El 16 de marzo de 2023 Rafa Castaño entró en la historia de Pasapalabra y de los concursos en España al llevarse uno de los premios más altos que se han entregado en televisión, 2.272.000 euros. Y lo hizo derrotando a otro concursante mítico como Orestes Barbero y realizando un Rosco perfecto, contestando del tirón a las 25 preguntas que le hizo Roberto Leal aquel día.
No obstante, antes de su participación en Pasapalabra en Antena 3, Rafa acudió cuando estrenó la mayoría de edad a Adivina quién es quién en Canal Sur. Posteriormente probó suerte con 21 años en Pasapalabra, pero estuvo muy poco tiempo ya que fue eliminado por Luis Esteban (que a la postre se llevaría el bote en febrero de 2015 con 354.000 euros), al que se volvió a enfrentar en un programa especial, donde volvió a perder con él.
Unos años después, entre finales de 2014 y principios de 2015, participó con 24 años en Saber y Ganar: «Llegué a 100 entregas en dos fases. La primera vez caí eliminado en mi programa 71, luego hicieron el especial de los magníficos de ese año, lo gané, y participé otros 29 programas más hasta completar el centenar», recuerda. Luego volvió a Pasapalabra, casi participa en ¡Boom! con Los Dispersos, se enfrentó a Orestes en El Tirón…
Orestes y Rafa en El Tirón.
Cedida
Tras su victoria en Pasapalabra en 2023, el sevillano decidió retirarse de la televisión y del foco mediático, refugiándose en su familia y amigos, invirtiendo cuidadosamente el dinero que había ganado en el concurso de Antena 3.
Pero todo ha cambiado en 2025, año en el que Rafa ha vuelto a la televisión de la mano, una vez más, de Mediaset, como campeón de Agárrate al sillón, concurso que presenta todas las tardes Eugeni Alemany donde los participantes tienen como misión ‘arrebatarle’ el sillón al sevillano.
EL ESPAÑOL ha contactado con Rafa, que volviendo de su nuevo trabajo hacia su casa, ha charlado con nosotros para que nos cuente cómo está afrontando esta nueva etapa en un formato televisivo tras casi dos años ‘desaparecido’, pero también qué hizo con los más de dos millones de euros que ganó en Pasapalabra.
Concursante histórico
Durante 17 años, Eduardo Benito fue el concursante que más dinero se había llevado en Pasapalabra. El 8 de mayo de 2006, en Antena 3, el madrileño resolvió El Rosco ganando 2.190.000 euros, siendo el primer concursante de la historia del programa en llevarse más de dos millones de euros de premio, hasta que lo logró Rafa…
Ya han pasado unos años desde que el sevillano ganó 2.272.000 euros en el concurso de Atresmedia, tiempo suficiente para que su vida haya cambiado por completo: nueva ciudad, nuevo trabajo y nuevo concurso.
Pregunta.– ¿Qué ha sido de su vida estos años tras Pasapalabra?
Respuesta.– Me lo tomé con calma sabiendo que por fin podía hacer cosas como leer o ver películas sin obsesionarme con las palabras. Pasó el tiempo y notaba que quería buscarme alguna ocupación, alguna profesión, pero estaba bastante perdido. Entonces vi en internet un artículo que hablaba de los empleos más demandados para 2024 y uno de ellos era analista de datos (recordemos que Rafa Castaño estudió periodismo).
Es una profesión que no es muy conocida, pero tiene que ver un poco con el mundo del Big Data, centrándose en encontrar patrones y hacer visualizaciones de datos. Eso me llevó a estudiar Machine Learning e Inteligencia Artificial, que ahí sí que hay mucha demanda, y realmente acabé trabajando de lo que hoy se llama científico de datos, que es como otra ocupación centrada en el uso de la Inteligencia Artificial. Encontré trabajo en una consultora tecnológica, y ahí estoy, desde hace un año.
Rafa, en ‘El Rosco’ de ‘Pasapalabra’
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P.– ¿Contento de su elección?
