La primera corrida de a pie de esta Feria de Málaga 2025 nos ha dejado cosas interesantes por parte de los tres espadas. El encierro de Juan Manuel Criado, con su seriedad, tuvo de todo como en botica. Los lotes quisieron que los tres espadas tuvieran sus opciones y, cada uno con sus armas, pudieron ofrecer una entretenida tarde de toros a los aficionados que se congregaban en los tendidos de La Malagueta. Las espadas se llevaron algún trofeo más, pero el único que tocó pelo fue un torero que llegaba como un auténtico desconocido para la mayoría, y que impactó por la pureza de su toreo.

Víctor Hernández

Víctor Hernández es uno de los toreros más prometedores del escalafón. Los aficionados y profesionales son conscientes de las cualidades que atesoran, y por eso se estaba deseoso de verlo en una plaza de la responsabilidad de Málaga. Lo hacía después de un largo parón obligado por una fractura de cráneo sufrida en junio pasado en Torrejón de Ardoz. En un primer quite al toro de su compañero Borja Jiménez ya atisbó la quietud que quiere impregnar a su toreo, y en el suyo propio se rozó el drama al ser cogido al intentar hacer un pase cambiado de rodillas de inicio. Estuvo a merced del toro y le perdonó, permitiéndole continuar la lidia. Lastimosamente, el animal no tenía un pase, pero él se puso en el sitio.

Llegados al sexto y último, la corrida no había roto para buena. Cierto es que se habían visto cosas interesantes, pero el juego de los astados o los aceros se habían llevado las orejas puestas. El que quedaba en chiqueros era un toro muy serio, más exagerado de cara aún, y Víctor Hernández estaba allí para plantarle pelea. Se lo sacó a los medios para ponerle la muleta adelante y dejárselo venir de lejos. El toro se arrancaba de lejos y metía la cara con emoción, rebosándose en cada una de sus embestidas. Le apretó como correspondía a un buen toro, pero también le dio sus tiempos; demostrando tener oficio a pesar de su todavía corto bagaje. Vertical en su estampa, colocado en medio de los pitones, fue alargando el trazo por ambos lados en una faena bien construida y que llevó la emoción por bandera con el toreo fundamental. Solo se adornó en las bernardinas finales, pasándose las puntas muy cerca de la taleguilla. Pese a pinchar en primera instancia, cortó una oreja de peso que pone de manifiesto el impacto que supuso este torero en su presentación en La Malagueta.

Ovación del público

La corrida se abría con un toro, como el resto del encierro, tremendamente serio de pitones. El de Juan Manuel Criado, siendo bajo y bien hecho, mostraba las puntas hacia arriba y recibía una ovación del público tras salir de chiqueros. Lo lanceaba con elegancia a la verónica David Galván, que había hecho un esfuerzo para reaparecer con los puntos puestos después de un serio percance sufrido en Perú. La Feria de Málaga bien merece estos sacrificios. Tras brindar al público, comenzaba la faena por alto en tablas para sacarlo enseguida al tercio donde no le pudo bajar la mano pero sí le permitió torear arrebatado por el pitón derecho. Por el izquierdo pudo exigirle más, con naturales muy desmayados. Faena importante del gaditano, que quería rendir tributo a un ídolo de la afición malagueña y espejo en el que él mirarse, el maestro Enrique Ponce, recuperando sus poncinas. Perdió el triunfo con la espada.

El que le quedaba no fue igual. Un toro sin clase, que embestía andando y con la cara arriba. No quería comerse a nadie, pero tampoco estaba dispuesto a regalarle nada a Galván. Por mucho que quiso jalearlo con la voz, el burel estaba aburrido y aburriéndonos. Insistió el diestro para sacar los pases de uno en uno por alto; y adornándose con circulares invertidos. Tanto que se pasó de faena y el elegante torero de San Fernando lo padeció al entrar a matar.

Sin decir mucho, pero noblón, el primero del lote de Borja Jiménez le permitió estar a gusto en los medios. El animal embestía con calidad, pero le faltaba ese último tranco para rematar cada muletazo y, desentendido, dejaba al matador fuera de la suerte. Esa falta de ajuste condicionó el conjunto de actuación un tanto irregular y que no terminó de calar entre los tendidos de La Malagueta; por mucho que diera una vuelta al ruedo tras una petición muy minoritaria después de un pinchazo y una estocada ligeramente desprendida.

Sin raza

Su segundo mostró falta de raza cuando salió de chiqueros. Tras unos desordenados primeros tercios, el de Espartinas creyó en él y se iba a los medios. Le plantó la muleta para comenzar a tirar de él en series en redondo a las que el animal respondió con boyantía. Ahora sí que hubo el ajuste que esperábamos de este torero. Los naturales resultaron largos y templados, bajando cada vez más la mano y exprimiéndole por trincherillas hasta la última embestida que le quedaba.

La corrida | Segunda de abono

Plaza de toros de La Malagueta Viernes, 15 de agosto de 2022

Se lidiaron seis toros de Juan Manuel Criado, muy bien presentados y de juego desigual. Destacaron por su calidad el noble primero y el boyante sexto. David Galván: media estocada y tres descabellos (palmas tras aviso) y dos pinchazos y estocada baja (palmas tras aviso). Borja Jiménez: pinchazo y estocada algo desprendida (vuelta al ruedo) y dos pinchazos, estocada y cuatro descabellos (ovación). Víctor Hernández: pinchazo y estocada (palmas) y pinchazo y estocada (oreja). Saludó tras banderillear al tercero Yelco Álvarez, de la cuadrilla de Víctor Hernández. La plaza registró más de media entrada en tarde agradable.