Una de los principales reclamos de los ganaderos ante la oleada de incendios que está sufriendo España es que el ganado pueda acceder libremente al monte para reducir las posibilidades de una catástrofe. Expertos, profesionales y afectados coinciden en que la ganadería extensiva es una de las posibles soluciones frente a los incendios.

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Javier de los Nietos es ganadero y fundador del proyecto ‘Como las cabras’ junto a su hijo. El rebaño, de 104 cabras, ha pastado en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid o participado en rodajes como fue el caso de la serie ‘Apagón’ de Movistar Plus+.

De los Nietos ha pasado por La Ventana para contar cómo es su trabajo día a día. «Procuramos trabajar realizando la trashumancia porque nos permite que nuestros animales pasten en aquellos lugares dónde hay mejor vegetación», afirma. Respecto a cómo se coordina con su hijo, comenta que «es el pilar fundamental porque con su aportación conseguimos decirle a la sociedad que sí hay relevo».

‘Como las cabras’ jamás se confina. «Es uno de los pocos que continúa manteniendo el trabajo tradicional. Si no salen al monte no comen, por lo que hay que trabajar 365 días al año», explica.

El pastoreo como prevención de incendios

Los continuos incendios que asolan la península este verano han puesto en el foco el papel de la ganadería extensiva como forma de prevención. De los Nietos opina que «hay que poner en el centro la sabiduría tradicional para crecer en conocimiento científico». Añade que «es importante pensar si preferimos tener praderas quemadas oliendo a ceniza o rebaños aunque nos puedan molestar».

Dentro de los planes de gestión forestal se incluye el resalveo. Esto, según cuenta De los Nietos, «es la poda de las partes más bajas de un árbol». Esta tarea puede realizarse a través de personal cualificado o de cabezas de ganado. «Las cabras son el mejor animal para ello y no se paga como se debe. Una persona cobra entre 400 y 500 euros por hectárea. A los pastores nos pagan entre 80 y 100». De los Nietos, además, ha reivindicado la labor de los pastores recordando que «pese a ese idilio de soledad que nos transmiten, la naturaleza también es un espacio público».