La Asociación Española de Pediatría (AEP) hace un llamamiento a las empresas e instituciones para que se conviertan en agentes activos de protección de la lactancia materna. Bajo el lema internacional de este año «Priorizar la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles», el área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia …
La Asociación Española de Pediatría (AEP) hace un
llamamiento a las empresas e instituciones para que se conviertan en agentes
activos de protección de la lactancia materna. Bajo el lema internacional de
este año «Priorizar la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles»,
el área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la
AEP (CNYLM-AEP) subraya la urgencia de construir entornos laborales que
permitan a las madres compatibilizar su vida profesional con la decisión de amamantar,
con políticas claras y espacios físicos adecuados.
Desde el CNYLM-AEP se insiste en que el éxito de la
lactancia no depende solo de la voluntad de la madre, sino del entorno de apoyo
que la rodea: «Todos los agentes sociales, pareja, familia, personal sanitario,
empresas e instituciones, tienen un papel determinante. Necesitamos una red
real de sostenibilidad para que las mujeres no tengan que elegir entre su
trabajo y el bienestar de su bebé», señala la doctora Susana Ares, en
representación del grupo de trabajo del área de Lactancia Materna del citado
comité.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna es una campaña
mundial coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la
Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en
inglés), que persigue con el objetivo de fomentar la lactancia materna y
mejorar la salud de los bebés y las madres de todo el mundo.
La promoción de la iniciación temprana de la lactancia
materna es una estrategia clave para la supervivencia del niño y por lo tanto
para la consecución de uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM 4),
el de reducir la mortalidad infantil. UNICEF calcula que la lactancia materna
exclusiva hasta la edad de seis meses puede evitar anualmente la muerte de 1,3
millones de niños y niñas menores de cinco años.
La AEP ha querido sumarse un año más a esta iniciativa,
comprometida con la búsqueda de un enfoque que involucre a toda la sociedad y
asegure que cada madre tenga el apoyo, el entorno y los recursos necesarios
para amamantar con éxito, desde la concepción hasta los primeros dos años de
vida del niño y más allá.
La evidencia demuestra que el respaldo a la lactancia desde
el lugar de trabajo no solo favorece la salud materno-infantil, sino que
también contribuye a mejorar los indicadores empresariales. Según el CNYLM-AEP,
las compañías que promueven políticas de apoyo a la lactancia registran menores
tasas de absentismo, mayor compromiso por parte de las trabajadoras, incremento
del rendimiento y una mejor reincorporación tras la baja maternal, lo que se
traduce en una menor pérdida de talento cualificado femenino.
Las recomendaciones del Comité para las empresas incluyen
disponer de espacios íntimos, higiénicos y dignos para la extracción de leche o
la lactancia directa; establecer pausas específicas durante la jornada para
amamantar o extraer leche; fomentar la flexibilidad horaria, la jornada parcial
o el teletrabajo como medidas de conciliación e informar activamente a todo el
personal, especialmente a las madres embarazadas, de la existencia de estas
medidas de apoyo.
Lactancia materna: beneficios para el bebé y para la madre
El compromiso empresarial con la lactancia materna se
sustenta en una sólida base científica. Amamantar en exclusiva durante los
primeros seis meses de vida y mantener la lactancia junto a otros alimentos
hasta los dos años o más, conlleva múltiples beneficios para la salud tanto del
bebé como de la madre.
En el caso del bebé, favorece el desarrollo neurológico,
sensorial y cognitivo; proporciona los nutrientes esenciales, en calidad y
cantidad adecuada, y contiene bacterias beneficiosas que facilitan la
digestión; transfiere anticuerpos que protegen frente a enfermedades
infecciosas comunes en la infancia, como la otitis, neumonía o gastroenteritis;
reduce la mortalidad neonatal cuando se inicia en la primera hora de vida; se
asocia a una menor incidencia de obesidad, hipertensión o sobrepeso en etapas posteriores
y tiene también un componente emocional, ya que amamantar consuela, calma y
alivia el dolor, incluso en procedimientos médicos como las vacunación.
En el caso de la madre, refuerza el vínculo afectivo con el
bebé mediante la liberación de oxitocina; reduce el riesgo de depresión
postparto, gracias al efecto antidepresivo de esta hormona; favorece la
contracción del útero y previene hemorragias, ayudando a una recuperación más
rápida tras el parto; disminuye el riesgo de anemia en los días posteriores al
nacimiento; protege frente a enfermedades cardiovasculares y metabólicas como
la diabetes tipo 2; reduce el riesgo de cáncer de mama, ovario y útero (cada
mes adicional de lactancia amplifica esta protección) y contribuye a la pérdida
natural del peso ganado durante el embarazo.
Sostenibilidad y salud pública
Además de sus ventajas clínicas, la lactancia materna tiene
un impacto económico y medioambiental relevante. Para las familias, supone un
importante ahorro económico y, a nivel colectivo, representa una práctica de
bajo impacto ambiental. «La lactancia no requiere envases, transporte ni
residuos, lo que la convierte en una opción sostenible también para el
planeta», indican desde el área de Lactancia Materna del CNYLM-AEP.
En este sentido, organismos internacionales como la OMS,
UNICEF y la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA) trabajan
de forma coordinada para crear sistemas de apoyo que favorezcan esta práctica
natural, saludable y ecológica. Precisamente, uno de los objetivos de esta
edición de la Semana Mundial es impulsar la conexión entre la lactancia y los
grandes retos globales de salud pública, desde la lucha contra la malnutrición
infantil hasta la reducción de las desigualdades sanitarias.
El compromiso con la lactancia no termina en el ámbito
hospitalario. Según el CNYLM-AEP, es esencial asegurar una continuidad en el
apoyo desde la maternidad hasta el regreso al hogar y al trabajo. Esto implica,
por un lado, mejorar la formación del personal sanitario para que pueda
acompañar a las madres en sus dudas y dificultades; y por otro, avanzar en
políticas públicas que protejan la decisión de amamantar sin penalizaciones
sociales o laborales.
Asimismo, la protección de la lactancia implica velar por un
entorno libre de presiones comerciales, donde las decisiones sobre la
alimentación infantil se basen en evidencia y no en intereses ajenos a la
salud. En este sentido, han surgido iniciativas internacionales que promueven
herramientas tecnológicas para monitorizar el entorno digital y detectar
prácticas de comunicación o marketing que puedan obstaculizar este derecho.