Nuria Alonso

Jueves, 14 de agosto 2025, 16:37

| Actualizado 19:52h.

En las paredes y fachadas de media ciudad ‘lucen’ obras de arte de variado colorido pero de dudoso gusto y de, eso sí, elevado coste. Son los grafitis, una de las pesadillas de los operarios de limpieza del Ayuntamiento de Logroño, cuya eliminación exige invertir tiempo, dinero y un gran esfuerzo de mano de obra. Eso, cuando se consiguen borrar por completo, pues no siempre resulta posible retirar todas las trazas que el dañino spray deja en los muros.

Cada pocos meses, el Consistorio anuncia una nueva campaña de retirada de grafitis y pintadas con dos vertientes principales, el de la limpieza en sí y el de la concienciación de la población grafitera para que no reincida en actitudes que, además de incívicas, son tremendamente gravosas económicamente. De nuevo, ayer, el Ayuntamiento de Logroño informó de las labores de retirada de una pintada en la calle El Carmen del Casco Antiguo de la capital que, en este caso, requirió de una operación compleja dado que afectaba a dos fachadas perpendiculares de superficies diferentes.

Así, los operarios de la UTE Logroño Limpio (empresa encargada del contrato de limpieza de la capital) se esmeraron aplicando un chorro de arena sobre sílice para retirar el grafiti que manchaba la parte de pared de piedra, mientras que fue necesaria la aplicación de decapante para eliminar la pintura de la pared de ladrillo.

Según indicaba el propio Consistorio en una nota, «las actuaciones de retirada de pintadas y grafitis forman parte de la planificación de limpieza de la ciudad que realiza la empresa concesionaria. Con ella, además de la eliminación de esa suciedad en las fechadas, se busca concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del respecto y la convivencia, no sólo entre las personas, sino también hacia los edificios, las paredes y el mobiliario urbano». Sin embargo, esa concienciación por la que clama el Consistorio dista mucho de convertirse en una realidad. Solo el año pasado Logroño tuvo que destinar 150.000 euros para borrar 1.202 grafitis, lo que supone un gasto aproximado de casi 125 euros por cada una de las pintadas borradas.

Sanciones de hasta 600 euros

Cabe recordar que la realización de grafitis en espacios públicos, fachadas y mobiliario urbano está terminantemente prohibida por la Ordenanza Municipal de Fomento de la Convivencia Ciudadana. De hecho, estas conductas están sancionadas por la normativa, que establece multas de hasta 600 euros para quienes realicen grafitis u otras actuaciones similares que deterioren el entorno urbano.

La Policía Local se encarga de vigilar y sancionar estas infracciones, pero resulta evidente la complejidad que supone detectar estos comportamientos en el momento de cometerse.

En cualquier caso, en lo que va de año, la Policía Local ha interpuesto un total de 14 denuncias por realizar grafitis en la ciudad. La misma infracción se sancionó hasta en 39 ocasiones en el año 2024, mientras que los ejercicios anteriores registran 17 expedientes sancionadores en año 2023, 30 multas por este motivo en el 2022 y 18 en el ejercicio 2021.

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