R.– Muy contento. Me hacía falta la rutina, el tener un trabajo normal, el tener objetivos, socializar con los compañeros de trabajo… Había estado en esa burbuja del concurso, que era la parte que menos me gustaba, y necesitaba una alternativa, construir mi vida sobre otras bases un poco más normales. Por el camino me iban llegando cosas, pero yo me centraba en mi trabajo. Primero, no podía aceptar porque estaba estudiando y, segundo, porque acababa de empezar a trabajar. Ser concursante había pasado a ser algo secundario en mi vida, no como antes, que era algo prioritario porque era con lo que me estaba ganando la vida.
P.– ¿Tuvo ofertas de otros concursos durante estos años?
R.– Sí, unas cinco o así de diferentes cadenas.
P.– ¿En qué gastó el dinero del bote además de en su formación profesional?
R.– El único capricho que me he permitido ha sido alquilar una casa en Madrid, fíjate cómo está este país… Es una ciudad carísima y con un bote no te da para comprarte una casa, pero me he podido permitir un alquiler. Ha sido una suerte porque vivir en Madrid es complicado.
He hecho cursos de Inteligencia Artificial y me he dedicado a estudiar y a formarme, no he tenido grandes gastos, realmente lo he invertido un poco diversificado porque no soy un tipo de gustos caros. Eso sí, el dinero del premio de Pasapalabra me permitió, por ejemplo, el poder ir a una tienda a comprarme ropa sin mirar el precio o ir a comer donde me diera la gana.
Quería invertir el dinero en mi formación porque deseaba un trabajo. La vida es muy bonita con el premio, pero pensaba que cuando tuviera 70 años, se me hubiera acabado el dinero y no hubiera cotizado… He preferido invertirlo a largo plazo y sin pensar mucho en ello.
P.– ¿Se trasladó de Sevilla a Madrid por motivos personales o profesionales?
R.– Personales, pero es verdad que la oficina de la empresa donde trabajo, que es sevillana, está en Madrid, aunque, curiosamente, la central está en Sevilla, aunque puedo teletrabajar varios días y otros, voy presencialmente.
Su concurso actual
Telecinco estrenó el 13 de julio Agárrate al sillón, el concurso que sustituyó en las tardes del canal a Reacción en cadena, que vio como su audiencia fue descendiendo tras la marcha de Los Mozos de Arousa, por lo que Mediaset decidió retirarlo de la parrilla.
Agárrate al sillón con Rafa Castaño.
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Sobre el cambio de concursos, Jaime Guerra, director de Producción de Mediaset, explicó que «vimos la necesidad de hacer un cambio con Reacción en cadena y que este programa descansara. Recibimos muchas propuestas, pero hubo una que nos llamó mucho la atención. Agárrate al sillón es el concurso que estábamos buscando». El directivo destacó que «nos decantamos por Rafa porque queríamos al mejor, pero que no hubiera tenido un gran recorrido por otros concursos. Él ganó, paró, y ahora vuelve con nosotros».
P.– ¿Cómo surgió la posibilidad de formar parte de Agárrate al sillón?
R.– El formato, tal como está pensado, necesita que haya una persona que sea el que ocupe la figura de campeón, que es el ganador del anterior programa. Claro, el problema es que cuando tú estrenas el formato, no hay un anterior programa, y por lo tanto necesitas partir con alguien que ya ocupe el sillón de campeón. Entonces, la productora me llamó, me lo propuso y dije que sí.
P.– ¿Por qué ahora sí que quiso volver a televisión y años atrás no?
R.– Como te decía, alguna oferta me había llegado. Pero es que mi objetivo después del bote fue que pasara un tiempo en el que simplemente quería descansar mental y físicamente, era darle un giro a mi vida y trabajar de algo, pero tenía que cambiar de carrera. Digamos que las cosas que había hecho, por una razón o por otra, no me habían terminado de convencer. Los estudios que tenía de periodismo sabía que no me iban a dar muchas oportunidades.
Agárrate al sillón Rafa Castaño Eugeni Alemany.
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Es verdad que durante un par de añitos he estado diciendo que no a entrar a otros concursos tenía claro que la exposición mediática no era el centro de mi vida. Nunca he buscado la fama, evidentemente soy consciente de que voy a los sitios y hay personas que me reconocen, y por lo tanto, hay que aceptarlo. Pero es que lo llevaba a regular. Ahora me han llamado en el momento adecuado y me parece un concurso muy chulo.
P.– ¿Le gusta más que Pasapalabra?
