero también ha sorprendido al admitir que “ya cuenta los años que quedan para retirarse”. Consciente de que no dominará el ciclismo para siempre, el esloveno asegura que quiere “disfrutar del momento” mientras pueda mantenerse al máximo nivel.
Hemos de admitir que la sorpresa es relativa, viendo que acabó el Tour de forma casi rutinaria, toda vez que lo sentenció a una semana larga del final.
“Puede sonar raro que ya esté pensando en el final, pero una carrera deportiva no es muy larga. Empecé a ganar muy joven y cada año entrenamos más duro y vamos más rápido. Sé que en algún momento el nivel bajará, que llegarán temporadas malas, y tengo que estar preparado para decir adiós”, confesó desde su Komenda natal, donde celebró la fiesta de un nuevo Tour con los suyos.
Esta visión, poco habitual en un campeón en plenitud, está ligada a una pregunta que flota en el pelotón: ¿hasta qué punto es sostenible el estilo de ataque constante que caracteriza a esta nueva generación?
Pogačar y Mathieu van der Poel son sus máximos exponentes, pero cada vez más voces advierten de sus riesgos.
El ex ciclista y técnico Allan Peiper lo recordaba con un ejemplo: “Hace seis años Van der Poel atacó desde muy lejos en la Kuurne-Bruselas-Kuurne y todos se quedaron boquiabiertos. Hoy es normal que los mejores lo hagan. El año pasado, Tadej terminó el Mundial de rodillas por eso”.
Para Peiper, esfuerzos tan extremos —como la fuga de 180 kilómetros de Van der Poel en el último Tour, en la que corrió casi toda la jornada a una frecuencia cardíaca altísima antes de ser atrapado a 500 metros de meta— no pueden considerarse saludables.
“Ese tipo de esfuerzo probablemente daña más al cuerpo que un único momento de máximo límite”, alertó, recordando que el neerlandés abandonó poco después por neumonía.
En el caso de Pogačar, la presión también pasa factura.
“Si deja de disfrutarlo, se irá. Está sometido a una exigencia brutal, no solo física sino mediática y logística: viajes, entrevistas, compromisos… todo consume energía”, señaló Peiper.
El propio esloveno lo admite: el Tour 2025 fue uno de los más duros que ha disputado, con días en los que el cansancio hizo notar.
Aunque Pogačar todavía sueña con igualar el récord de cinco Tours y conquistar las pocas grandes clásicas que le faltan, su discurso revela que no se siente eterno.
El estilo de ciclismo explosivo y ofensivo que ha enamorado a los aficionados puede ser también el que acorte la carrera de sus protagonistas.
Imagen: ASO