R.– Los concursos son como los hijos, no puedes querer a uno más que a otro. Agárrate al sillón es de cultura general, como lo es Saber y Ganar, y a mí me gusta participar en programas que disfruto como espectador. Tanto este como Pasapalabra tienen sus reglas y su forma de ser. Si quieres participar, lo aceptas y disfrutas de cada uno.
Vuelvo a estar en un concurso en el que no hay que estudiar, porque al final, Pasapalabra exigía una dedicación absoluta, muchas horas de estudio y dedicación, y quieras o no, eso es un peso muy grande. En Agárrate al sillón el nivel de las preguntas, sobre todo en la primera fase, es más bajo porque es para que los oponentes se suelten un poco, pero en la prueba final hay un poco de todo, que es lo que la hace interesante
P.– ¿Qué le parece que Carlos Sobera, en la presentación de Todos por ti, afirmara que una de las cosas que le gustaba de ese programa era que había concursantes nuevos y no ‘profesionales’ como se le podría catalogar a usted, a Orestes, a Borjamina…?
R.– Entiendo a Carlos Sobera. Por un lado, porque al final los que nos hemos convertido en concursantes consagrados empezamos como desconocidos para la audiencia. Seguro que hay mucha gente que es desconocida que tiene mucho talento y que puede hacer las cosas muy bien, pero que se encuentra con ese tope de que las cadenas deciden apostar por gente que el público ya conoce, que no hay que presentarla y saben que, lo más probable, es que lo hagan bien.
Rafa en Saber y Ganar.
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Dicho lo cual, también entiendo a las cadenas precisamente por eso, por esa vinculación. Saben que, especialmente cuando empiezan un programa, a veces se atrae a la gente porque le tienen cariño o porque les cae bien o mal un concursante. Y hay esa vinculación. Pero en el mundo de los presentadores también pasa lo mismo. Estoy seguro que habrá gente que se dedica a la actuación o al periodismo o lo que sea que dirá que a ciertos presentadores les dan todos los formatos.
No me molesta en absoluto porque es un punto de vista muy comprensible. En el cine se ve mucho, que se hacen muchas secuelas, muchos remakes, porque apuestan por lo conocido en lugar de arriesgar. Creo que eso pasa un poquito también en la tele.
Yo he tenido la suerte de estar en el momento adecuado, en el sentido de que, cuando yo entré, todavía no se había instaurado tanto esa profesionalización del concursante. Y que yo estoy viviendo un poco ahora esa época en la que tiran a veces de caras conocidas sobre todo para formatos nuevos.
P.– ¿Qué fuerza tienen los concursantes ya conocidos por el público para mantener o no el interés en un concurso? Ha pasado en ocasiones en Pasapalabra, en ¡Boom! o, más recientemente, en Reacción en cadena con Los Mozos de Arousa.
R.– No sé qué responder a esta pregunta. Es decir, si nos atenemos a los concursos, creo que es una mezcla de factores. El caso de Reacción en Cadena fue paradigmático porque estamos hablando de un concurso que, en cuanto se fueron Los Mozos de Arousa, la audiencia bajó, indicando que mucha gente lo veía, en parte, por ellos.
Esto es como en las películas. Tú puedes tener un buen director, unos buenos actores, pero si el guión es nefasto… Aquí igual, si el formato no convence, ni siquiera con concursantes conocidos, no puedes tirar de eso para arriba.
Orestes y Rafa Castaño en el primer programa de ‘El tirón’
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P.– Pero… ¿tras su salida de Pasapalabra siguió viendo el concurso?
R.– De vez en cuando lo veía, pero es verdad que estuve tan obsesionado con el programa que necesitaba una desintoxicación y estuve un tiempo sin verlo. Necesitaba descansar (risas). Ahora sí que lo veo.
P.– ¿Cómo está viendo el duelo de Rosa y Manu en Pasapalabra?
R.– Lo están haciendo muy bien, los dos son muy discretos. Es un duelo igualado, aunque al madrileño le veo un punto por encima resolviendo algunas de las preguntas más difíciles, pero la gallega también lo hace bastante bien y se ha convertido en la primera concursante en superar los 100 programas. El Rosco está muy difícil, que lleguen a 24 aciertos es un logro. Yo estuve 197 programas y Manu ha superado los 300 (el récord lo tiene Orestes con 360 entregas).